Hace tres décadas, los 3.000 cocineros que conforman la comunidad europea Euro-Toques pusieron en marcha el Día del Gusto y del Producto. Una cita anual en la que “nos acercamos a los colegios para enseñar a los niños a comer sano. Principalmente les mostramos la pirámide de la alimentación, qué productos se deben comer más y cuáles menos”, dice el chef del Alhambra Javier Díaz, que participa en esta iniciativa desde hace 26 años. “En España hay un índice de obesidad infantil exagerado, y los padres algo estamos haciendo mal. Por ese motivo me gusta acercarme a los colegios, apostando por la salud de los niños y también para que los padres se impliquen”.

La de este jueves ha sido una edición especial porque, por primera vez, compartían aula y aprendizaje jóvenes y mayores; el alumnado del ciclo de Formación Profesional Especial de auxiliar en Alojamientos y Lavandería de Jesuitinas, junto con una decena de personas usuarias de los centros de día de Solera, “y a mí esa gente me toca el corazón. Es muy bonito poder realizar esta acción”, añade Díaz, que seguirá participando en este día "mientras la ilusión la tenga ahí. Y yo también aprendo de ellos".

Además de la pirámide de la alimentación, Díaz ha incluido en la clase un esquema con la filosofía del Alhambra, algunos de los utensilios que emplean para elaborar sus propuestas y un buen montón de ejemplos de los platos que ofrece el restaurante.

El chef ha montado cuatro platos; un aperitivo que estrenarán ahora en la nueva carta, “un bizcocho de cebolla con unas gambas al ajillo y wasabi, tipo sandwich”; después “un timbal de patata, bacalao y pimientos del piquillo de Lodosa, con un pil-pil, vegetales y las láminas de bacalao que he traído ya confitado”; montó después la Alcachufa, una crema de chufas con unas alcachofas planchedas, nueces de macadamia, queso Roncal rallado y unas láminas finas de cecina curada”. Y de postre, un cremoso de chocolate amargo (con crema de chocolate blanco y fruta de la pasión), con toques de frutos secos y láminas de chocolate cristalizado. Un plato que completan en el Alhambra con helado de algarroba.  

Los alumnos también han aprendido a diferenciar en boca los distintos sabores; dulce, salado, ácido y amargo, y la jornada ha finalizado con una cata del queso Idiazabal que elabora Ricardo Remiro.

En Navarra tenemos unos productos top, muchísimos con denominación de origen; verdura de todo tipo, grandes almazaras, grandes bodegas, grandes quesos... Es un espectáculo. Cuando salgo a Barcelona o Madrid a hacer jornadas gastronómicas, nos tienen envidia sana por nuestra huerta, nuestro producto de cercanía y proximidad... tenemos unos agricultores y unos ganaderos impresionantes”, ha concluido el chef poniendo en valor el producto local.

La colaboración entre Jesuitinas y Solera

Arantxa López, profesora del Ciclo de Formación Profesional Especial de Jesuitinas, ha explicado que “como tenemos módulos profesionales de limpieza y lavandería, decidimos hacer una colaboración con un centro que también trabajara estas cosas, con talleres de cocina, de costura, de limpieza y lavandería”. Han impulsado una colaboración mensual con Solera con la que “nuestros chavales no van a ayudar ni a enseñar, unos aprenden de otros”.

Por ejemplo, han estado juntos en un taller de cocina –fueron a las huertas de la Magdalena a comprar, asar y pelar pimientos con los que después harán un concurso de pintxos–, modistas y sastres del centro de día irán al colegio a enseñarles el oficio a los estudiantes, y a su vez los jóvenes ofrecerán a los mayores una clase de zumba. En Navidad realizarán juntos un taller de manualidades, y los alumnos aprovecharán el comedor de Solera para realizar allí su práctica de montaje de comedor. “Es un enriquecimiento profesional y sobre todo personal, que es lo más importante”, ha asegurado Arantxa.