Siente pasión por la fotografía y se nota desde el principio de la conversación. Jennifer Colas ha puesto en marcha en Berriozar un innovador centro, Old Camera, que ofrece diversos cursos y talleres, un proyecto que es parte de ella, que ha estado perfilando pacientemente desde hace varios años y que aspira a convertir en un espacio de referencia en la Comarca de Pamplona con todo lo que ha aprendido durante su etapa formativa y profesional en el Reino Unido.

No le ha resultado nada fácil llegar hasta aquí. De hecho, está sentada en el local que acaba de abrir en Berriozar un poco por casualidad, porque un buen día hace varios años hubo alguien que vio los trabajos que había realizado. Resultó ser un prestigioso fotógrafo, maestro y editor inglés, David Lockwood, que le abrió las puertas a un curso al que solo un grupo selectos de alumnos podía acceder.

“Con la cámara era capaz de expresar lo que sentía. No solo es una cuestión de apretar el botón ante una bonita panorámica, la fotografía es mucho más. Es un proceso creativo, un proceso de aprendizaje, un proceso de conocimiento personal y un proceso de manejo de los aparatos fotográficos”.

No dejó escapar la oportunidad que se le había presentado y lo que hasta entonces había sido para ella una mera afición se convirtió desde ese momento en su forma de vivir y de pensar.

Jennifer Colas se graduó en fotografía y arte por la Universidad de Central Lancashire (Preston). Ha trabajando mano a mano con grandes nombres de la fotografía actual, como Luke Ching Chin (artista conceptual de Hong Kong), el fotógrafo americano O’Neil o Tadhg Devlin, fotografo y profesor Irlandes.

Ha participado en diversos festivales fotográficos, como el Look17 de Liverpool), Revela´T (Barcelona) y fue finalista en Descubrimientos PhotoEspaña20, además de exponer diversos proyectos personales a nivel internacional.

Jeniffer Colas, con una de las máquinas que dispone en Old Camera.

Jeniffer Colas, con una de las máquinas que dispone en Old Camera. Patxi Cascante

Tras formar parte del equipo arqueológico de trabajo dirigido por Alejandro Jiménez-Serrano de la Universidad de Jaén en Egipto, donde se encargó de documentar fotográficamente los restos encontrados en la necrópolis de Qubbet el-Hawa, cerca de la ciudad de Asuán, ha podido finalmente poner en marcha el proyecto que tenía en mente.

“El centro de fotografía Old Camera es un espacio abierto para todos y todas los amantes, apasionados, aprendices y profesionales de la fotografía. Quiero que sea un lugar de encuentro donde poder formarse de manera dinámica, práctica y con una atención personalizada y cursos reducidos” comentó Jennifer Colas.

Herramientas para conocer la fotografía

Reconoce que el tratamiento que recibe la fotografía en Inglaterra es diferente, que allí tiene el reconocimiento profesional que se merece y que las oportunidades también son mayores al otro lado del Canal de la Mancha.

Por eso, uno de sus principales objetivos es ofrecer a los más jóvenes las herramientas necesarias para conocer la fotografía y orientarles si quieren hacer de ella su afición o su oficio y que puedan disponer de su espacio expositivo para mostrar sus creaciones, ya que en Pamplona.

Jennifer explora el lado más experimental de la fotografía y trabaja con diversos formatos analógicos desde hace años, creando, transmitiendo y expresándose a través de la fotografía. Como fotógrafa no se pone límites aunque conoce muy bien cuales son sus puntos fuertes.

El Centro Old Camera tiene previsto ofrecer a partir de este mes talleres y cursos para un público diverso y en diferentes campos, tanto en digital como en analógico. Entre las propuestas aparece un curso de iniciación a la fotografía digital, un curso totalmente innovador de creatividad y experimentación sobre las posibilidades de la fotografía analógica.

El centro dispone de un estudio, zona de formación y un pequeño estudio analógico. Además, cuenta una completa gama de máquinas fotográficas antiguas, alguna de ellas fabricadas hace 135 años, que mantiene operativas gracias a su destreza.

“Soy consciente de que cuando alguien tiene una cámara antigua delante, se queda en silencio y deja que su yo más curioso observe con atención, después vienen las preguntas y como si algo de ese aura antigua hubiera conquistado su curiosidad se crea un momento mágico”.