pamplona - Es el tercer año consecutivo que los vecinos de la Magdalena celebran las fiestas del barrio. Será como en veranos anteriores, sin demasiado jolgorio y unas pocas actividades programadas, solo cuatro en esta edición, con la idea de juntar al menos una vez al año a todos los que tienen o han tenido relación con esta zona de Pamplona y pasar una buena jornada. Como anticipo a la fiesta laica, hoy se celebrará en el convento de las Josefinas de la Magdalena una misa y posteriormente habrá un aperitivo, al que suele acudir la mayoría de los residentes.

Son pocos ahora. Apenas doscientos vecinos que disfrutan de un espacio privilegiado al lado del río Arga, catalogado como ‘zona protegida agrícola’, sometida a unas cuantas restricciones -como que no se pueden levantar nuevas construcciones, excepto en el caso de las pequeñas casetas de labranza para los propietarios de las huertas existentes- y expuesta desde siempre a las acometidas incontroladas de las inundaciones.

En el barrio de la Magdalena hay viviendas repartidas un poco por allí, un poco por aquí. Las que todavía permanecen habitadas fueron construidas a principios del siglo pasado, como la casa de Peio Iraizoz y Puy Recalde, edificada en 1905. Al poco tiempo se levantaron a su lado media de docena de viviendas, entre ellas la conocida como Casa de las Conchas, que siguen ocupadas; y después de la contienda civil se construyó un edificio de varias alturas, con pisos que en la actualidad residen familias de origen gitano, alrededor de 100 personas. No muy lejos de allí, junto al viejo puente de la Magdalena, residen varios grupos de familias más. Otras, en cambio, decidieron años atrás cambiar la parte baja por otros barrios de la ciudad, pero siguen manteniendo muy presentes los recuerdos de su niñez.

Peio Iraizoz y Víctor Marturet han sido los que, junto a otros vecinos de la Magdalena, han querido mantener esta celebración festiva, que se reduce a una chistorrada popular, una exhibición de deporte rural y una comida en el parque Irubide, amenizado todo por Duguna Fanfarrea. Esperan que acudan representantes de las familias de Goñi, Villanueva, Recalde, Echaide, Marturet, Iroz, Elcano, Burguete, Vallés o Ayestarán. Víctor será el encargado de preparar el guiso a base de la suculenta carne de potro facilitada por Goñi, cumpliendo en parte su sueño de cocinar para una multitud. Se espera que haya cuarenta comensales, todavía lejos de la comida para 200 personas que anhela con preparar algún día, pero seguro que será una buena piedra de toque para futuras iniciativas que decida emprender.

Desde la terraza de la vivienda de Puy Recalde y Peio Iraizoz la imagen de la ciudad parece rescatada del medievo. El skyline de Pamplona está formado por las puntiagudas torres de los templos religiosos, desde el Seminario a la Catedral. Pese a lo bucólico del paisaje y lo ventajoso que supone residir en el campo sin salir de la ciudad, la Magdalena tiene problemas. Por su impacto en el vecindario, el más importante tiene que ver con las inundaciones y el cambio detectado últimamente en su ámbito de afección. A juicio de los vecinos, es culpa de las obras realizadas en los márgenes del río para proteger las instalaciones deportivas de Burlada y Amaya, lo que a su vez ha provocado que el caudal del Arga cuando se desborda alcance zonas que antes quedaban al margen de las inundaciones. Es el caso de la vivienda de Puy y Peio, que siempre fue considera como el refugio más seguro para los animales de la zona, adonde llevaban el ganado para protegerlo del agua, y que en la riada de 2013 se vio afectada por la grave inundación ocurrida el 9 de junio.

También tiene su importancia el problema provocado por el aumento del tráfico rodado que ha experimentado la zona, que de un tiempo a esta parte está siendo utilizada como vía alternativa para los conductores que van o vienen de Burlada. En tercer término, los vecinos mencionan algunos problemas de convivencia generados, sobre todo con jóvenes de la comunidad gitana, sobre lo que está trabajando.

Todos estos asuntos fueron tratados recientemente en una reunión convocada por el Ayuntamiento con los vecinos de la zona. Es la tercera que se celebra desde el cambio del gobierno municipal y la voluntad de buscar soluciones es del agrado vecinal. De momento, esta semana se ha procedido a la limpieza de acequias y algunas campas después de años de abandono. Después vendrá lo demás.