pamplona - El Merca’o está de dulce a limpio bocado salado. Este restaurante de la calle Tafalla se adjudicó hace poco más de un mes la XX Semana del Pintxo. Y ayer volvió a hacer diana en la II Semana de la Croqueta, en la que su sabrosa porción de masa ligada con bechamel y rebozada se impuso a otras 86 propuestas presentadas. Dos de dos en 2018.
Las 17 croquetas finalistas lucían ayer bien presentadas y hermosas en la Cooperativa de Hostelería, redondas u ovaladas. Algunas tradicionales, otras más marcianas elaboradas a base de callos, algas o borrajas. Hubo hasta quien dio forma de croqueta a una clásica tortilla de patata. El aspecto de todas ellas bastaba para hacerse una idea de lo bien que lo debió de pasar el jurado zampándoselas... y lo que tuvo que sufrir después para elegir a la premiada. La croqueta entre las croquetas. Con más o menos dolor, el veredicto llegó y la croqueta coqueta del chef Jorge Otxoa y su equipo encandiló al jurado al trabajar un producto de la tierra y de temporada como el perretxiko, con una presentación “original”, “limpieza” en los sabores y un rebozado “perfecto”.
El Merca’o -que en la primera edición apostó por el jamón, fue finalista y ganó el premio a la mejor croqueta tradicional- no lo tuvo fácil porque el invierno estuvo siempre encima de la seta de primavera. “Cuando ves las fechas piensas en qué producto de temporada puedes utilizar. Y el perretxiko más o menos cuadraba por fechas, aunque con tanta lluvia y tanto frío ha salido justo justo”, explicó ayer Otxoa, muy contento con el nuevo galardón y la acogida que ha tenido entre su clientela la croqueta coqueta. “Con el pintxo estamos a tope, y la gente decía ‘ya que estamos aquí, vamos a probar también la croqueta’”, detalló.
La croqueta ganadora no solo sabe a perretxiko. También tiene forma de perretxiko y está presentada sobre un jardín que imita el lugar en el que vive la seta. “Hay que intentar no solo que el producto sea bueno y la croqueta esté buena, sino jugar también con ese entorno”.
un secreto confesable Ayer decía Jorge que no hay mucho misterio en la bechamel, clave en toda buena croqueta: “No tiene truco porque todas se hacen igual. Tiene que estar bien trabajada y ligada y con muy buenos productos. Hemos usado una leche cruda, muy potente en sabor, y una buena harina -de Urdánoz, impulsora del evento-. Y el secreto de nuestra croqueta, de ese sabor tan intenso, es el producto, en este caso el perretxiko, que hemos infusionado dentro de la leche. Ese es el único secreto, y se pude confesar para que la gente lo sepa y lo intente”, confesó Otxoa, que desveló un truco más en el rebozado, para el que han utilizado panko, el pan rallado japonés “para variar un poco del tradicional. Es como el pan rallado pero con escamas, y al freírlo se queda muy crujiente y muy potente de sabor”, finalizó Otxoa, que anunció que desde ya, más o menos de 13.00 a 14.30 y de 20.00 a 22.00 horas, la croqueta coqueta será una opción más en su restaurante para aplacar el hambre con estilo.
En cuanto al resto de galardones, el Chez Belagua logró el premio a Mejor punto de fritura; la Máxima cremosidad fue para el Hotel Yoldi; el Mejor maridaje con vino DO Navarra correspondió a Anttonenea; la Mención especial a El Diván; Casa Azcona se hizo con el premio a la creatividad e innovación; y Le Petit Comité logró el reconocimiento a mejor croqueta o frito tradicional y se adjudicó además el tercer puesto, mientras que La Olla fue segunda. “Ya estamos esperando a ver con qué nos deleitan el año que viene”, reconoció ayer Álvaro Urdánoz, responsable de las harinas que llevan su apellido. “Estamos convencidos de que hemos creado un evento muy potente y con mucha expectativa. Porque... ¿a quién no le apetece una buena croqueta?”, finalizó.