Doble puerta: hosteleros del Casco Viejo de Pamplona ven la medida "poco efectiva e inviable"

Hosteleros del Casco Viejo de las calles Estafeta y San Nicolás, asociados de ANAPEH, han manifestado a este periódico su rechazo a la obligatoriedad del Ayuntamiento de instalar la doble puerta, por considerar esta medida "poco efectiva e inviable". Señalan que "entendemos que si el fin de esta doble puerta es evitar el ruido a la noche , qué sentido tiene poner doble puerta a los bares y cafeterías que no abren de noche".

Añaden que "si el fin de esta medida es evitar el ruido que sale del local durante el día estamos hablando de bares y cafeterías como mucho con música ambiental, muy por debajo de la permitida" y que, además, cuentan con "un limitador-registrador y que certifica que el ruido que emiten a la calle de día es nulo". Inciden, además, en que "el ruido de día se genera en la propia calle, donde hay terrazas, botellón, música en la calle de batukadas, peñas, charangas, parques infantiles, coches..., pero no es dentro de los locales".

Los locales de hostelería explican que "al poner una doble puerta, el local pierde toda la visibilidad, siendo imposible desde el exterior poder ver el interior". De esta manera, "empeora la accesibilidad para la gente mayor y con minusvalías, reduce los metros cuadrados y el aforo del local, provoca un embudo a la hora de entrar y salir, al pasar por un vestíbulo , con los consiguientes empujones y roces". Y, además, "multiplica exponencialmente el tiempo de evacuación en caso de incendio u otro suceso grave".

"Solo cabe en no más de 10 o 15 locales"

En este sentido, indican que "si descontamos los bares especiales, que ya tienen doble puerta, y, como dice el Ayuntamiento, solo se colocará en aquellos locales que tengan suficiente espacio, esa medida se aplicará en no más de 10 o 15 locales, careciendo de valor la propia medida". Añaden que "obligar a hacer una obra a un local que ya tiene concedida una licencia con unas condiciones modifica sustancialmente el propio local". Porque, de haberlo sabido en origen, "la distribución de los mismos se habría planteado de otra manera, incluso en muchos casos no se habría llevado a cabo la obra".

Por ello, "entendemos que esta modificación del PEPRI tiene que ser revocada", porque, en caso contrario, "el efecto va a ser devastador en aquellas cafeterías y bares donde se instale". Y, además, "la medida no va a hacer disminuir el ruido de la calle".