En 1930 los aldeanos de la cuenca de Pamplona que acudían a vender sus productos a la capital debían obligatoriamente pasar por una suerte de aduanas, situadas en todos los puntos de acceso a la ciudad, donde se les tomaba nota de lo que portaban y se les cobraba un impuesto para poder introducir dichos productos en los mercados pamploneses. Uno de estos puestos de arbitrios se encontraba situado en el denominado Rincón del Zacatín, también llamado Rincón de la Mañueta, que es un lugar muy poco conocido del Casco Antiguo pamplonés, ubicado en una intrincada curva situada al final de la calle Mañueta, por la que puede llegarse hasta la calle del Mercado.

La fotografía fue obtenida por José Galle (1898-1983), fotógrafo vallisoletano afincado en Pamplona antes de la Guerra Civil, que en las Navidades de 1930 realizó una bonita serie de fotos en este lugar, reproducida en parte por Arazuri. En las imágenes de Galle se ve a diversos aldeanos que llegan a Pamplona portando huevos, leche, aves y hortalizas. En casi todas las fotos aparecen, curiosamente, los dos personajes de los extremos, el niño pequeño de la derecha y el hombre de bufanda y txapela situado a la izquierda, que en este caso se vuelve para mirar a un carro o galera que llega al zacatín proveniente de la calle Mañueta.

HOY EN DÍA es fácil comprobar que el Rincón o Pasaje del Zacatín permanece prácticamente igual que hace 82 años. Vemos que han sido renovadas las puertas y el balconcillo que se veían al fondo de la imagen antigua, y que el adoquín del suelo fue levantado y recolocado en aquel frustrado intento de Yolanda Barcina por eliminar este antiguo y típico elemento urbano pamplonés. Por lo demás, podemos aún ver el paredón de piedra de la izquierda, que es un muro de contención de tierras, necesario por la caída que el terreno presenta en esta zona, con su barandilla encima. También permanecen en su sitio las escaleras de acceso al antiguo puesto de arbitrios municipales, en las que pueden incluso reconocerse los desconchados y "mordidas" que sus 7 escalones presentaban ya en 1930.

En cuanto al extraño nombre del lugar, Zacatín, según hemos podido saber es palabra de origen árabe, y proviene del término saqqat, que significa 'plazuela' y que es diminutivo de soq, es decir 'plaza'. Pero como soq (o zoco) era también como se denominaba a los mercados, Sebastián de Covarrubias afirma que en realidad saqqat, y su derivado zacatín, significaba propiamente 'mercadillo', y que era la palabra con que se designaba comúnmente a los lugares donde se vendía ropa vieja o de segunda mano.