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Discurso extremo de UPN: defiende que se mantengan las calles de dos personas “vinculadas” al franquismo

El pleno del Ayuntamiento de Pamplona rechaza que el arquitecto Víctor Eusa, que fue miembro de la Junta Carlista, y el edil de Falange Ángel Pascual dispongan de un espacio público

Discurso extremo de UPN: defiende que se mantengan las calles de dos personas “vinculadas” al franquismoIban Aguinaga

UPN defendió en soledad que Pamplona mantenga la calle a Víctor Eusa –miembro de la Junta Central Carlista, “autora intelectual” de cientos de asesinatos en Navarra durante la Guerra Civil– y Ángel María Pascual, concejal de Falange y director del periódico Arriba España

La edil de UPN, María Caballero, señaló que Víctor Eusa y Ángel María Pascual cuentan con sendas calles “por sus aportaciones profesionales” y defendió que se les debía seguir honrando con un espacio público en la ciudad.

En el caso de Eusa, recordó que se le otorgó la vía en una resolución junto con otros arquitectos, halagó su labor y se atrevió a ironizar con que el “mero hecho” de haber diseñado la “semenjante” barandilla del león podría haber sido motivo para honrar a Eusa con una calle. “Asiron, cuando catalagó esta obra, no se acordó de su pasado franquista”, dijo riéndose y mirando a Cristina Ibarrola, que le seguía las gracias.

No se quedó ahí. Caballero reconoció de pasada que Eusa formó parte de la Junta Carlista, como si fuera un hecho intrascendente: “No sabemos ni cuánto tiempo ni con cuánta responsabilidad”. Este ente confeccionaba listas de republicanos, daba órdenes de fusilamientos, fue “autor intelectual” de cientos de asesinatos y se le conocía como las juntas de matar. 

Caballero empleó la misma argumentación con Ángel María Pascual, concejal falangista y cofundador y director del periódico Arriba España.

Sin embargo, para la edil de UPN Pascual fue un simple periodista y escritor, enumeró sus 376 glosas – unas “joyas literarias que muestran su conocimiento y su amor por Pamplona”– y le aupó a la categoría de “referente” en el mundo literario.

Es sorprendente que Asiron, que le gusta escribir tanto de Pamplona, ni se solidarice. Igual es que no quiere competencia”, afirmó en tono jocoso.

Al igual que con Eusa, indicó que “durante muy poco tiempo” trabajó en un periódico falangista y fue concejal de Falange y criticó que el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona hubieran cumplido con la ley de Memoria Democrática y hubieran retirado la calle a dos personas vinculadas con el franquismo: “Es una decisión injusta, sectaria y sin justificación razonada que solo tiene el objetivo de castigar unos supuestos delitos de otro tiempo sin que nadie pueda defenderse. Querían pasar factura”, finalizó. 

Todos los grupos, excepto el PP, explotaron. “Estoy en shock porque ha dado voz a la Falange. Su discurso es muy peligroso para la democracia, la convivencia y la memoria histórica de los fusilados en la Guerra Civil”, alertó el concejal de Geroa Bai Mikel Armendáriz, que detalló la vinculación de ambas personas con la dictadura franquista.

El edil informó de que el 20 de julio de 1936 un grupo de falangistas, “encabezado” por Ángel María Pascual, “asaltó” la sede del extinto periódico La Voz de Navarra y “arrastraron escaleras abajo” a su director José Aguirre y “le sometieron a torturas, vejaciones y malos tratos”, denunció. 

El “reconocimiento por esa heroica acción” fue nombrarle director del periódico falangista Arriba España, que el 1 de agosto de 1936 publicó su primer número en la sede de La Voz de Navarra. “No era un simple periodista que se ganaba la vida honradamente y que se vio obligado a trabajar en un medio falangista. Era el director y al anterior lo arrastró por las escaleras”, subrayó. 

Serapio Esparza, uno de los diseñadores del Ensanche, también colaboraba en La Voz de Navarra. Fue arquitecto municipal, en 1937 perdió su plaza por motivos ideológicos y le “sustituyó” Víctor Eusa, “miembro destacado” de la Junta Carlista, ente que “coordinó la represión”, elaboró “listas negras” de personas que terminaron fusiladas en cunetas e instigó “la limpieza ideológica” en Navarra. “Estas personas, por muy buenos profesionales que fueran, no tienen las condiciones éticas necesarias para presidir calles”, insistió. 

El concejal de Contigo, Txema Mauleón aseguró que el discurso de Caballero había “ofendido a la memoria” de los 3.500 republicanos asesinados, criticó a UPN por “diferenciar entre víctimas de primera y de segunda” y lamentó que la derecha navarra hubiera dado “un paso atrás de más de 20 años” en el reconocimiento de los represaliados del franquismo. “Les falta sensibilidad y empatía. Aprendan a ponerse en el lugar del otro”, recomendó.

Al igual que Armendáriz, defendió que el Ayuntamiento no cuestiona sus facetas profesionales, argumentó que este equipo de Gobierno catalogó el león de las barandillas de Eusa e ironizó con que en las organizaciones terroristas hay “excelentes” escritores y arquitectos y “no se nos ocurre ponerles una calle” en Iruña.

Por parte de EH Bildu, Joxe Abaurrea criticó que UPN quisiera mantener en el callejero a “personajes responsables de la represión, la muerte y el alzamiento fascista”, expresó que los regionalistas tienen “una conexión umbilical con el régimen franquista” y les acusó de “humillar premeditadamente” a las víctimas del Golpe de Estado del 36.

“No les defienden por su labor profesional, sino por lo que hicieron y lo que pensaban. Son personas implicadas en crímenes de guerra y su discurso ha sobrepasado la línea roja”, criticó Abaurrea, que pidió a Ibarrola que se reuniera con familiares republicanos. “No se esconda”.

El edil de EH Bildu recordó que UPN llevó a los tribunales el cambió de la plaza de conde de Rodezno –ministro de Franco– y de una docena de calles en la Txantrea a nombre de militares de la dictadura. 

Marina Curiel, PSN, subrayó en que ningún momento se estaba “negando la calidad” arquitectónica de Eusa ni la capacidad literaria de Pascual. “No se está cuestionando su legado si no sus pensamientos y sus acciones. Fueron personas comprometidas con un movimiento ideológico que participó en el golpe de Estado y estuvo vinculado al régimen franquista. ¿Si vale con ser bueno en lo suyo, dónde queda el valor ético, qué mensaje mandamos a la ciudadanía si seguimos honrando en el espacio público a quienes apoyaron la represión y la negación de derechos?”, preguntó Curiel.