Han pasado unas horas desde que registraran la moción de censura. ¿Se cree ya que en 15 días vaya a ser alcalde de Pamplona?

–Poco a poco me lo voy creyendo. Sabíamos en todo momento que existía la posibilidad, que los resultados habían sido buenos y que estábamos muy cerca. Pero no habría sido la primera ni la última vez que nos hacemos muchas ilusiones y luego se queda todo en el tintero. Me lo he empezado a creer, y, sobre todo, cuando reflexiono sobre ello me doy cuenta de que no tiene vuelta de hoja. 

A las puertas de la jubilación, ¿no está cansado de asumir esta responsabilidad de nuevo?

-Estoy más ilusionado que nunca. Y no me quiero jubilar. Yo siempre digo que, cuando he vuelto a la docencia, me he sentido profesor joven por segunda vez. Y quiero que ahora me pase lo mismo aquí. Quiero volver a ser alcalde con lo que sé ahora, con lo que he aprendido.

¿Y en la calle qué le dicen? 

-No hemos tenido mucho tiempo, pero, en general, la gente del mundo progresista está muy contenta. Y en muchos sectores se nota mucha euforia. Sabemos todos y todas que esta es una oportunidad, que estamos ante algo inédito, porque más allá de quién ocupe en cada momento las cabeceras de lista, aquí lo que se vislumbra es un cambio de paradigma en el juego de mayorías, y ahí es donde radica lo verdaderamente importante.

¿Le han gritado ya?

-En la calle, no. En redes sociales he visto a la gente que se le nota que está enfadada. 

Lo digo porque Ibarrola, el otro día, arengaba a la gente a manifestar su desacuerdo. Se les ha tildado a ustedes de miserables; el otro día Esparza llamaba escoria al PSN... ¿Es tan serio lo que está pasando o son fuegos de artificio que acabarán apagándose con los días?

-En general, la gente de Pamplona es educada, y, en lo cívico, tiene un comportamiento que va por delante de su clase política. Sí me preocupa que estén intentando clonar la manera de entender la política que tiene la señora Ayuso. Pero una cosa voy a decir: yo creo que todos los políticos en algún momento pasamos o vamos a pasar por la situación en que está Cristina Ibarrola, y hay que salvarlo con dignidad y sin hacer el ridículo.

Ahora mismo esa transición tranquila con la alcaldesa Cristina Ibarrola no es posible, ¿no?

-Bueno, yo creo que al final hablaremos y estoy seguro de que llevaremos adelante una transición civilizada. 

¿El trato entre ustedes era tan bronco durante la legislatura?

-Públicamente, sí, es curioso. Yo creo que había una pose como de querer demonizar al que tienes enfrente. Pero yo no pienso eso de ella. Yo creo que UPN es un partido necesario en Pamplona, y no sé por qué pero parece que molestamos.

La alcaldesa ha suspendido toda la agenda... La parálisis absoluta. ¿Es una manera tipo Trump de no aceptar la derrota?

-No me parece que sea la mejor salida para la ciudad, paralizarla en base a un revés que has tenido tú en un momento político. No sé qué se pretende. Y eso, desde el punto de vista de ciudad, es difícil de entender.

Se le acusaba también a usted de haber estado estos seis meses de legislatura ajeno a la ciudad, en su puesto de trabajo, como para venir ahora a coger la vara de mando.

-Claro que he seguido Pamplona, y prueba de ello es que voy a coger el día 28 de diciembre la vara de mando y no se va a parar nada. Al contrario, se van a poner en marcha las cosas. Hemos estado haciendo oposición y ahora vamos a gobernar. Pero en una cosa le voy a dar la razón a Ibarrola: en estos meses yo he estado también entregado a mi trabajo en la ikastola. Soy profesor, tengo 138 alumnos que necesitan un profesor que les dé clases y les corrija los exámenes.

¿Hasta cuándo?

-Hasta ya, el día 23 cojo las vacaciones en la ikastola. El 28 es el pleno, y, de hecho, ya estamos trabajando en la transición de las clases. Yo soy profesor de Historia del Arte y trabajo con adolescentes, que son unos seres fascinantes, y me parte el corazón tener que dejar la enseñanza.

¿Ya no volverá más?

-Es díficil, porque tengo 61 años, y la legislatura me pillára a punto de cumplir los 65.

Se lo digo porque espera terminar la legislatura, ¿no? Ya no más mociones de censura...

-¡Hombre claro! Lo que empiezo lo termino.

¿Es un sectario Joseba Asiron, como se empeñan en llamarle?

-Estos días les he comentado a mis alumnos que van a oír muchas cosas de su tutor y profesor en la televisión. Y les he dicho lo siguiente: ‘No me preocupa en absoluto lo que digan de mí gente que ni me conoce ni ha trabajado conmigo ni me aprecia’. Me preocuparía mucho más que eso lo pensaran mis alumnos y alumnas y sé que no lo piensan.

¿Ellos qué le dicen? ¿Cómo le recibieron en clase tras la noticia de la moción de censura?

-Ha habido muchas enhorabuenas. En algún curso, ha habido incluso vítores. Y me guardo un mensaje de unas alumnas en el que, como con cara de enfadadas, me decían, como las parejas cuando se enfadan: ‘Tenemos que hablar’. 

Es interesante saber lo que opinan los jóvenes de todo esto. 

-Así es. A mí lo que diga Federico Jiménez los Santos... Es que ¡si no me conoce¡ Que me digan criminal o sectario, todas esas barbaridades, no me afectan. Me preocuparía que lo dijeran mis alumnos y alumnas o mis compañeros de trabajo. 

El día 29 vuelve a la actividad municipal al cien por cien. ¿Sin un descanso navideño?

-No va a haber mucho tiempo de vacaciones. Espero los días de Nochebuena y demás poder ir con mi familia a una casa rural. Solemos ir a un destino cerca de Pamplona, pero me gustaría poder tener tiempo. Para poder trabajar; las vacaciones tienen que ser un tiempo para trabajar mejor, por lo menos en este caso.