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Casas con abrigo nuevo

Medio centenar de edificios renovaron su fachada (envolvente térmica) en el último año en Pamplona y Comarca. Este año, con el incentivo de mejores subvenciones forales, se han disparado las solicitudes con 38 bloques a la espera de ayudas comunitarias y otras 76 individuales.

Casas con abrigo nuevo

La mayoría de los bloques que apuestan por renovar sus ‘escamas’ tienen entre 35 y 40 años y pertenecen al primer boom inmobiliario que vivió Navarra en los sesenta y setenta, con un crecimiento demográfico muy rápido que supuso la entrada de inmigrantes de otras comunidades y que se subsanó con construcciones de baja calidad, mal aisladas y lo que los técnicos llaman con “déficit térmico”. Es decir, casas en las que se escapa la calefacción en invierno y son muy calurosas en verano, de baja eficiencia energética. El parque inmobiliario envejece y en los últimos años se ha disparado el número de proyectos que apuestan por la rehabilitación integral del edificio, de pies a cabeza, la llamada ‘envolvente térmica’. Fachada, cubierta y carpintería exterior, toda la “piel” del edificio se renueva. En los barrios más envejecidos de Pamplona como San Juan o Milagrosa, y en municipios con viviendas de los sesenta y setenta como son Burlada, Ansoáin, Villava o Zizur Mayor ya hay ejemplos recientes de viviendas que estrenan un “nuevo abrigo”.

El Gobierno de Navarra concede una ayuda máxima de 6.000 euros por vivienda para la mejora de ese aislamiento exterior, lo que representa el 40% de la inversión. Estas ayudas, que fueron residuales, se incrementaron a partir del 2016. A su vez existe una programa del IDAE (dependiente de Industria) que mejora esta subvención (un 30% más) pero cuya partida se agotó a finales del año pasado y se está a la espera de que se aprueben los presupuestos del Estado para renovarse lo que ha dejado muchos proyectos en impasse.

Son proyectos costosos que en su conjunto (incluyen cambio de cubierta), pueden suponer una inversión de entre 400.000 euros hasta 1,3 millones o más, pero que revierten de manera inmediata en los bolsillos de los propietarios. Con la mitad de tiempo de calefacción (en este caso central) la vivienda se calienta y, además, mantiene el calor mucho tiempo, subrayan los vecinos de la calle Valle de Egüés de Burlada, cuyos bolsillos se han beneficiado sin duda de la metamorfosis. Por otro lado, hay comunidades en las que no es necesario cambiar todas las ventanas si las que ya están sustituidas cumplen con las condiciones técnicas.

Para Federico Rosas, director de la Orve (Oficina de Rehabilitación de la Comarca y zona norte) de Burlada, hay dos tipos de “abrigos” para un edificio: uno sencillo y otro “de marca”. La diferencia está en el precio pero también en la calidad. El sistema SATE, un aislamiento por el exterior de la fachada, es el más económico porque va pegado a la fachada. Se utiliza un panel aislante prefabricado que puede ser de diferentes espesores y materiales: poliestireno, lana de roca o placas de EPS con grafito. Además de las fijaciones del aislamiento al muro soporte, se coloca un acabado de mortero y pintura o mortero acrílico como acabado decorativo. Esta solución por otro lado es la única factible para viviendas del Casco Viejo que deben llevar un revoque pintado para encajar con el canon que el Ayuntamiento impone en la estética del centro histórico.

La segunda solución es la fachada ventilada y con una terminación final en cerámica, piedra o madera. El coste se duplica pero la ventaja es que se crea una cámara de aire entre la antigua y la nueva piel que logra mayor abrigo en invierno y mejora la ventilación en verano, es decir la casa estará más fresca. Entre el aislante y el revestimiento se crea una cámara de aire que, por el “efecto chimenea”, activa una eficaz ventilación natural, manteniendo el aislamiento seco y consiguiendo de esta forma un gran ahorro en el consumo energético. A su vez, es un acabado más fuerte y “si el mantenimiento es bueno, dura para toda la vida”, asegura Rosas. Se considera el sistema más eficaz para solucionar el aislamiento, eliminando los puentes térmicos así como los problemas de condensación.

En Pamplona se acogieron el año pasado a ayudas para mejora de envolventes térmicas un total de 32 edificios (un total de 624 viviendas) y 17 en el conjunto de la Comarca y zona norte. En Pamplona, esta demanda supone el triple que la promovida en 2015 (161 viviendas) y multiplica por seis la misma actividad de 2014 (98 viviendas).

Existen otras dos ayudas forales para rehabilitaciones de calado a nivel comunitario. Por un lado, la ayuda para la mejora de la “accesibilidad” y adaptada a la normativa en vigor (el Código Técnico de la Edificación), que puede alcanzar los 8.000 euros de subvención máxima (45%) por vivienda (10.000 para edificios de once viviendas) en edificios donde no hay ascensor, y de 3.000 euros (20%) para adaptarse a la normativa aquellos que sí cuentan con ascensor.

Por otro lado, para fomentar la rehabilitación se ha creado este año una nueva ayuda de mejora de la “eficiencia energética” con un tope de 6.000 euros por vivienda para instalaciones comunitarias (40%) y de 3.000 euros para el anillado interior de las viviendas (20%). Es el caso de las viviendas de la Chantrea donde se ha renovado las instalaciones de calor. El arquitecto Carlos Urzainqui, con experiencia en el campo de la rehabilitación, se muestra convencido de que el futuro pasa por “la recuperación de los casco urbanos”. Atrás queda el planteamiento de que “es mejor rehacer un edificio” y para ello ha resultado clave la ayuda del Gobierno de Navarra. “Cada vez son más las comunidades concienciadas de que una adecuada inversión en el edificio supone una gran ventaja para su confort y ahorro energético”, admite. Y esa inversión supone a su vez una mayor exigencia de “calidad” en el proyecto arquitectónico. “Una correcta intervención debe abarcar todos los aspectos de instalaciones generales y aislamientos térmicos globales de la edificación”.

ayudas individuales Este año se ha producido un despegue de las solicitudes de ayuda ante las incentivos de la nueva legislación foral. En el primer trimestre del año se han atendido desde la oficina de Pamplona un total de 71 solicitudes, 31 para actuar en edificios (en alguna de las tres ayudas comunitarias) y 40 en reformas de viviendas a título individual. También en la Comarca “se han movido las ayudas individuales” con el principal atractivo de que hoy se pueden pedir asumiendo obras a partir de los 2.000 euros (hasta ahora eran 6.000). En apenas tres meses, suman 36 expedientes individuales a los que se suman otros 7 comunitarios. Es decir, sustituir una bañera, cambiar dos ventanas y cualquier “adecuación estructural y funcional del edificio que alberga la vivienda y de las condiciones de habitabilidad de las instalaciones” tiene ayuda siempre que la vivienda tenga más de 25 años. Otro cambio importante con la nueva normativa es que si tienes al menos la mitad de una segunda vivienda en propiedad puedes pedir ayuda. También mejoran las ayudas para mayores de 65 y menores de 35 años, y la mejor de las ayudas se ve incrementada en un 20%.

25 años de vejez. Las tres ayudas comunitarias existentes (accesibilidad, envolvente térmica y eficiencia energética) van dirigidas a viviendas que tienen más de 25 años. En el caso de las ayudas individuales cambian si el edificio tiene más de 25 a 50 años (del 5% al 45%) o más de 50 años (entre el 10% y el 45%), con ingresos máximos de 27.758,50 euros (1 persona), una subvención máxima de 12.000 euros por vivienda (25.000 en área preferente o unifamiliar). El presupuesto debe superar los 2.000€.

Doble ayuda. En el Casco Viejo y Ensanche de Pamplona junto a las ayudas que concede el Gobierno están las que ofrece el Consistorio, entre el 8 y el 34% en el caso de envolventes. También hay Barrios Vulnerables como Lezkairu con hasta el 40% y un tope de 6.000.