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Pamplona: el carnaval se viste de deporte

Más de 10 colectivos del Casco Viejo reviven las fiestas de carnaval en Pamplona y reivindicaron espacios deportivos para poder “hacer barrio” en la ciudad

Cinco ‘jugadores de fútbol americano’ posan con un par de amigos en la calle Navarrería.Unai Beroiz

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Más de diez colectivos del Casco Viejo como Aldezar, Zabaldi o Sos Racismo, entre otros, han organizado este sábado una jornada de carnaval que ha contado con hasta seis actos diferentes bajo el lema Jugar en el barrio, deporte de riesgo, con el que han reivindicado la vuelta de espacios deportivos en la ciudad.

El grupo de gaiteros Haizeberri ha despertado a las 9.30 horas las calles del Casco Antiguo con sus tradicionales Dianas. Estas notas indicaban la inauguración del carnaval pamplonés, un festejo que fue anunciado hace una semana con los Caldereros. La melodía de Zortziko de Lantz ha sido solo el principio de lo que el Casco Viejo tiene preparado durante el día gordo de carnavales.

La figura de Zitala –llevada ayer por la peña Alegría y Moxaurres a las 19.00 horas– vigilaba la plaza de Navarrería desde lo alto de su fuente. La chocolatada a las 11.30 horas de la mano de AEK Iruñezar Euskaltegia y el Arrano ha dado paso al segundo acto de la mañana. “El carnaval es una cosa bastante importante de nuestra cultura, tiene mucha relación con Nafarroa, es algo nuestro”, ha expresado Arantxa Ilarregi, profesora de AEK.

“El carnaval es una cosa bastante importante de nuestra cultura, tiene mucha relación con Nafarroa, es algo nuestro”

Erkuden Aristu . AEK Iruñezar Euskaltegia

Así, esta academia, junto con la colaboración de Arrano, ha repartido 35 litros de chocolate caliente a las docenas de vecinos que ha esperado una cola que ha llegado hasta el Mesón de la Tortilla. “El Arrano hace el chocolate y AEK lo reparte”, aclara Xabi Velázquez, socio de Arrano Elkartea, que desde hace tres años prepara este manjar junto a Andoni Romaratezabala. “Nosotros somos los ayudantes del maestro chocolatero, Mikel Velázquez”, bromea Andoni.

El ambiente que se ha respirado en la plaza era diferente al que los bares la tienen acostumbrada. Esta vez no ha sido solo una calle, esta vez Navarrería se ha convertido en barrio, en comunidad.

La imagen de los niños vestidos con disfraces caseros y tradicionales –han destacado el de Miel Otxin, león, dinosaurio o txatxos, aunque tampoco han faltado el de Spiderman o Elsa, los favoritos de los pequeños– ha recordado a la típica estampa de pueblo:niños correteando al rededor de la plaza nada más conocerse, los padres charlando y riendo mientras veían a sus hijos jugar.

Parece una situación corriente y usual, aunque quizá eso fuera antes, hoy no lo es, al menos en Navarrería. “En Pamplona no hay tejido de barrio. Sales a las 18.00 de la tarde y está todo el mundo bebiendo, un ruido horroroso y al día siguiente los columpios sucios”, confiesa Sara Pla, vecina y madre. “En lo viejo los críos no tienen donde jugar al balón. Estas iniciativas de carnaval son una forma de hacer barrio y conseguir un espacio seguro”, añade Sergio Prieto, padre y vecino.

“Queremos promover un ocio sano, que los niños conozcan la cultura de los personajes mitológicos de carnaval y reivindicar los espacios que faltan en los barrios”, declara Iranzu Ezpeleta, voluntaria de Aldezar. Asociación del Desarrollo Intelectual de Niños y Jóvenes.

Un proyecto que junto con la APYMA ha dinamizado la mañana con la puxkabiltza, “una tradición que se hacía en su día en carnavales. Se iba caserío por caserío pidiendo alimentos y cada uno daba lo que podía, por ejemplo, chorizos”, explica Ulises Domech, voluntario de Aldezar.

En esta ocasión como “defensa de los comercios del barrio”, los txikis se han acercado a la plaza San Francisco, a la calle Jarauta o San Antón hasta llegar al Mercado de Santo Domingo. Una recolecta que culminará el próximo lunes con una merendola “abierta a todos y a todas” en la Plaza de los Burgos a las 17.30 horas.

Los colectivos del Casco Viejo también se han encargado de ofrecer el mejor programa para los jóvenes, los adultos y los más mayores. Así, Kantuz –una iniciativa popular que nació hace 20 años para recuperar cantos perdidos– ha salido, como cada primer sábado del mes, a las 12.00 horas de Mercaderes y ha movido a su público –más de un centenar– hasta Estafeta. Estas voces populares han protagonizado clásicos como Txoria Txori, entre otros muchos.

Seis amigas disfrutan felices del carnaval disfrazadas de tenistas clásicas frente a la sociedad Zabaldi.

Por otros rincones de la ciudad, los Gaiteros de Haizaberri han continuado con su repertorio dando vida a las calles del Casco Viejo. Otros, en cambio, han dejado de lado la música y prefirieron llenar sus estómagos. Así, a las 12.30 horas Muthiko Alaiak ha esperado a sus comensales con un vermut envuelto en un “ambiente único”.

Además, diferentes peñas como la del Bronce ha sacado su pancarta y ha guiado a toda una tropa de disfrutones que han cantado y bailado al ritmo de su txaranga, hasta llegar, de nuevo, a Navarrería. Ahí esperaba la entrega de premios en la sociedad Zabaldi donde se conmemoró, sobre todo, al Club Deportivo del Casco Viejo, un nuevo equipo surgido este año por Aldezar, cuyo lema es Las deportistas que han nacido en las calles.

Miembros del club Deportivo del Casco Viejo posan orgullosos frente a Zabaldi.

Unas jornadas que revivieron el espíritu de este festejo del Casco Viejo y que continuaron a la 15.00 horas con la comida popular; la kalejira de la tarde que recorrió las calles desde san Lorenzo hasta Navarrería; el concierto al caer el sol de Guri Bost en la peña El Bullicio; y los bailables, de nuevo, en El Bullicio a las 00.30 horas, que puso el punto final.