no salió el sol hasta el mediodía, pero eso no fue impedimento para que la comparsa de gigantes del Casco Viejo asistiera a su cita: ayer era el día del barrio y había que salir a las calles. Desde las once de la mañana una kalejira de joaldunak y otra de los colosos de cartón piedra hechos por Aldezar desafiaron al agua intermitente y caminaron por los tres burgos. Asimismo, la Gazte Txaranga, hacia las 12.30 horas, ya arrancaba con canciones como Bailando de Alaska y los Pegamoides o Mil campanas suenan en mi corazón, de la misma y Dinarama, y no pararía hasta bien entrada la sobremesa de muchos. Empezó en San Lorenzo, a alto volumen, y en Jarauta varios vecinos la seguían vaso en mano.

Casi cincuenta actividades se habían programado para ayer por los colectivos, algunas peñas y varios bares del Casco Antiguo. Unos días antes, la Comisión de Fiestas del Casco Viejo ya hacía el llamamiento: "Sal a la calle y luce el pañuelico del barrio", zanjaban. Y así se animaron cientos de vecinos. Unos, abrigados y con paraguas -quienes se pasaron por la mañana-; otros, con gafas oscuras y algún sombrero de paja -sobre todo, quien se acercó a mediodía-. (El tiempo en la capital foral, ya se sabe). El paisaje era variopinto: personas de traje y corbata, de mayo y de comunión; grupos de amigos de despedidas de soltero/a (con collares hawaianos y pañuelicos de cuadros, por la calle San Nicolás; una barbuda novia, saludando al tráfico por Príncipe de Viana; o un encadenado y disfrazado en Chapitela), se mezclaban con chicas de caseras, joaldunak, personal de charangas o kilikis y cabezudos.

Variedad de actos

Paella a 1 euro por Anfas en el Mercado de Santo Domingo y comidas autogestionadas

Una novedad de este año fue la iniciativa de la paellada en el Mercado de Santo Domimgo. Con la colaboración de la Casa de Valencia, la asociación navarra en favor de personas con discapacidad (Anfas) cocinó dos enormes paellas con alimentos regalados por los hosteleros del mismo mercado, cuyas raciones se vendieron sin dejar apenas cupos para repetir, al precio de 2 euros. Uno para el tupper de arroz; otro, por la copa de vino ofrecida por Bodegas Ayerra. A la par, la asociación Música Sin Barreras animó la velada con melodías más que conocidas: desde Cielito lindo o Bajo el Mar, entonadas por el grupo de adultos de Anfas, hasta Yo voy a ser el Rey León o La Bamba, que eran las preparadas por el grupo de pequeños.

Esta asociación de músicos, formada por chicos y chicas de 18 a 22 años, trabaja con Anfas cada miércoles (además de con otras fundaciones como Aspace o de tercera edad). "Nos hemos levantado a las seis de la mañana y venido aquí a prepararlo todo hacia las ocho y media", explicó Leticia de las Heras, técnica de sonido. "Entre las canciones conocidas y las familias que vienen muy animadas, ha sido una buena mañana", agregaba satisfecho aunque algo agotado, Mikel Ostiz, presidente de Música Sin Barreras.

Por su parte, en el exterior del Mercado, en el frontón de la Mañueta se iban colocando mesas para una concurrida comida popular. En la plaza Santa Ana se preparaban calderetes por cuadrillas. Y en Navarrería, más de uno hacía cola para degustar el relleno y sangrecilla que repartieron la peña Irrintzi y Arrano. "En un ratico nos pondremos a comer, en los cubiertos de la trasera de Unzu, creo que estamos unos 20", comentaban Guille y Laura, frente al bar Aldapa, en los momentos que el sol ya asomaba, hacia las 15.00 horas.

En Mercaderes, a su vez, mientras familias y cuadrillas se repartían por calles y bares para "echar la copa" o comer donde habían reservado, una serie de puestos bajo la denominación Los Oficios del Casco Viejo Salen a la Calle mostraban ungüentos hechos a mano, collares, objetos de cristal o mesas con verduras. En la plaza San Francisco, aprovechando que no llovía, el equipo de chicas de voleibol Infantil Iruña disfrutaba del parque ya que celebraban, además del Día del Casco Viejo, que por la mañana habían ganado un torneo.

La tarde continuó con música en varios rincones: acústicos en la calle Curia, en la Hormiga Atómica, o actuaciones frente a la Herriko, en la calle del Carmen, entre muchos otros. Y la noche, como empezó el día -con ganas y alegría-, pero cambiando la edad de los protagonistas (algo mayores) y, al fin, sin lluvia.