Fue de largo el candidato de las fuerzas progresistas que más respaldo obtuvo el 28-M, a poco menos de 3.000 votos de la regionalista Cristina Ibarrola, pero la anunciada negativa del PSN a darle sus votos le descarta como opción a la Alcaldía.

Con las conversaciones que ha mantenido hasta el momento, ¿ve factible que el sábado 17 de junio haya un candidato de consenso entre las formaciones progresistas?

–Todavía queda margen para trabajar, queda esta semana y la siguiente, y no pierdo la esperanza. Sí es verdad que hay alguna postura, concretamente del PSN, bastante cerrada por el momento al diálogo, como se ha dicho públicamente.

Ha manifestado que como candidato de la lista progresista más votada le corresponde liderar las negociaciones, ¿qué contactos ha mantenido de cara a buscar una alternativa a la regionalista Cristina Ibarrrola?

–Ya dije que iba a ser muy discreto sobre los contactos, pero dicho esto sí he mantenido contactos telefónicos con los tres y me he reunido también con los tres. Está previsto darle continuidad a esos contactos personales.

¿Cuando habla de los tres se refiere a Elma Saiz, Koldo Martínez y Txema Mauleón?

–Sí.

¿Qué sensaciones ha sacado de estas conversaciones?

– Bueno. Sí es verdad que por parte de Geroa Bai y de Contigo-Zurekin he encontrado una disposición, una manifestación explícita de que no están dispuestos al bloqueo, que no aceptan ese veto, y por parte del PSN el punto de partida es un veto a EH Bildu.

 ¿Tiene previsto convocar una reunión entre los cuatro candidatos de las fuerzas progresistas o una reunión a tres?

–De momento no lo hemos hablado, ni una reunión a cuatro ni a tres. Estamos haciendo contactos bilaterales, pero hemos manifestado estar dispuestos al formato que diga cada grupo. Nuestra postura en ese sentido es sumamente abierta y muy claramente hemos dicho que por nuestra parte no hay ningún veto, pese a lo que se ha dicho de vetos cruzados. Eso no existe. No solo no vetamos, sino que además hemos invitado a hacer un gobierno plural y abierto, sobre un folio en blanco donde se fijen las reglas del juego. Por nuestra parte no hay ningún bloqueo a nadie y lo que pedimos como punto de partida es que no se nos vete, algo lógico y normal para construir cualquier cosa.

Por lo que dice parece que situación es la misma que hace 4 años, cuando los socialistas también dijeron que no le iban a votar. No ha cambiado nada el escenario.

–Yo no diría que todo es exactamente igual, porque hace 4 años Maite Esporrín dijo que no me iba a coger el teléfono. En esta ocasión ha habido una postura más flexible para hablar, para reunirse. Todo el mundo es consciente de que EH Bildu representa al 27% de la población y que excluir a ese 27% es algo extraordinario, fuera de cualquier parámetro lógico. Por eso creo que seguir manteniendo conversaciones es importante y puede ser constructivo.

Los ciudadanos ya han visto este proceso y el desenlace, si nada cambia, es que Cristina Ibarrola será alcaldesa.

–Han cambiado muchas cosas en los últimos cuatro años. La primera y fundamental es que hemos sido capaces de trabajar juntos, lo que no tenía antecedentes. En estos cuatro años las tres fuerzas hemos conseguido doblar el brazo a la derecha un montón de veces, lo que ha servido para aligerar el sufrimiento de la gente durante la pandemia, tomando medidas sociales que Maya no quería tomar. En modo alguno podemos decir que estamos como hace 4 años, hay un precedente claro de trabajo en común y lo único que nos falta es la valentía y la generosidad de ser capaces de llevar ese trabajo común hasta el despacho de la Alcaldía.

¿La propuesta del PSN de abrirse a apoyar al candidato de Geroa Bai puede generar un nuevo escenario?

–Sobre las terceras vías estoy absolutamente persuadido de que ni existen ni son posibles. En primer lugar, no puede haber un gobierno plural, un gobierno de convivencia, donde el primer mandamiento sea excluir al 27%. En segundo lugar creo que se trata de un movimiento del PSN encaminado a quitarse presión. Y habría un tercer factor muy importante, y es que el propio Koldo Martínez ha dicho públicamente que él no se postula y que además garantiza los apoyos de Geroa Bai a la investidura de Joseba Asiron.

Koldo Martínez también ha dicho que si se mantiene la situación de bloqueo intentaría una vía alternativa.

–Eso no quiere decir que se postule.

Si PSN, Geroa Bai y Contigo votaran a un mismo candidato, que no sería usted, ¿qué posición adoptaría EH Bildu?

–Eso no va a ocurrir. Nos lo han dicho públicamente y no voy a decir que privadamente, pero han dicho en repetidas ocasiones que eso no va a ocurrir. Insisto en que no hay rango para una tercera vía que parta de la exclusión del 27% de la población. Tenemos 16 concejales progresistas en el próximo Ayuntamiento, el 50% de los cuales pertenecen a EH Bildu. Nuestra base social no va a aceptar, ni nosotros se lo vamos a proponer, que su voto no sirva para nada. No sólo es que salgan otros, sino es que además hay que apoyarlos, es que es surrealista. Nuestros votos son imprescindibles, necesarios, son la base del cambio, somos 8.

¿Qué harían sus 8 concejales si tuvieran que decidir entre Ibarrola y Martínez?

–Eso no es así. La Alcaldía depende de los 16 concejales progresistas, de los 16, no de lo que hagan los 8 de Bildu una vez se les haya excluido. Y corresponde a los 16, corresponde a las fuerzas progresistas ponerse de acuerdo en cómo impulsar una Alcaldía. Esa Alcaldía tiene que mantener un principio democrático básico, que es que hay que impulsar a la fuerza que más votos tenga, exactamente igual que va a ocurrir en el Gobierno de Navarra, donde creemos que tiene que ser el PSN como fuerza progresista más votada. Y en los ayuntamientos donde sea Geroa Bai la fuerza más votada haremos lo mismo, y donde lo sea Contigo-Zurekin también. Lo único que pedimos es que se practique lo mismo con Euskal Herria Bildu. No tiene ningún sentido que de nuestra exclusión se pueda arbitrar una alternativa a la derecha.

Le preguntaba por lo que harían sus 8 concejales, no por los 16, ante la posibilidad de arrebatar la Alcaldía a la derecha.

–Si quieres te lo contesto de otra manera. Desde el minuto cero hemos dicho que nosotros vamos a presentar una candidatura, eso está claro, eso va a ser así, y si se mantiene lo que se ha dicho públicamente tendrá 11 votos.

Después de haber escuchado a los candidatos, ¿sigue pensando que será usted el próximo alcalde?

–(Se lo piensa). Sí, por supuesto y lo seguiré manteniendo hasta que comience la sesión de investidura para la Alcaldía.

¿Mantendrá esa postura aunque los números no salgan?

–Los números sí dan, otra cosa es que haya una fuerza política que ha dicho que quiere vetar a la fuerza progresista más votada. Ese es el planteamiento que pone en solfa todo lo demás, no lo que diga o no diga EH Bildu. El planteamiento que puede poner en riesgo la investidura de un alcalde progresista es un veto, un veto inicial, cuando nosotros hemos planteado un diálogo sin vetos, con una hoja en blanco. Ahora bien, que se pretenda poner el acento en quien es vetado y excluido, para que tome otro tipo de medidas que no tienen rango, no está en el guión.

¿Piensa que el movimiento del PSN ha trasladado la presión al tejado de EH Bildu?

–Lo que veo y lo que percibo, y además tenemos una base social muy activa con la cual nos reunimos el pasado fin de semana, es de apoyo total. Nuestra base social sigue pensando que como fuerza progresista más votada nos corresponde proponer la Alcaldía de Pamplona. Pienso que la presión está en otros tejados.

Igual es que los partidos ya están preparando el relato para el día después ya que el desenlace parece previsible.

–Si a dos semanas de la investidura hay quien está pensando únicamente en el relato es que posiblemente el guión ya lo tenían escrito desde antes. Todo el mundo tenía sus expectativas antes de las elecciones, todo el mundo pensaba que tenía posibilidades de ser la fuerza progresista más votada, pero luego está la fotografía que nos ha dejado la sociedad y la realidad es que el único partido que crece es Bildu pese a la bajada de la participación. Ese es el mensaje que ha dejado la sociedad y no es algo coyuntural, es estructural, porque llevamos subiendo elección tras elección desde hace 2 legislaturas.