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Las peñas celebran su día por todo lo alto

Los castellers de la Colla Joves Xiquets del Valls protagonizan una jornada festiva con exhibición de pancartas en la plaza Consistorial, lluvia y calderetes

En imágenes: Las Peñas celebran su día por todo lo altoIñaki Porto

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Llevan pañuelo y una faja extraña por estas tierras, pantalón blanco y blusa roja. Su indumentaria casi podría colar como sanferminera, y hacen piña al igual que las 16 peñas de la ciudad. Pero en lugar de llevar pancarta trepan unos sobre los otros al ritmo de su propia txaranga.

El tradicional Día de las Peñas, medicina de mozos y mozas para apaciguar las ansias de juerga a escasas fechas del Chupinazo, contó este sábado con la peña número 17. La más numerosa de todas: alrededor de 300 personas llegadas desde la provincia de Tarragona. Los castellers de la Colla Joves Xiquets del Valls, agrupación con más de 200 años de historia, levantaron sus espectaculares castillos humanos en dos de los escenarios emblemáticos de Pamplona por San Fermín: la plaza del Ayuntamiento y la Plaza de Toros. Un vistoso jumelaje folclórico que ni la lluvia, pertinaz e inoportuna, pudo empañar.

“Querían venir un día como hoy a Iruña, y como teníamos nuestro día y vimos que encajaba involucrarlos en el cartel, así ha surgido”, explicó Rakel Arjol, presidenta de la Federación de Peñas. El de ayer era un día especial para las peñas, que presentaron las pancartas a la ciudad: “Supone mucha emoción ver todas las pancartas en la calle. Queda una semana para el Chupinazo. Estamos con muchas ganas de que todo salga bien, de que todas y todos nos respetemos”, deseó. Arjol recordó que, durante San Fermín, las peñas participarán en el tradicional homenaje a Germán el día 8 de julio, y además el día 11 celebrarán una kalejira a favor de Palestina, con salida a las 17.00 horas desde la plaza de San Francisco. Con respecto al día de ayer, además de los castellers, la novedad era un punto de información morado que se habilitó en el exterior de la Plaza de Toros, en la zona de calderetes. También allí se colocó un stand de venta de camisetas que recaudaba fondos para Palestina.

Pancartas fugaces

Las 16 telas de cada una de las peñas de Pamplona se desplegaron ayer alrededor de la plaza del Ayuntamiento. Ibarrola y su fregona, el adiós de Arraste o Asiron –el dibujo coincidió con el alcalde original, quien junto con los ediles Maider Beloki y Borja Izagirre recibieron a los castellers– no tardaron mucho en replegarse. El agua hizo acto de presencia. Ya habrá tiempo para verlas danzar y pasearse por la ciudad. “Lástima la lluvia, que no nos ha dejado subir un piso más”, se lamentaba Francesc Ramon, cap de colla de la agrupación, encargado de dirigir los castillos, decidir cuál van a ejecutar, “quién tiene que subir y cómo lo hacemos”. Justo cuando levantaban su primer castillo, el agua apareció y “he dicho que el último piso no subiese, porque era complicado”. Tampoco pudieron realizar un pilar de siete que tenían preparado. “Es la construcción más difícil de hacer, con dos piñas. No ha podido ser, esperamos volver otro año y lo hacemos”, aseguró.

Los de Valls tenían “muchas ganas de venir a Pamplona, hace mucho tiempo que estábamos buscando poder venir y hacer una exhibición como la de hoy, y lo hemos conseguido este fin de semana. Nos pusimos en contacto con el Ayuntamiento de Pamplona, con las peñas y con el Ayuntamiento de Huarte. Porque una parte de la colla se aloja en el pabellón de Huarte, y mañana (por hoy) vamos a hacer una pequeña exhibición allí”, reconoció Francesc Ramon. “Somos una organización grande, y una salida familiar para nosotros es muy interesante. Además, el show que hay montado aquí nos va muy bien. Es muy familiar, y ha sido acertadísimo venir hoy”, destacó.

Casi 300 personas de la colla participaron en el día de las peñas, 40 de ellos niños. “Hay gente que son acompañantes y no se ponen dentro de la piña, pero para lo que estamos haciendo hoy participamos unos 220 seguro. Para hacer castillos de 9, como el que hicimos la semana pasada en Valls, necesitas 300 personas”, detalló. Y para coronar los castillos, los más menudos. Niños y niñas que “a partir de cuatro años ya van para arriba”, reconoció.

Detrás de los castellers hay “muchísimas horas a la semana de dedicación trabajando para la colla, e individualmente cada uno para estar físicamente bien. Esto parece muy fácil, pero no lo es”, destacó el cap de colla. Y después de actuar en la Plaza del Ayuntamiento y en el coso taurino, se mezclaron todavía más con las peñas y comieron con ellas. “Ambiente festivo, que es lo que queremos”, finalizó.

Los calderetes

En los alrededores de la Plaza de Toros, pese al mal tiempo, se desperdigaron tantos calderetes como peñas hay. A la comida se habían apuntado 600 personas, la mitad de la colla. Para que los de Tarragona no se quedaran con hambre, Gorka González y Javier Torres –entre otros y acompañados por un profesor de la escuela de hostelería– preparaban una enorme paella para 190 personas, otras dos para 50 personas cada una y una paella vegana para 7 personas más. “Estamos ayudando a la Peña Rotxapea. Somos del barrio y venimos para echar una mano. Siempre estamos en estas historias cuando nos llaman. Hace poco hicimos una, antes de las fiestas del barrio, con lomo, piperrada y ensaladas para 150 chavales en el frontón”, destacó González.

Los preparativos para sus paellas comenzaron el miércoles haciendo el sofrito. “Y hoy hemos quedado a las nueve de la mañana para montar todo”, explicó. Elaborar una paella de semejante tamaño “tiene más matemática que cocina. Hay que calcular carne, verdura por persona, y luego multiplicas por el número de gente. Más no puedo decir porque entonces se pondría todo el mundo a hacer paellas”, bromeó. Y después de cocinar, comer y fregar, labor “que lleva un rato pero tenemos un montón de manos para ayudar”, se fueron “a disfrutar”. Con 600 personas más.