El Ayuntamiento de Pamplona implantará la figura de trabajadora familiar en los apartamentos municipales para mayores de 65 años para realizar labores de acompañamiento, mediación y asesoramiento a las personas residentes. El objetivo es que esta figura sea realidad a corto plazo, y que sea ocupada por personal del Servicio de Atención a Domicilio (SAD).

Por de pronto, los apartamentos que el Consistorio tiene en el barrio de Iturrama han participado en una experiencia piloto durante cuatro meses. En este tiempo, las personas usuarias han valorado de forma positiva la labor de acompañamiento y seguimiento de la trabajadora familiar, ha informado el Ayuntamiento en una nota.

Este nuevo servicio confía en mejorar la calidad de vida de las personas usuarias, mayores de 65 años con capacidad para valerse por sí mismas. De hecho, la labor de la trabajadora social no es asistencial, en este caso, sino que está enfocada a cubrir otra serie de demandas, como detectar y escuchar las necesidades de los usuarios, ofrecerles acompañamiento, buscar herramientas para mejorar la convivencia, detectar situaciones de conflicto o estimular vínculos familiares y sociales. También trata de combatir situaciones de aislamiento y soledad.

En esta experiencia piloto en los apartamentos de Iturrama, la trabajadora familiar acudía a las instalaciones presencialmente todos los días, un hecho valorado como positivo por las personas usuarias. Además de escuchar sus problemas y necesidades, en este tiempo ha realizado otras tareas como el acompañamiento a médicos y otras gestiones. Además, ha servido de interlocución con el propio Ayuntamiento, a la hora de trasladar las demandas y propuestas de mejorar de las personas residentes.  

FIGURA NECESARIA

Tras cuatro meses de convivencia con la trabajadora familiar, la valoración general de las personas usuarias en torno a su labor es positiva. De los 42 residentes del inmueble de Iturrama, 25 contestaron a una encuesta girada por el Ayuntamiento para conocer su opinión al respecto. El 80% considera esta figura muy necesaria y necesaria. Entrando al detalle de actuaciones de la trabajadora familiar, ocho de cada diez residentes ha resaltado que ha escuchado las necesidades de los apartamentos y sus problemas y preocupaciones personales.

Además, un 68% reconoce sentirse más seguro y tranquilo con la trabajadora familiar, ya que puede recurrir a ella si necesita algo. Asimismo, seis de cada diez reconocen que les ha informado y animado a participar en actividades que puedan realizarse en el barrio.

También la medida ha sido bien recibida en el ámbito sanitario, ya que entre sus funciones está el acompañamiento a consultas médicas, sobre todo, en casos sociofamiliares complejos, con pacientes pluripatológicos y que, en ocasiones, presentan deterioro cognitivo.

El Ayuntamiento de Pamplona dispone en la actualidad de 144 apartamentos municipales ubicados en distintos barrios de la ciudad, como el Casco Antiguo, Iturrama, Milagrosa, Rochapea y San Juan. Dado que existen apartamentos individuales y dobles, en total residen en 153 personas.

Los apartamentos municipales están destinados a personas mayores de 65 años con una buena capacidad para valerse por sí mismas, que no tengan vivienda o presentan graves dificultades para seguir viviendo en su domicilio habitual, por ejemplo, por deficiencias de habitabilidad o por haber sido desahuciados. Se conciben como un servicio residencial de alojamiento sin servicios añadidos y sin barreras arquitectónicas. Pueden utilizarse de manera individual o en pareja y disponen de unos servicios mínimos comunes que son de uso voluntario.

Con la creación de esta figura de trabajadora social, que se quiere extender a todos los apartamentos municipales, se pretende dotar a las personas residentes de "una mayor seguridad y tranquilidad en el día a día, al contar con una persona que les brida apoyo y asesoramiento". Se trata de una persona con la que hablar y que ofrece apoyo emocional ente problemas personales o colectivos, ha explicado el Ayuntamiento.