- Las terrazas de Pamplona volvieron, 35 días después, a albergar vida. Una vida que cambió el ánimo de la ciudad en un día gris a través de la alegría de hosteleros y clientes. Los primeros, por regresar al ocio y a las reuniones sociales alrededor de una cerveza o un café caliente; y los segundos, por retornar al trabajo, atisbando a lo lejos la luz en una época oscura para el sector.

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Fotos de la reapertura de las terrazas en Pamplona

En grupos máximos de cuatro, cumpliendo las distancias y demás medidas, los locales acogieron almuerzos, comidas y diferentes servicios de bebidas en grupos de todas las edades: desde los jóvenes, la mayor parte de usuarios ayer, hasta ancianos, pasando por familias y gente de todas las edades que incluso llegaron a formar colas a última hora de la tarde para coger un sitio que se volvió codiciado en locales como los de la Plaza del Castillo.

En cualquier caso, todos mostraron ganas, en algún caso "locas", por poder volver a juntarse en un establecimiento hostelero, como fue el caso de Conchi, Angelines, Salomé y Rosa.

"Teníamos unas ganas locas. Antes solíamos coger café para llevar y sentarnos en un banco, pero se está muchísimo mejor aquí", afirmaban mientras descansaban en el bar Don Pincho de Yamaguchi tras salir a andar a primera hora de la tarde. "La gente mayor es lo que hacemos, salir a andar pronto y tomar algo", explican, ya que si no "se está toda la tarde en casa y es como estar confinado". Esta cuadrilla de amigas asegura que "se está muy a gusto con las estufas y los calefactores, pero se muestran "preocupadas" porque "es un dineral" para los hosteleros, por lo que quisieron ayudarles volviendo a consumir en sus locales.

La misma idea tuvieron María y Lucas, que disfrutaron en la cervecería La Quinta de una comida y su posterior sobremesa junto a otros dos amigos. "La hostelería es un sector maltratado", comentan, que hace que la ciudad sea "otra". "Da mucha alegría ver las terrazas llenas, es lo primero en lo que me he fijado al salir de casa a la mañana", afirman mientras aseguran que tenían "muchas ganas de volver a juntarse" alrededor de una mesa. "Llevábamos un mes con la misma rutina", lamentan, aunque con esta reunión no abrieron su círculo ya que son "de la misma clase" y se siguen "moviendo con los mismos grupos" para no ampliarlo.

Cerca de ellos, otro grupo de universitarios, el formado por Pilar, Luis, Claudia y Rocío, también mostraban "muchas ganas" de volver a tomar algo en un bar, pero con "mucha pena" por el mes de cierre de la hostelería. Aunque intentaban ayudar "cogiendo cena a domicilio, sobre todo los viernes y sábados", seguían pensando que no era suficiente. "Estábamos preocupados por si no iban a remontar", confiesan.

Y en ello están. Los datos de la pandemia han mejorado muchísimo y los hosteleros, aun heridos en un año en el que han estado tres meses cerrados -y otros cinco a medio gas-, vuelven a abrir sus locales para su alegría y la de la ciudad.

"Durante estos días daban mucha pena, estábamos preocupados y hemos pedido

a domicilio"

Clientes del bar Central

"Teníamos muchas

ganas de volver

a los bares, llevábamos un mes siguiendo

la misma rutina"

Clientes de la cervecería La Quinta