Rovira, el apellido del turrón de Jijona
Primitivo Rovira cede este año a su hijo Primi las riendas de La Turronería más famosa, la de Jijona, creada en 1850 y mantenida por cinco generaciones
PAMPLONA. El turrón de Jijona tiene un apellido en Pamplona, el de los Rovira. Desde 1850 hasta ahora cinco generaciones han mantenido viva La Turronería, cinco Primitivos Rovira que han conservado intacta la receta del turrón en el más antiguo obrador tradicional que hoy pervive en la famosa localidad alicantina, Jijona. El sexto de esta generación de artesanos, un joven pamplonés de 28 años, toma las riendas de La Turronería Primitivo Rovira e Hijos estas Navidades. "Si trabajásemos todo el año, produciendo de forma masiva, nuestro turrón debería llevar conservantes y aditivos. Es por ello que nuestro obrador enciende los motores todos los 12 de octubre y los para cuando se apagan las luces de Navidad". De hecho, el turrón perfecto necesita la mejor materia prima: almendra de secano y miel. "Si nuestro maestro turronero no está convencido con la última cocida la retiramos y empezamos de nuevo". Y cada Navidad, solo del turrón de Jijona, del famoso blando, elaboran unos 5.000 kilos.
Primi, diminutivo con el que se le conoce, recoge el testigo de su padre Primitivo con ilusión, pero a sabiendas de que recae en él una gran responsabilidad. Este cambio de relevo lleva 4 años gestándose. Hasta ahora Primi ha trabajado en la fábrica: "Prefiero estar en el obrador haciendo turrón, pero ahora ya no puedo, tengo clientes, mails que responder...". De hecho, el entrenamiento lo lleva haciendo desde que acabó en Pamplona la carrera de Farmacia, pero su destino estaba escrito ya cuando nació. Aunque Primi no conoció a su abuelo Primitivo, sabe que la fábrica corrió un serio peligro cuando este quiso jubilarse. Su padre, Primitivo Rovira, se puso al servicio del turrón de elaboración tradicional, remontó el obrador de Jijona y ahora le ha tocado a él: "Voy a hacer el turrón como siempre, pero voy a experimentar con la manera de llegar a los jóvenes. Porque quiero aportar frescura a esa calidad artesanal. Las primibolas, los polvorones sin gluten o la venta online son mis aportaciones, de momento".
Sus amigos de Pamplona le llaman El turronero. Y tan boquiabiertos como ellos se quedan las 5.000 personas que cada año visitan la fábrica de Jijona en Alicante de forma gratuita. Allí ven cómo unos 30 trabajadores envuelven a mano, y uno a uno, cada polvorón.
DOS PUNTOS DE VENTA En Pamplona, la receta tradicional de Primitivo Rovira está al alcance de cualquiera. De hecho, solo hay dos sitios en el mundo donde se vende turrón artesanal de Jijona de la mano de sus propios creadores. En el obrador de Jijona en Alicante, y en sus tiendas de Pamplona, aunque también venden al resto de comunidades y cuentan con tienda online. "¿Por qué solo en Pamplona? Porque mi madre (se refiere a Mentxu Sanjuán, la popular farmacéutica de Amaya, 22) es de aquí y nosotros hemos nacido aquí. Tenemos una tienda en la plaza del Castillo desde hace 13 años y este año hemos abierto otra en la plaza de la Cruz", en la calle Navarro Villoslada, 10. Ya están los primeros turrones a la venta. Sabor de Navidad.