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Pamplona defiende retirar la calle a Víctor Eusa por su “vinculación” con el franquismo

La mayoría municipal argumenta que el arquitecto fue miembro de la Junta General Carlista de Navarra, “autora intelectual” de “centenares de asesinatos”

Pamplona defiende retirar la calle a Víctor Eusa por su “vinculación” con el franquismoJavier Bergasa

EH Bildu, PSN, Geroa Bai y Contigo Zurekin defendieron ayer que se retire la calle a Víctor Eusa por su “vinculación” con el régimen franquista. En concreto, el arquitecto pamplonés fue vocal de la Junta General Carlista de Navarra, autora “intelectual” de “centenares de asesinatos” de republicanos durante la Guerra Civil.

La mayoría progresista argumentó que se debe diferenciar entre la faceta profesional –se destacó el legado artístico y arquitectónico de Eusa– de su vida personal, recordó a las derechas que desde 2016 el Ejecutivo foral realiza un censo de simbología franquista en espacios públicos que se deben retirar y que el Instituto de la Memoria acaba de publicar un informe que insta al Ayuntamiento de Pamplona a cambiar el nombre de tres vías de la ciudad, entre ellas, la de Eusa.

Su aportación arquitectónica no puede estar por encima de la ley. Su mantenimiento en el callejero afecta a la dignidad de las víctimas”, justificaron. 

El concejal de Contigo Zurekin, Txema Mauleón, informó de que Víctor Eusa fue vocal de la Junta General Carlista de Navarra, uno de los entes que influyó en que en la Comunidad Foral se fusilaran a 3.500 republicanos: “Daban órdenes, confeccionaban listas y fueron autores intelectuales de cientos de asesinatos. Se les conocía como las juntas de matar”.

Mauleón detalló que de Escolapios –edificio diseñado por Eusa– cientos de personas “salieron vivas hacia las cunetas para no regresar jamás” y lamentó que por “desgracia” estos actos y otras muchas atrocidades de la dictadura quedaran impunes.

Junta General Carlista de Navarra

“Sus miembros no fueron juzgados, nunca podremos afirmar con rotundidad que Eusa fue un asesino, pero sabemos que la junta carlista jugó un papel nefasto en la vida de 3.000 republicanos”, ahondó Mauleón. 

En la misma línea, la portavoz del PSN, Marina Curiel, señaló que la sociedad no debe “ignorar” ni “normalizar” la “vinculación” de Víctor Eusa con el carlismo y su “cercanía” con los movimientos que durante la Guerra Civil y la dictadura franquista “alimentaron la persecución política”.

Debemos revisar críticamente los símbolos, espacios de honor y reconocimientos a personas asociadas a régimenes totalitarios y a la violencia política”, interpeló Curiel. 

La mayoría municipal desmontó el argumentario que la derecha repite desde que el Ayuntamiento anunció el cambio de tres nombres en el callejero –menospreciar su trayectoria profesional y querer borrar el legado artístico– e insistieron en que se debe diferenciar y separar su faceta laboral de la personal.

Eusa fue un arquitecto de enorme relevancia, dejó una huella profunda y su obra siempre formará parte del patrimonio de la ciudad. Retirar su nombre del callejero no es un acto de censura ni de olvido, es un ejercicio de memoria responsable”, expresó Curiel.

Nadie pone en cuestión su trayectoria como arquitecto, nadie duda de que amó a Pamplona, pero también fue partícipe activo del asesinato de sus vecinos y vecinas”, criticó el edil de Geroa Bai, Mikel Armendáriz. 

Víctor Eusa (de pie, el segundo por la izquierda), en una fotografía de la Junta Central Carlista de Guerra de Navarra

Críticas de UPN y PP

El concejal del PP, Carlos García Adanero, preguntó al equipo de Gobierno por qué “callaron” cuando el Consistorio dedicó una calle a Víctor Eusa y por qué no se la retiraron durante la legislatura 2015-2019.

Según el edil popular, el Ayuntamiento está “acomplejado” porque es consciente de que “la ciudad apoya a Eusa” y aseguró que había sido “cobarde ponerse detrás” del informe elaborado por el Instituto Navarro de la Memoria. “Digan abiertamente que es un asesino y que no se merece la calle”, animó Adanero. 

Abaurrea, EH Bildu, respondió que no se “esconden”, que el Ayuntamiento defiende y cumple la ley de Memoria Democrática y que es el Departamento de Memoria Democrática, a través del censo de simbología franquista, el que determina los elementos que se deben retirar de los espacios públicos.

No es una decisión personal del alcalde, como quieren vender. Cumplimos un mandato del Parlamento, asumimos los análisis del Gobierno de Navarra y respaldamos su decisión”, recalcó el edil de EH Bildu. 

Por parte de UPN, Juan José Echeverría destacó la figura de Víctor Eusa al que definió como un “símbolo” de Pamplona, citó sus edificios catalogados –Maristas, Misericordia, los Caídos, el hotel la Perla, el Seminario o el león de las barandillas–, resaltó el apoyo público que está recibiendo –el Colegio de Arquitectos considera “injusto” que se le retire la calle– y criticó la medida: “Es un atropello, un error, se están equivocando”. 

A Abaurrea no le sorprendió la postura de UPN y recordó que los regionalistas se opusieron a cambiar el nombre de una decena de calles en la Txantrea – eran personas que participaron en el golpe de Estado del 36 y formaron parte del régimen franquista– y que llevaron a los tribunales, sin éxito, la sustitución de la plaza conde de Rodezno –ministro de Franco que de su “puño y letra salieron miles de firmas para fusilamientos”– por plaza de la Libertad.

“Les cuesta bastante despegarse del franquismo porque tienen antecedentes. Me atrevería a decir que las derechas en Navarra siguen conteniendo trazas de franquismo en su ADN. Ese es su gran problema y tienen un recorrido pendiente por hacer” aconsejó.