A pesar de que hace cinco meses que los Sanfermines se quedaron atrás, la Plaza de Toros de Pamplona mantiene el color blanco (y el rojo, que siempre acompaña el espíritu navideño). En esta ocasión, el ruedo se llena de gente para ver los puestos de los 56 artesanos que celebran la 30.ª Feria de Navidad hasta el próximo 7 de enero.

Cerámica cordobesa, colgantes, magdalenas, gorros de invierno o jabones aromáticos son algunos de los productos que se venden en este mercadillo organizado por los colectivos de artesanía San Nicolás y Gabonak. Luis Miguel Martínez, de Regalos Basoa y uno de los miembros de la asociación de San Nicolás, recuerda los orígenes: “venimos de los hippies de San Nicolás. Colocábamos los puestos en la plaza (luego pasamos a Antoniutti) y juntos, con Gabonak, hemos terminado haciendo durante 30 años esta Feria de Navidad”.

En un espacio reducido, Luis pretende abarcar una muestra significativa de su tienda en Ansoáin: complementos de frío, aromas o bisutería artesanal de plata y acero. “Muchos de los productos los hacemos nosotros con las manos. Es lo que hacíamos antes: montar nuestros diseños de manera independiente y ver si gusta”, señala.

“Aquí estás. Otro año más”. Un hombre pide las típicas magdalenas de sabores. Ignacio Rodríguez continúa la broma y entre risas sentencia: “el día que no vuelva, esta feria va a perder”. El Capotico es uno de los puestos más tradicionales y queridos. “Sigue volviendo”, se despide el joven. Además de las magdalenas, también tienen mucho tirón en la Feria la torta txantxigorri. las delicias de moscatel o los barquillos de 19 sabores

Para Ignacio, la Feria de Navidad de Pamplona es “un regalo. Nos dedicamos a hacer ferias medievales por toda España (Córdoba, Valencia, Asturias...), pero soy más feliz cuando juego en casa durante casi 40 días”, confiesa.

El regalo de tu vida

Vitagrama trata de recoger de forma habitual las memorias y los recuerdos de nuestros mayores antes de que se pierdan; de manera que se recuerden los hitos de vida de esa persona de generación en generación” explica Sara Larripa. A través de una entrevista de tres horas realizada por un antropólogo especializado, se escogen tres fotografías en las que se narran e interpretan distintos momentos de su vida. Posteriormente, se hace un montaje que se ordena por episodios y, a través de una aplicación, es posible compartir el vídeo con los familiares. “Es muy bonito porque en este regalo se está envolviendo una vida”, asegura Sara.

Se trata de la primera vez que Vitagrama tiene un puesto en la Feria: “Entendemos que la gente que viene aquí busca otro producto, pero muchos de ellos también tendrán un familiar de quien quieran tener un recuerdo bonito. Y es un regalo que merece la pena”, añade.

En la Plaza de Toros se envuelven muchos regalos. Y pasan de unas manos artesanas a otras que, con cariño, agradecen el gesto.