La entrevista se realizó en una céntrica cafetería de Pamplona poco después de haberse cerrado este jueves el acuerdo para formar un gobierno progresista que entre en funcionamiento en cuanto se materialice la moción de censura contra la alcaldesa Cristina Ibarrola (UPN) y tome posesión Joseba Asiron (EH Bildu). Koldo Martínez se marchaba a Madrid, lo que le impidió estar presente en la firma del pacto que le convertirá en concejal delegado del área de Promoción Económica, Innovación, Proyección Europea, Cooperación al Desarrollo y Juventud a partir del 28 de diciembre.
¿Es de lo que piensan que el acuerdo firmado entre EH Bildu y PSN tiene más trascendencia de lo que parece?
Sí, claro. Tiene trascendencia y edad, porque creo que esto se fraguó hace mucho tiempo. Es trascendente porque sin ese acuerdo habríamos seguido por desgracia con el desacuerdo que había en junio, cuando votamos por primera vez a Joseba Asiron para alcalde y el Partido Socialista se abstuvo. Aquel desacuerdo a dos se ha convertido ahora en un acuerdo a cuatro que va a permitir que 16 concejales votemos a Joseba Asiron el 28 de diciembre y que Iruña salga de la parálisis.
Desde luego que en Pamplona ha sido trascendente, ¿cree que también lo será fuera del ámbito local?
Creo que tiene más trascendencia que el Ayuntamiento de Iruña, porque no solo tiene que ver con esta Alcaldía si no con la política en general.
Vaya la que se ha montado con la moción de censura.
Es terrible, porque en la vida se gana y se pierde, es lo primero que hay que enseñar a los niños, a saber ganar y a saber perder. La derecha y UPN en Navarra no han sabido perder y desde que se anunció la moción de censura su reacción ha sido exageradísima. En Geroa Bai nunca hemos actuado así, siempre hemos defendido la convivencia pacífica y nunca los insultos. En democracia no tienen ningún sentido y menos cuando insultas a las personas con las que tienes que acabar negociando y acordando.
El presidente de UPN, Javier Esparza, no se ha cortado demasiado en sus manifestaciones públicas.
Cuando hace un tiempo dijo que iba a intentar un acercamiento a PSN y Geroa Bai pensé que parte de ese camino ya lo tenía hecho, como el acuerdo que tenía para aprobar la reforma laboral a cambio de que los socialistas aprobaran el presupuesto de UPN en Iruña. Ese acuerdo se rompió por los dos tránsfugas, que luego se pasaron al PP y votaron en contra de la reforma laboral, pero eso ya estaba en marcha y ayuda a entender el enorme enfado de UPN. Sí le puedo decir que Geroa Bai y UPN no han tenido ningún acuerdo.
Aunque es comprensible que esté molesta, ¿le ha sorprendido la reacción de Cristina Ibarrola?
Enormemente. En la vida a veces se gana y a veces se pierde. Yo he sido de los que hemos perdido casi toda la vida y no he permitido que nada de eso me quitara la sonrisa, el optimismo y la buena educación.
¿Es cierto que los ediles de UPN han dejado de saludarles tras el anuncio de moción de censura?
Es verdad, nos han dejado de saludar, lo que resulta inconcebible en personas adultas, con un mínimo de educación.
Es de suponer que en algún momento volverán los saludos.
No lo sé, pero por su propio bien y por el bien de la ciudadanía de Pamplona tienen que cambiar, porque ese rencor que nos están demostrando estos días no es bueno para la salud ni para nada.
El otro día se le vio dolido por las cosas que le dijeron en junio, cuando el PSN se abrió a estudiar una opción alternativa a Ibarrola que pasaba por apoyarle a usted. ¿Le sigue molestando aquel episodio?
Sí, sí. Tengo una visión muy crítica de lo que pasó entonces, cuando vimos que el Partido Socialista no iba a votar a Joseba Asiron y propusimos una vía alternativa que tampoco tuvo éxito, entre otras cosas porque EH Bildu se cerró en banda. Achaco a las dos formaciones, a PSN y a Bildu, que Pamplona haya estado paralizada durante estos seis meses. Bienvenido ahora el Partido Socialista al acuerdo de las otras tres fuerzas y bienvenido el cambio de postura en Bildu, que ha rebajado mucho la expresión pública de sus políticas hasta posibilitar que el PSN vote a su candidato.
¿Qué le pareció la manifestación celebrada el domingo en Pamplona?
Hay muchas etapas que tenemos que superar para lo que queremos hacer en Iruña, una ciudad de la convivencia. No hace mucho tiempo había quienes decía aquello de ‘UPN y PSOE la misma mierda es’ y ahora hay otros que dicen ’PSOE igual a Bildu igual a escoria’. Desde Geroa Bai queremos superar esa dicotomía, ese enfrentamiento, ese reñidero que no lleva a ningún lado, más que al enfrentamiento y a la división. Queremos hacer una Iruña que no se enfrente a Pamplona y una Pamplona que no se enfrente a Iruña. Con ese espíritu vamos a entrar en este gobierno municipal.
¿Cómo de complicada ha sido la negociación hasta llegar a un acuerdo para formar parte del tripartito?
Ha costado mucho, porque en democracia los números cantan. Nosotros somos dos y Bildu son ocho, aunque en varias de las reuniones nos recalcaron que no eran ocho sino que eran 13. Es decir, el acuerdo EH Bildu y Partido Socialista es más potente de lo que están diciendo. En las reuniones yo les decía que no eran 13, que eran 8 y con los dos de Geroa Bai y el de Contigo-Zurekin sumamos 11. Ellos se han agarrado mucho a que tienen ese acuerdo con el Partido Socialista, pero lo que sucede es que estos cinco votos han decidido quedarse fuera.
¿Está satisfecho con el resultado de la negociación?
Me voy contento. Creo que hemos mantenido de forma inteligente, prudente y potente la postura de Geroa Bai, defendiendo la dignidad de nuestra presencia en este gobierno municipal. Lo que propusimos a Bildu fueron las áreas en las que creíamos que más y mejor podíamos aportar tanto Mikel (Armendáriz) como yo y el resultado ha sido satisfactorio.
En 2015 decidieron no entrar en el primer gobierno municipal liderado por EH Bildu, aunque un año después cambiaron de opinión y terminaron por asumir dos áreas delegadas.
Creo que fue equivocada la decisión de no entrar. Fue un error, no hicimos lo que Geroa Bai dice que va a hacer. En esta ocasión dijimos desde el primer momento que nuestro deseo y voluntad era formar parte de ese gobierno municipal. En las instituciones Geroa Bai siempre ha impulsado gobiernos progresistas y plurales. El partido Socialista ha dicho que no quiere participar en el equipo de Gobierno y no pasa nada.
Habrá que hilar fino para desarrollar los proyectos pendientes.
Vamos a tener una situación parecida a la del Gobierno de Navarra, pero con otros actores, con una de las fuerzas que apoya el programa, en este caso el PSN, apoyando desde fuera a las tres formaciones que han firmado el acuerdo. Nuestra intención es que las políticas progresistas en Iruña estén dirigidas a la convivencia, que respondan a esa mayoría que votó a las fuerzas de progreso, empezando por el Presupuesto, que es lo más importante.
Antes tendrá que celebrarse el Pleno de la moción de censura. ¿Está preocupado por lo que pueda suceder ese día?
Sé que hay dos concentraciones pedidas y espero que la ciudadanía de Pamplona se comporte tal y como lo ha estado haciendo desde que se conoció la firma de la moción de censura: con mucha tranquilidad y total normalidad. Muchísima gente me ha felicitado y alguna persona me ha dicho que muy mal, que cómo hemos podido entrar en ese juego. Creo que Iruña lo está aceptando con normalidad democrática, afortunadamente hemos ganado mucho en ese aspecto en estos años.
Una vez se materialice la moción de censura, ¿tienen previsto convocar un Pleno extraordinario para aprobar la modificación de la contribución urbana que se ha quedado pendiente tras la suspensión del último pleno?
La alcaldesa se ha lavado las manos y pone la responsabilidad de esos 250.000 euros que se pueden perder en el futuro gobierno. Es una decisión absolutamente irresponsable de Cristina Ibarrola, porque para que entre en vigor la modificación debería publicarse el 29 de diciembre en el Boletín Oficial de Navarra. Aunque no va a ser fácil, intentaremos solucionarlo en cuanto se haga efectivo el relevo en la Alcaldía.
¿Tienen fijadas las prioridades de la legislatura?
Hasta ahora hemos estado centrados en la elaboración de un programa con más de sesenta medidas. Cada formación tiene sus prioridades y habrá que decidir cuáles son las prioritarias.
