“Es un sitio por el que paseo muchísimo. En los últimos años, ha estado cerrado, deteriorado y con pintadas en la fachada. Verlo así era una pena. Cuando vimos que salía el concurso, no lo dudamos”, comenta Javier Arriazu. “Nos hacía mucha ilusión darle una nueva vida”, incide Leire Zabala. Esta pareja, junto a su amigo Jorge García, son los nuevos propietarios del kiosco de El Bosquecillo, que levantó la persiana el viernes 10 de junio. “Nos ha sorprendido la buena acogida. Ha ido bastante mejor de lo que esperábamos. Se ha alineado el buen tiempo con las ganas que tenía la gente de volver a ver funcionar el local”, apunta Jorge. 

"En los últimos años, ha estado cerrado, deteriorado y con pintadas en la fachada. Verlo así era una pena."

Javier Arriazu - Dueño El Bosquecillo

La parrilla es el buque insignia del renovado El Bosquecillo. “De momento, estamos ofreciendo sardinas, que están gustando muchísimo, ventresca de atún, lubina, chuleta, secreto de potro, lechal de Goñi...”, enumera Javier. En los fogones trabajan los cocineros Lucas Martini y Víctor Unzu, que se han forjado en el afamado Basque Culinary Center. “Para el verano, han diseñado una carta especial con elementos frescos muy de compartir como un tartar de remolacha, unas zanahorias caramelizadas con yogur y feta o un pulpo a baja temperatura con papa de Maskarada”, explica. 

El kiosco abre desde las 10.00 hasta las 01.00 horas –el fin de semana cierran a las dos de la madrugada– y ofertan todas las comidas. Para desayunar, cuentan con bollería, tartas –de cacao, zanahoria y queso–, tostadas –con aceite, tomate y aceite, mermelada y mantequilla, jamón y tomate, aguacate con huevo– y zumo de naranja.

Para el mediodía, preparan “los básicos del vermú”: rabas, bravas, jamón ibérico, croquetas de cecina, chipirón, boletus y coliflor y curri. Además, los fines de semana, y bajo reserva previa, confeccionan un brunch –significa almuerzo en inglés– que consiste en huevos benedictine o tostada de tomate con mousse de aguacate y huevo a 65 grados y se pueden añadir diferentes complementos como tarta de zanahoria, macedonia de frutas o zumo.

Obras de arriba a abajo

El Ayuntamiento de Pamplona les adjudicó la concesión el 16 de agosto de 2021 y durante casi un año han estado reacondicionando el local de arriba a abajo: sanearon y arreglaron la cubierta –había crecido hasta un pequeño árbol–, levantaron el pavimento para poner suelo radiante, limpiaron los grafitis y pintadas que había en la fachada, reformaron por completo la cocina y los baños... “Estaba bastante desmejorado y necesitaba una intervención total. Empezamos de cero y le hemos dado un buen lavado de cara”, reconoce Leire, que se ha encargado de la reforma.

“Estaba bastante desmejorado y necesitaba una intervención total. Empezamos de cero y le hemos dado un buen lavado de cara”

Leire Zabala - Diseñadora de El Bosquecillo

Todas estas acciones estaban previstas en el pliego de condiciones que rige la licitación, que se extiende hasta el 31 de diciembre de 2036. “El local estaba tan deteriorado que el Ayuntamiento decidió que fuesen 15 años para poder hacer frente a la inversión que había que realizar aquí. Necesitas tiempo para amortizar esa inversión”, subraya Javier. 

Leire también se ha encargado de diseñar el exterior del kiosco. “Queríamos que encajara con el alma del espacio y lo hemos conseguido a través del color verde –integra el kiosco dentro del parque–, el suelo de terraza, –una continuación de la piedrita de la Taconera– y la iluminación, con unas pequeñas bombillas que cuelgan de los árboles. Es un bar de parque en el que se respira un ambiente muy tranquilo”, relata Leire. 

Imagen exterior del renovado kiosco de El Bosquecillo Iban Aguinaga

La terraza cuenta con 50 mesas y en invierno crearán un espacio semicerrado de 80 metros cuadrados “para no limitarnos a las 20 mesas del interior. Va a ser una estructura bastante cubierta, con techo, cristales altos y fuente de calor para que la gente pueda estar a gusto comiendo y cenando”, apunta Jorge.

Programa cultural

Después de San Fermín, el Bosquecillo realizará una programación musical de grupos locales y otras actividades culturales como recitales de poesía, monólogos o microteatro. “Vamos a esperar. Ya va a haber bastantes conciertos en las fiestas y con la apertura iba a ser todo muy precipitado”, apunta Javier. Aún no hay nada concreto, per los eventos serán los miércoles, jueves y viernes a la tarde. 

Javier y Leire son pareja y previamente habían regentado La Urbana, en Navarrería. “Con Jorge coincidimos allí algunos Sanfermines”, explica Leire. En la actualidad, Javier también es el dueño del Bar Medialuna.