Celebran tres años “organizándonos desde la solidaridad y tejiendo lazos comunitarios en Iruñerria a través del Sindicato de Vivienda y la Despensa Solidaria”.

Lo hacen a lo grande con la Semana de Haritu, que ha comenzado este viernes con una recogida de alimentos gigante en supermercados de Pamplona –Rochapea, Casco Viejo, Mendillorri, Milagrosa, Buztintxuri y San Jorge– además de en Etxauri. Los festejos se prolongarán hasta el próximo 3 de febrero, sábado con kalejira desde el Casco Viejo hasta la Rochapea, comida y conciertos.

La red de apoyo mutuo Haritu surgió a raíz de la pandemia, cuando un pequeño grupo de vecinos y vecinas comenzaron a juntarse en el Casco Viejo al detectar muchas necesidades básicas sin cubrir.

Era el germen de una red que ahora componen cerca de 40 familias y unas 170 personas. Toda esta gente participa activamente en la recogida de alimentos y en la organización y reparto posterior. Lo hacen dos sábados al mes durante todo el año “para aliviar y responder al incremento del precio de la cesta de la compra y al consecuente empobrecimiento de la vida que conlleva para los sectores más golpeados de nuestros barrios; para la clase trabajadora, especialmente las personas migrantes y racializadas”. 

Las cestas de la recogida de alimentos que se realiza dos sábados al mes, organizadas y preparadas para su reparto en Zabaldi. cedida

Este viernes han ampliado su radio de acción con una recogida gigante para “visibilizar y llevar a la calle una de las herramientas colectivas de Haritu, las recogidas de alimentos y productos básicos, además de el posterior reparto y asambleas traducidas al Wólof y al Árabe que nos permiten seguir articulando este engranaje de solidaridad y autogestión”, dicen. 

Una manera de organizarse que “nos permite crear comunidad, una comunidad política que se articula mediante todo este trabajo cotidiano para luchar por unas condiciones de vida mejores, que consideramos imposibles de garantizar en el capitalismo”, argumentan.

Del supermercado a la tierra

En Haritu buscan superar “el asistencialismo que hay detrás de este método de recogidas en supermercados”, el que actualmente les nutre de más alimentos junto a Elkarkide, que les proporciona de manera regular hortalizas de la huerta de Aranzadi.

Por eso, apuestan por ser progresivamente “capaces de autogestionar y de tomar el control de lo que producimos”, cuentan. Desde 2021 gestionan en la zona de Donapea una huerta de la que “ya estamos recogiendo verduras para las cestas”.

Trabajos en una de las huertas que les han cedido. cedida

El pasado verano empezaron a colaborar “con otros agentes donde estamos poniendo en marcha una gran huerta en Aginaga, donde además se ha adecuado todo un espacio donde pueden surgir muchos otros proyectos. Esto se está llevando a cabo también con turnos de personas que se han liberado del supermercado y ahora están trabajando la tierra. Además, el producto de la cesta que más ha subido es el aceite de oliva, y esto nos ha llevado a gestionar la cosecha de los olivares cedidos en Artazu y Olkoz, que nos proporcionan aceite de oliva que repartimos entre todas nosotras”, aseguran.

Recogida de olivas para elaborar su propio aceite. cedida

Además de estas labores, trabajan “en la línea de gestión de conflictos, casos de violencia machista, clases de apoyo, de euskera… y ahora también en un sistema que hemos puesto en marcha para el cuidado de txikis mientras se hacen los turnos de recogida o durante las asambleas, entendiendo que la carga siempre ha recaído en las mujeres, y que a su vez esto podría llevar a la falta de disposición de tiempo libre o participación en el colectivo. Cuidar entre tdxs y gestionar conflictos colectivamente hace de Haritu un colectivo profundamente feminista”.

También han colaborado con otros colectivos como el Mundialito Antirracista o Pastef, “ya que la mayoría de personas que conforman Haritu son senegalesas, y algunas están muy activas dando apoyo al opositor líder Sonko de Senegal, además de señalar las leyes y procesos racistas en la propia Iruña”.

Por último, desde Haritu hacen referencia al alto nivel de compromiso e implicación de su comunidad. “Es obligatorio y necesario hacer los turnos de supermercado y huerta, acudir a las asambleas cada dos semanas y participar en las tareas cotidianas, cogiendo cada vez todas por igual las diferentes responsabilidades. Nos organizamos desde el asamblearismo, el apoyo mutuo y la autogestión".

"De hecho, la despensa es una de las claves para entender esa continuidad en Haritu, ese día a día, esa posibilidad de pensar conjuntamente otras cosas, es el espacio donde se articula la participación de las personas más golpeadas y donde se haya esa vinculación con el proyecto de sentirlo como propio”, concluyen.