pamplona - Tres agresiones en los dos últimos meses y un incremento sustancial de los incidentes nocturnos han llevado a los taxistas de Pamplona a reclamar medidas urgentes para garantizar la seguridad de los 313 profesionales que prestan servicio en la Comarca. Así lo van a poner de manifiesto hoy en la reunión con el nuevo presidente de la Mancomunidad, Aritz Ayesa, al que reclamarán una mayor implicación de la entidad en la atención de sus demandas, que principalmente pasarían por una modernización de los sistemas de alarma y prevención que cuentan en sus vehículos de trabajo.
Las agresiones físicas sufridas por los tres taxistas, sumadas a las agresiones verbales que no pocos de ellos sufren de forma habitual, revelan los riesgos a los que se enfrentan los profesionales del taxi, especialmente en los horarios nocturnos.
El incidente más grave acabó con uno de ellos con la nariz rota, después de que el pasajero que llevaba en la parte trasera decidiera liarse a golpes con él. En otro caso, el cliente agredió al conductor en la nuca por recriminarle que estuviera comiendo pizza en el interior del vehículo. Acabó detenido después de que el taxista consiguiera conducir hasta la comisaría de la Policía Foral en la Plaza del Castillo, donde las explicaciones que dio el cliente no convencieron a los agentes, que le arrestaron en el lugar.
La tercera agresión tuvo como involuntario protagonista al presidente de la asociación Teletaxi San Fermín, Jesús Cerdán, que representa a 309 de los 313 taxistas de la Mancomunidad. “Un chaval me dio una patada en la puerta del coche y cuando salí a cogerle fui golpeado por sus dos amigos, que a su vez acababan de tener otra pelea con otra pandilla. Acabé en el suelo, magullado por todas partes y sin 250 euros que alguien se encargó de robarme del coche mientras sucedía todo”, relató Cerdán, acompañado por dos miembros de la junta directiva de la asociación, Bartolomé Ogayar y Alberto Santesteban.
pasajeros sin pagar Enumeran sin parar los últimos incidentes de los que han sido víctimas los taxistas: desde los insultos que recibe a diario una compañera, a los episodios cada vez más habituales de clientes que se marchan sin pagar. “Tenemos localizadas a dos chicas jóvenes que cogen taxi las noches de los fines de semana y que en un momento dado salen corriendo del coche, una por cada puerta, después de haberse quitado los zapatos”, cuenta Alberto.
De ahí que la seguridad ocupe en estos momentos la principal preocupación en el sector ante lo que consideran “un aumento de la agresividad en las relaciones entre profesionales y usuarios”.
Aprovechando la reunión de hoy en la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, órgano gestor y responsable del servicio de transporte comarcal, solicitarán al nuevo presidente el apoyo de la entidad para modernizar los sistemas de alarma y prevención mediante nuevos aparatos de geolocalización que aseguren la instantaneidad y la recepción del mensaje de socorro en cualquier momento, con total reserva y total cobertura, y con acceso directo con la central telefónica del 112.
Además consideran necesaria la instalación de videocámaras de seguridad en los vehículos para que faciliten la identificación del pasajero en el caso de nuevas agresiones, siempre respetando la ley” y “conservando en todo momento la privacidad de las personas”, comentó el presidente de la asociación. Estos dispositivos de seguridad están ya en funcionamiento en ciudades como Barcelona.
El ‘botón del miedo’. Los taxistas de las dos asociaciones de la Comarca de Pamplona (Teletaxi San Fermín y EcoTaxi) disponen, en cada uno de sus vehículos, de lo que se conoce como ‘botón del pánico’, un dispositivo que se comunica a través de la radio del vehículo cuando lo acciona el taxista. Lo consideran un mecanismo “obsoleto” por sus limitaciones de cobertura.
15-20
taxis con cámara. Solo una veintena de los 313 taxis que operan en la Comarca está equipado con cámaras de grabación.
500
euros instalación. Cada taxista debe gastar entre 500 y 800 euros por instalar una cámara. Por una mampara especial, el coste llega a los 4.000 euros.