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Un embriólogo navarro en Santiago de Chile

El joven Mikel Ekaitz se trasladó con un contrato de prácticas y hoy es el director del laboratorio de Fecundación in vitro de IVI de la ciudad

Un embriólogo navarro en Santiago de ChileCedida

En octubre de 2014 el navarro Mikel Ekaitz Chivite Jiménez hizo las maletas y se trasladó a la capital de Chile, a Santiago. Su plan inicial era permanecer en el país los 3 meses de prácticas que tuvo que realizar como embriólogo en la clínica Instituto Valenciano de Infertilidad y “quedarme un tiempo más para viajar por el país”. Sin embargo, tras conseguir un buen contrato en el laboratorio decidió quedarse un poco más “para conseguir más experiencia”.

10 años después y tras pasar por varios puestos –entre ellos el de coordinador del laboratorio–, ahora es el director del laboratorio de Fecundación in vitro de IVI Santiago de Chile. La oportunidad del traslado le surgió a raíz de unas practicas que necesitaba realizar tras finalizar el Master en Reproducción Humana Asistida. “Tuve que hacer un periodo de prácticas en una clínica IVI, aunque había plazas disponibles en España me decanté por Chile porque me encanta viajar y quería aprovechar la ocasión para conocer el país”, explica.

No era la primera vez que dejaba su hogar en Pamplona. Sus años de universidad los pasó en Catalunya, en la Universidad de Vic, donde se licenció en Biotecnología. Mikel no siempre ha sabido que quería ser embriólogo., “De pequeño quería ser médico”. Fue en sus años de instituto cuando descubrió su pasión por los laboratorios. “Cuando tuve que escoger la carrera dudé, pero me decanté por la biotecnología”, comenta el joven.

“En la carrera me di cuenta de que me encantaba el cultivo celular, concretamente la reproducción asistida. Gracias a mi trabajo he podido combinar todo lo que siempre me ha gustado: la medicina, los laboratorios y el cultivo celular”.

Su actual puesto de trabajo lo consiguió hace ya unos años, en una época en la que estuvo a punto de renunciar y volver a España. “Sobre octubre de 2019 y marzo de 2020 Chile sufrió una serie de manifestaciones masivas y graves disturbios”, aclara. “Luego llegó la pandemia del Covid y decidí volver a España. Se lo comuniqué a la empresa y para retenerme me ofrecieron el puesto de director de laboratorio, uno de mis objetivos a medio-largo plazo”.

Su actual puesto le permite combinar sus tareas en el laboratorio realizando técnicas de reproducción asistida a la vez que se encarga de coordinar y supervisar los procedimientos que se realizan.

Mikel Ekaitz Chivite Jiménez trabajando en el laboratorio.

“Es un trabajo muy gratificante”, subraya. “Saber que nuestro esfuerzo marca una gran diferencia en la vida de alguien y en la formación de una familia es muy emocionante”. Por eso su parte favorita del trabajo es, “cuando nos visitan los pacientes con sus bebés o nos envían una foto”.

Vida en Chile

Aunque Santiago de Chile es una ciudad muy distinta a Pamplona, el joven cuenta que su adaptación al país no fue tan difícil. “Cuando llegué me acogieron muy bien. La gente es muy amable y enseguida te abren las puertas de su casa”, indica. “La cultura chilena es muy parecida a la española, además tener el mismo idioma ayuda bastante”.

“A lo que todavía no me he acostumbrado del todo es que Navidad sea en verano. Tras casi 10 años aquí, me sigue pareciendo raro ver árboles de navidad y decoración de Papá Noel cuando hace calor”, afirma. Otra cosa que también le resultó chocante fueron los terremotos. “Chile está ubicado en una zona sísmica muy activa, es frecuente que la tierra tiemble. La mayoría son suaves, pero en el año 2015 tuvimos un terremoto de 8.4 grados de magnitud”.

“Es muy gratificante, pero también muy desafiante. Al principio encuentras muchas dificultades y tienes que hacer muchos esfuerzos en adaptarte y aprender cómo funcionan las cosas”, expresa. “Aunque puedes llegar a sentirte solo, siempre encuentras a personas que han pasado por lo mismo y están dispuestas a echarte un cable”.

Eso sí menciona que la experiencia de cada inmigrante es única y está influenciada por numerosos factores. “En mi caso fue por decisión propia y con la seguridad de que siempre podía volver a casa. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la mayoría de los inmigrantes están en situaciones mucho más complejas y difíciles que la mía”.

Mikel tiene muy claro lo que más añora de España. “La familia y los amigos, al estar tan lejos, no puedo viajar a verlos con tanta frecuencia como me gustaría”. Aunque no es lo único que echa en falta. “También hecho de menos la comida, el ambiente de los bares y las fiestas del pueblo”.

En cuanto a si tiene pensado volver. “Siempre he pensado en volver a España. En este momento no tengo prisa por hacerlo, pero sé que algún día volveré”.