La plaza del Castillo de Pamplona (plaza de la Constitución en diversos periodos desde 1812 a 1931, plaza de la República de 1873 a 1874 y de 1931 a 1936) tiene, como todas las plazas y calles, sus portales numerados. En este caso en un orden que sigue la dirección de las agujas del reloj y que empieza y acaba donde desemboca la calle Chapitela, desde el número 1 que corresponde al Hotel La Perla hasta el número 49 que lleva el edificio de Eusko Alkartasuna. Pero si alguien se molesta en dar la vuelta a la plaza y en ir contando, se encontrará con que faltan algunos números, aunque también encontrará dos cifras duplicadas, el 43 con el 43 bis, y el 44 con el 44 bis. ¿Qué ha pasado con los números que faltan? Para saberlo tenemos que hacer un poco de historia.

Año 1873, lado sur de la plaza, con la fachada neoclásica diseñada por el arquitecto bilbaino José de Nagusía común para los edificios, de izquierda a derecha, del Crédito Navarro (así se suele llamar, aunque esa entidad no se instaló hasta 1909, por entonces albergaba al Café Lardeli y al Nuevo Casino Principal), del Teatro Principal (luego Teatro Gayarre) y del Palacio de la Diputación, construidos entre 1840 y 1847. En el centro de la plaza, la fuente con la estatua de la Abundancia o de la Mariblanca que luego sería sustituida por el quiosco. Foto de Mauro Ibáñez, Archivo Municipal de Pamplona

Aunque nos pueda parecer que las casas desde siempre han tenido su número, que en unión del nombre de la calle nos permiten localizar cualquier dirección urbana, en realidad es una práctica relativamente reciente que tiene poco más de dos siglos de historia. Anteriormente, para localizar un lugar se daba solo el nombre de la calle o algún otro dato como el nombre de un edificio o establecimiento conocido. “Plazuela en la calle de la Paz”, era la referencia de la imprenta madrileña que sacó la primera edición del Quijote; “imprenta de Joseph Longas, calle del Carmen”, se limitaba a señalar este impresor pamplonés del siglo XVIII; “véndese en casa de Mr. Symond, frente de los Peyneros, Puerta del Sol, y en casa de Juan de Buitragos, a la entrada de la calle de la Montera”, se anunciaba en 1744 el Mercurio Histórico y Político, uno de los primeros periódicos de Madrid.

En 1768 el rey Carlos III dictó una cédula que dividía la villa de Madrid en cuarteles y barrios al frente de los cuales se ponía a los correspondientes alcaldes, al año siguiente se extendió la medida a las ciudades dotadas de Chancillería y Audiencia, señalando la obligación de los alcaldes de matricular a todos los vecinos especificando cada casa con su número y numerando con azulejos las manzanas. Aunque estas disposiciones afectaban a Castilla y otros reinos, no eran de aplicación al reino de Navarra, el Ayuntamiento de Pamplona, dentro de un ambicioso plan de renovación urbana que incluía dotar a la ciudad de alcantarillado y alumbrado público, en 1799 decide también rotular las calles y numerar las casas con azulejos. Se adelantó así a otras muchas ciudades. Pese a que desde 1822 distintas normas de policía urbana obligaban a numerar todas las casas y edificios para poder confeccionar los padrones municipales, en 1858 se dicta una real orden que, con el fin de elaborar el primer censo de población moderno en España, insta a los alcaldes a que en el plazo de dos meses procedan a completar los nombres de las calles allí donde no tengan y a fijar los números de las casas donde no los hubiera; se deduce de ello que en muchos lugares no se habían cumplido las disposiciones anteriores. En 1860 se dicta otra real orden con el mismo fin y reglas más detalladas para aplicar el criterio que se ha mantenido hasta nuestros días, se numera el lado derecho de cada calle con los pares y el izquierdo con los impares, contando desde el centro de la población, y las plazas con números correlativos. 

Año 1933, con el Teatro Gayarre derribado para abrir la avenida de Carlos III y el edificio del Crédito Navarro todavía sin reformar. Foto de José Galle, Archivo Municipal de Pamplona.

La numeración que hizo el Ayuntamiento de Pamplona en 1799 se ha revisado en muchas ocasiones y se ha ido extendiendo a las nuevas calles y barrios. Se hizo una revisión general en 1853 y, además, se encargaron 1.656 rótulos de hierro para colocar en cada portal, a 8 reales de vellón cada uno que debía pagar cada propietario, así como 90 rótulos con el nombre de las 45 calles existentes. A consecuencia de las citadas reales órdenes de 1858 y 1860, se hace otra revisión y en 1861 es cuando se asigna la numeración de la plaza del Castillo que llega a nuestros días, del 1 al 49. Desde entonces, la plaza ha conocido diversas incidencias que nos explican la desaparición de determinados números. Algunos ya no existen en el catastro y, por ello, en nuestro paseo alrededor de la plaza no encontraremos el rótulo correspondiente. Otros existen en el catastro, pero carecen de rótulo, y no falta algún caso curioso en que no existe el número en el catastro pero sí lo encontraremos rotulado en la casa. Vamos por orden.

Número 1. No lo encontraremos rotulado, pero figura en el catastro y es el que corresponde al Hotel La Perla desde su fundación allá por 1881, inicialmente como fonda. En otras épocas en la planta baja hubo algunos comercios.

Año 1870, el lado oeste de la plaza con la entrada a la calle San Nicolás y a la izquierda de ella la casa de Labairu, número 34, que sería derribada en 1939 y sustituida por el edificio actual que lleva el número 1 de San Nicolás. A la derecha de la imagen, la antigua Casa del Toril, entonces ocupada por el Café Suizo. Archivo Municipal de Pamplona.

Número 13. En el solar de la casa construida por Huarte y Compañía en 1960, a la que trasladó su domicilio social, hoy más conocida como la del bar Kiosko, había dos edificios hasta que se derribaron para levantar el actual. Solo tiene un portal que se quedó con el número 14, desapareciendo el 13 tanto físicamente como del catastro. ¿Se mantuvo el 14 por evitar la mala suerte asociada al 13? En Pamplona no somos supersticiosos y las calles suelen tener su número 13 donde corresponde, pero vete a saber.

Número 16. El edificio no ostenta rótulo con el número, pero existe en el catastro y es la dirección del Casino Eslava desde que se construyó el edificio actual en 1931.

Número 19. En el solar del edificio del bar Txoko hubo dos casas, con los números 19 y 20, hasta 1962 en que se derribaron y se levantó el actual que ha mantenido el número 20, perdiéndose el número 19. El Txoko abrió en 1932 en el número 20, donde antes había estado el bar España; más tarde se amplió al número 19, derribando la pared de separación. En el número 19 estuvo en otros tiempos la fonda La Ángela, luego la fonda Hispano-Francesa, y también Autobuses La Montañesa.

Año 1939. Vista desde la calle San Nicolás y hacia la plaza del Castillo del hueco que deja la casa de Labairu recién derribada. Foto de Julio Cía Úriz, Archivo Municipal de Pamplona.

Número 22. No existe en el catastro. El edificio que conocemos como del Crédito Navarro (esta entidad se instaló allí en 1909) y que actualmente alberga al Banco Santander, propiedad del concejal Leonardo López de San Román, en origen tenía dos portales, 21 y 22. En este segundo desde 1885 hasta 1934 estuvo el establecimiento del fotógrafo Emilio Pliego. Fue renovado completamente en 1935, tras el derribo del Teatro Gayarre, y se añadió su característica torre. Solo conservó una entrada desde la plaza y un número, el 21, correspondiendo a las oficinas bancarias, desapareciendo el 22 y ubicándose los portales de acceso a las viviendas en las calles Espoz y Mina y Duque de Ahumada.

Número 23. En 1861 lo tenía adjudicado Casa Baleztena, pese a que su entrada estaba en la calle de Valencia, hoy paseo de Sarasate. Desapareció al cambiar el Ayuntamiento de criterio en la numeración. El edificio se construyó en 1840, cuando el paseo apenas estaba urbanizado, e inicialmente perteneció al banquero Nazario Carriquiri. En 1852 lo vendió a José Joaquín Baleztena Echeverría, un indiano natural de Leitza, cuyos descendientes lo siguen habitando.

Número 33. Hoy no encontraremos el rótulo con este número, ha desaparecido con todo el edificio del siglo XVIII derribado hace pocos meses para construir uno nuevo. Es de suponer que se mantendrá el número 33 en el catastro para la nueva construcción.

Año 1873, esquina noroeste donde actualmente está el pasadizo de la Jacoba, entonces pasaje del Café Español. Desde la izquierda hacia la derecha, vemos las casas con los números del 39 al 43 sin porches. Fueron derribadas y sustituidas por nuevos edificios entre 1884 y 1890, añadiéndose porche a los números 40 a 43. A la izquierda de la imagen, los edificios que fueron derribados en 1885 y sustituidos por el del Café Iruña y Nuevo Casino Principal. Archivo Municipal de Pamplona.

Número 34. Ni catastro, ni portal, ni rótulo. Corresponde al edificio donde hoy está La Turronería, antes hubo otros negocios, pero su dirección oficial es calle San Nicolás 1, donde se sitúa el portal de acceso. Este edificio es relativamente moderno, construido en 1939 con proyecto de Víctor Eusa, sustituyendo al anterior, conocido como casa de Labairu, que sí debía de tener portal a la plaza del Castillo.

Número 35. No hay portal, las viviendas tienen salida a la calle San Nicolás, y por eso no existe en el catastro, pero sí un local comercial, un estanco oficialmente denominado Expendeduría nº 6 y que ostenta un cartel con el número 35. Durante muchos años hubo una barbería que se anunciaba con la doble dirección de plaza del Castillo 35 y calle San Nicolás 2, y entre 1879 y 1885 también estuvo el estudio de fotografía de Emilio Pliego, antes de trasladarse al número 22, que igualmente utilizaba la doble dirección.

Número 37. Actualmente no existe en el catastro, la salida del edificio da a la calle Pozoblanco. Correspondía a la antigua Casa del Toril, levantada en 1616 y reedificada en 1651, una de las primeras que se construyeron con fachada a la plaza del Castillo. Se llamó así porque era propiedad del Ayuntamiento y en ella se guardaban los toros cuando se utilizaba como coso taurino la propia plaza del Castillo. Al constituirse la primera plaza de toros permanente, en 1844, el consistorio sacó el edificio a subasta; en el bajo y hasta 1952 se instaló el Café Suizo, que llevaba el número 37 y tenía una pastelería con salida a Pozoblanco. Luego hubo durante muchos años una oficina del Banco de Bilbao; actualmente el bajo que da a la plaza está ocupado por el restaurante La Tagliatella. En los pisos superiores se han domiciliado a lo largo del tiempo diversas instituciones: el Nuevo Casino Principal, el Casino Eslava, el Ateneo Navarro, Izquierda Republicana, la Federación Navarra de Fútbol, actualmente el Orfeón Pamplonés.

Año 1882, lado norte de la plaza, durante el cambio de la guardia, poco antes de que se derribaran los edificios que serían sustituidos por los actuales números 43 y 43 bis (antigua casa propiedad del marqués de Fontellas, luego casa de Garbalena, donde se instaló el Café La Marina, luego el Café Kutz y actualmente se halla el BBVA) y 44 y 44 bis (entonces llamada casa del Crédito, hoy del Café Iruña y Nuevo Casino Principal). Foto Zaragüeta, Archivo Municipal de Pamplona.

Número 39. No hay portal ni rótulo, aunque el número existe en el catastro, la dirección corresponde al local ocupado durante muchos años por el Banco de la Vasconia y, luego, por el Banco Popular que lo absorbió. Actualmente está sin uso, tras cerrar la sucursal bancaria hace unos meses. Las viviendas del edificio tienen salida a la calle Pozoblanco.

Números 40 y 41. Estos dos números correspondían a los dos estrechísimos edificios (con fachadas de apenas 4 metros de ancho) que están encima de donde el porche, ausente entre los números 35 y 39, reaparece cerca de la esquina del pasadizo de la Jacoba. Los edificios actuales se construyeron alrededor de 1890, los anteriores tenían portal pero no porche, igual que los contiguos números 42 y 43, y al ser reedificados todos ellos entre 1884 y 1890 fueron dotados de arcadas con porche. Hoy no hay portales porque las viviendas tienen salida a la calle Pozoblanco. Los bajos que dan a la plaza están ocupados actualmente por el bar-restaurante El Pasadizo de las Delicias y por Nails Factory, una franquicia de belleza de uñas. No existen estos números en el catastro, pero el restaurante tiene rotulado el 40 en la puerta. 

Números 45-48. No existen en el catastro pues correspondían a las casas antiguamente propiedad del Mayorazgo de Sarasa adquiridas por el Crédito Navarro y demolidas en 1885 para construir, con proyecto del arquitecto riojano Maximiano Hijón, el señorial edificio del Café Iruña y del Nuevo Casino Principal, el cual tiene dos portales a los que asignaron los números 44 y 44 bis. 

Una superviviente de las planchas de hierro colado instaladas en 1853 para rotular las casas y fabricadas por Fundición San Vicente de Abando. Foto de Miguel Izu.