Infernu: el garito del rock and roll y el buen beber
Los hermanos David y Pedro son los dueños de este pub de Pamplona con 200 tipos de destilados, 60 cervezas distintas y cócteles de autor en el que suenan canciones de antes
Satanás y Dios comparten calle en San Agustín y sus respectivos templos están separados por diez metros de distancia. “Nos percatamos porque nos lo dijo el párroco, un día se acercó y nos preguntó por qué habíamos puesto ese nombre”, confiesan David y Pedro Murillo, los hermanos propietarios del Infernu, pub de copas situado enfrente de la parroquia de San Agustín.
David y Pedro inauguraron el Infernu en Navas de Tolosa hace 17 años y no se dieron cuenta de esta gracieta cuando se mudaron al Casco Viejo en 2011, se llevan bien con el párroco –en la pandemia les dejó instalar mesas altas en la fachada de la iglesia– y se han ganado al barrio, y al resto de Pamplona, con su amplia variedad de bebidas alcohólicas –200 tipos de destilados, 60 referencias de cervezas y 15 cócteles de autor– y su estilo musical.
“Vienes a lo que vienes. No te vamos a poner reguetón ni Bisbal. Esto es el Infernu, esto es rock and roll, esto es caña”, se enorgullecen.
David y Pedro siempre han sido unos apasionados del heavy metal, el punk y sobre todo del rock and roll. “Lo llevamos muy dentro. Conduces y escuchas rock, preparas la comida y suena rock. Estamos todo el día con rock porque es lo que nos motiva. Es un modo de vida”, reconocen. De jóvenes compraban discos, frecuentaban locales de Navarrería y Calderería y se divertían en los pubs rockeros de los barrios y la Comarca.
A los hermanos les empezó a “molar” la idea de regentar un “garito” y se lanzaron a la piscina porque vieron que muchos bares tenían una variedad escasa de cervezas y destilados: “En Pamplona se come muy bien, pero la bebida está más descuidada. Sabíamos que se podía explorar más y maquinamos el proyecto con nuestro toque”, relatan.
Los hermanos tenían nula experiencia en hostelería –David había estudiado económicas y Pedro había sido comercial de bebidas–, se formaron – Basque Culinary Center, ferias y cursos de coctelería– y en 2011 se trasladaron al antiguo Submarino de la calle San Agustín con dos señas de identidad claramente definidas: “Buena música y buena bebida”, describen.
200 tipos de destilados
En el Infernu se pueden disfrutar, nada más y nada menos, de entre 30 y 40 variedades distintas de ron, ginebra, whisky o vodka. “No trabajamos con más de 40 tipos –como si fueran pocos– por tema de espacio y porque hay marcas que gustan mucho al público y las debes mantener”, explican.
En total, el pub ofrece 200 variedades de destilados de medio mundo, pero cada vez apuestan más por el kilómetro cero. “Nuestra filosofía es piensa global, bebe local. El gran reto de 2025 es hacer patria, en Navarra hay proyectos muy interesantes más allá del pacharán y le queremos dar mucha caña”, adelantan.
En la actualidad, el Infernu trabaja con marcas locales como After Glow –ginebra creada por dos jóvenes de Aoiz–, Basandere –ginebra destilada por el tudelano Javier Zubieta– o tres whiskys alaveses.
“No hay que traerse un whiskazo de Escocia que cuesta 70 pavos cuando en tu tierra tienes cosas maravillosas. La gente se está animando a abrir pequeñas micro destilerías y debemos apostar por estas iniciativas”, ahondan.
Es más, los hermanos están tan involucrados con el producto local que desde hace dos años cuentan con una ginebra ideada por ellos mismos –se llama Infernu y se elabora en una pequeña destilería artesanal de Gasteiz, Basque Moonshiners– y en 2024 sacaron su propia cerveza: una doble IPA con aromas de frutas tropicales.
“Nos la elabora EH KOOP, una cooperativa de cerveceros de Pamplona”, indican. En total, disponen de medio centenar de referencias de diferentes estilos: IPA’S, trigo, sin gluten, rubias, negras, sour, tostadas o sin alcohol.
Además, el local está especializado en cócteles clásicos –daiquiri, mojito, Cuba Libre, Bloody Mary, Sex on the Beach– y de autor.
“El equipo –David, Pedro, Noemí, Garazi, Adrián, Diana, Laura y Mikel– se junta a la mañanas, trasteamos y surgen las ideas. La cabeza siempre está pensando y ya hemos diseñado 15”, concretan. De todos ellos, su favorito es Auttum: ron, bourbon, castañas, galleta y ginger ale.
Todos los combinados se elaboran con mimo: siguen al pie de la letra las recetas, miden al milímetro las cantidades de cada bebida, utilizan refrescos especiales, emplean frutas deshidratadas, cada cóctel tiene su coctelera o vaso mezclador y se atreven con bitters y siropes “que le dan un punch” al cubata.
El objetivo, revelan, es que los lunes los clientes lleguen a su puesto de trabajo y digan ‘Compañeros, el sábado me tomé un señor gintonic en el Infernu’. “Debemos ofrecer algo único porque en Calderería estamos una decena de bares de copas y en el Casco Viejo hay más de 300. Te debes diferenciar”, subrayan.
grupos locales
El Infernu también se distingue por lo que suena en su interior: punk, heavy metal y rock and roll. “Seguimos escuchando la música de siempre porque somos unos cuadriculados”, bromean.
Los hermanos apuestan por grupos locales míticos –Barricada, Su Ta Gar, Soziedad Alkoholika, Marea–, apoya proyectos emergentes –Bourbon Kings, The Blackening o Electrikeel – y no se olvida de las bandas internacionales como Metallica, Iron Maiden o Led Zeppelin. “Es la música que nos mola y nuestra seña de identidad”, defienden.
Los hermanos son fieles a su filosofía y juran que en ningún momento se han planteado cambiar a un estilo musical más comercial para atraer a un mayor público. “El reguetón no entrará por esta puerta”, finalizan.
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