Pamplona festeja San Saturnino con sol, frío y expectación por los gigantes

PAMPLONA. Los actos organizados por el Ayuntamiento de Pamplona para honrar al patrón de la ciudad han comenzado a las nueve y media de la mañana con la salida de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos desde la plaza de la Paz, un acto que conlleva siempre la expectación de muchos pamploneses al ser escasas las salidas que, fuera de los sanfermines, llevan a cabo estas figuras tan queridas.

Tras recorrer varias calles hasta llegar a la plaza consistorial, la comparsa ha recogido allí a la Corporación municipal que ha salido en cuerpo de ciudad hasta la cercana iglesia de San Saturnino, desde donde a las 10.30 horas ha salido la procesión religiosa con la imagen del patrón acompañada por el Arzobispo, el Cabildo Catedralicio y el párroco de San Saturnino.

El recorrido de la procesión ha discurrido por la calle San Saturnino, calle Mayor, y calles Nueva y San Saturnino hasta la iglesia del patrón, por donde el cortejo, al igual que en años anteriores, ha pasado encabezado por la Comparsa de Gigantes y Cabezudos.

Tras ella se situaban cuatro guardias municipales, dantzaris, txistularis, timbales y clarines, seguidos de la imagen del Santo junto al clero parroquial y al Cabildo de la Catedral, a los que seguían la bandera de la ciudad con porta-bolas, maceros y libreas.

A continuación, han pasado los miembros de la Corporación municipal, encabezados por el alcalde, Enrique Maya, el jefe de la Policía Municipal, Simón Santamaría, y un segundo grupo de guardias de gala, un cortejo que cerraba la Banda de Música municipal La Pamplonesa entre algunos aplausos de los ciudadanos.

A las 11 de la mañana, como es tradición, ha comenzado en la Iglesia de San Saturnino la misa, presidida por el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Francisco Pérez, una eucaristía que ha estado amenizada por la Capilla de Música de la Catedral, dirigida por el maestro Aurelio Sagaseta, en la que han colaborado el Orfeón Pamplonés y la Orquesta Sinfónica de Navarra.

Concluida la celebración litúrgica, la Corporación municipal ha regresado a la Plaza Consistorial, donde la Comparsa de Gigantes y Cabezudos ha bailado acompañada de txistularis y dantzaris, y rodeada por centenares de pamploneses, muchos de ellos niños que esperaban ilusionados bajo el frío y un cielo cada vez más encapotado.