Quesos, embutidos, fruta, verdura, ropa, accesorios... Los domingos, los navarros saben dónde encontrar productos de la mejor calidad: en el mercadillo de Landaben.

Para muchos ya es tradición pasar la mañana entre los numerosos puestos establecidos en el recinto. Sin embargo, ahora, después de décadas, es probable que el mercadillo cambie su ubicación. El Ayuntamiento de Pamplona propone volver al origen y regresar al barrio de la Txantrea, concretamente a la zona de la iglesia de Santiago. Después de casi 30 años en el polígono de Landaben, vendedores y clientes se muestran disgustados con este posible cambio.

LOS COMERCIANTES

Efrén Azcona, natural de Estella, ayuda a su familia con el comercio. En su puesto de frutas y verduras, calcula que cada domingo pasan alrededor de 300 clientes buscando alimentos de la mejor calidad. “Llevamos toda la vida aquí y no entendemos por qué quieren cambiarnos de sitio. La gente ya está acostumbrada a venir los domingos y al final lo único que consiguen con esto es volver loco al consumidor”, señala el profesional.

Desde Verduras Sartaguda la opinión es la misma. María Lucía Filip, quien lleva tres años al frente del negocio, indica que el cambio de ubicación no le parece una buena idea. “Hasta que no probemos cómo vamos a estar en el otro sitio tampoco podemos saber si esto va a afectar para bien o para mal, pero la mayoría creemos que será peor. A mí no me parece bien”, puntualiza.

Otros comerciantes ni siquiera eran conscientes de este posible cambio. Es el caso de Juan Carlos Mañueco y Antonio Jiménez, que se encargan de vender embutidos en el mercadillo. “A nosotros nadie nos ha comentado nada, habíamos escuchado rumores, pero nada más”, recalcan. Ambos piensan que movilizar el negocio en la Txantrea va a ser “más complicado”, especialmente por el aparcamiento. “La comodidad que tiene Landaben es que la gente viene aquí en coche y aparca con facilidad en cualquier lado. Si nos mueven de sitio, allí no van a ir ni la mitad de personas”.

También Óscar Ajona, al mando de un puesto dedicado a la ropa de cama, puntualiza que el principal problema de mover el mercadillo de zona es el aparcamiento. “Los comerciantes tenemos nuestra opinión pero no vale para nada, nadie nos escucha”, lamenta, cabizbajo. 

Por su parte, David Marco, tras tres años vendiendo miel en su tienda, expresa que “a la gente le va a costar el cambio porque están acostumbrados a venir aquí. Al final somos personas de costumbres y este tipo de cosas no hacen más que marear”.

LOS CONSUMIDORES

También los usuarios se muestran descontentos con la situación.

Así lo han expresado esta mañana Mari Martínez y Blas López, que llevan “muchísimos años” acudiendo “religiosamente” al mercadillo de Landaben. La pareja se ha sorprendido al enterarse del posible cambio de ubicación y se han encogido de hombros. “¿Cómo puede ser? Si esto está fenomenal, a nosotros nos encanta venir. ¿Por qué querrían cambiarlo de sitio?”, se han preguntado, extrañados.

A María Pilar Alfaro, que ha acudido esta mañana a Landaben en busca de fruta, también le ha desconcertado enterarse de que, de pronto, quizá el mercadillo se mueva a otra zona. “Me parece fatal. A la Txantrea no bajas y es más incómodo ir. A mí me gusta venir aquí, que ya estoy acostumbrada”, ha destacado mientras sostenía entre las manos una caja de fresas.