El pasado mes de febrero, y tras llevar varios meses sin respuesta por parte de Nasuvinsa (Navarra de Suelo y Vivienda S.A.) a las quejas que varios vecinos de diferentes puntos de Navarra les habían trasladado por el mal estado de las viviendas rehabilitadas recientemente para su alquiler, fue lo que llevó a vecinos de Bera, Espinal, Garralda o Ujué juntarse y fundar la Plataforma Vivienda Pública Rural / Landa Etxebizitza Publikoa Plataforma. “Cuando entré a vivir hace un año en una de estas casas que Nasuvinsa ha rehabilitado recientemente en Ujué, me encontré con que no tenía calefacción ni agua caliente. Tampoco un enchufe donde conectar la placa de la cocina y poder cocinar. Es decir, era prácticamente imposible vivir ahí”, relata Hodei Unzué, vecino de Ujué y co-portavoz de la plataforma. “Todos estos problemas se los he intentado trasladar una y otra vez a Nasuvinsa, pero siempre han echado balones fuera, y todavía hoy hay ciertos temas sin arreglar. Eso me llevó a ponerme en contacto con otras personas que también están en la misma situación y pude comprobar que estos problemas no eran solo cosa mía, sino algo generalizado en las viviendas gestionadas por la entidad”, expone. 

Solicitar al departamento de vivienda del Gobierno de Navarra una revisión en los precios del alquiler fue otro de los motivos que los llevó a fundar la plataforma. “Somos familias que hemos apostado por vivir en el medio rural y no nos lo están poniendo nada fácil. Pagamos el metro cuadrado igual que en Pamplona. ¿Cómo pretenden incentivar a la gente a venir a vivir a las zonas rurales?”, se pregunta Hodei.

Un paso adelante

Una vez constituida la Plataforma, esta solicitó formalmente en marzo una reunión con el departamento de Vivienda y Nasuvinsa; reunión que finalmente tuvo lugar a mediados de abril. “Valoramos positivamente que el Gobierno de Navarra haya comenzado a impulsar este tipo de políticas en las zonas rurales, aunque consideramos, como primeros inquilinos de estas promociones, que todavía hay cosas por mejorar. Por eso mismo les trasladamos nuestras propuestas, entre otras, la de crear un código de buenas prácticas que refleje nuestras obligaciones pero también nuestros derechos como inquilinos, no tenemos por ejemplo un servicio de incidencias 24 horas para cuando haya problemas como los anteriormente expuestos; o que el precio del alquiler vaya en función de los habitantes de cada zona rural, como sí ocurre en otras comunidades”.

Como plataforma no van a centrar su actividad únicamente en estas reuniones, sino que con la previsión de que entren nuevos municipios y valles (como Bakaiku, Oteiza, Garaioa, o el valle del Baztan) en la ecuación, “queremos que se nos tome en serio y vamos a seguir incidiendo en mejorar las políticas de vivienda publica en lo rural; mejoras para las familias de la vivienda pública rural del presente pero también del futuro”.