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Pamplona, más allá de los Sanfermines

La tendencia del turismo en la segunda quincena de julio está al alza. Comerciantes y hosteleros destacan que la ciudad ha dejado de ser estos días el solar en el que se convertía años anteriores

Turistas en el Casco Viejo de Pamplona.Oskar Montero

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Cada año, el 15 de julio supone un antes y un después en el verano pamplonés. El pañuelo rojo queda a buen recaudo en el armario recordando unos días intensos que nada tienen que ver con la tranquilidad que se respira en la capital navarra después de cada San Fermín.

Se ha dicho siempre que la ciudad se convierte en fantasma. En un auténtico solar. Pero la tendencia está cambiando los últimos años. Basta pasar por la plaza del ayuntamiento para descubrir que cada vez son más los que la eligen para irse de pintxos por el Casco Viejo o para recorrer los 850 metros que hace apenas unos días habían sido el centro de todas las miradas. O, simplemente, para disfrutar de un clima más moderado que el del Mediterráneo.

El emblemático lugar donde el 6 de julio arrancan nueve días de locura no se vacía tras las fiestas de acentos de todas partes y decenas de personas que buscan capturarse frente al famoso edificio.

Aumento del turismo

“Hace diez años se quedaba todo paralizado. Ahora hay mucha gente trabajando”. En la Estafeta, en pleno corazón de Pamplona y del encierro, Natxo Ainzúa dirige la tienda Gurgur. Ofrece productos navarros y confirma que en la segunda quincena de julio la ciudad no es la misma que antes. Destaca que el turismo internacional es ahora puntero y que la gente tras la pandemia aprovecha cualquier ocasión “para hacer una escapada”. Arantxa trabaja en La Escalerica y se suma a esta línea de pensamiento: “La gente viaja más desde entonces. Hay más movimiento de personas”.

Platero Gigantes es otro de los locales de la conocida calle pamplonesa. Patricia Marqués es la encargada de la tienda y también apunta que Pamplona no se vacía como antaño en estas fechas: “Cada vez hay más turismo. Aprovechan para visitar San Sebastián, pero siempre paran en Pamplona para ver el recorrido del encierro o la catedral”. Apunta que la mayoría de gente que reciben es española, frente a los visitantes internacionales. “Viene gente de fuera, pero un 70% son de aquí”, declara.

“Hace 10 años se quedaba todo paralizado. Ahora hay mucha gente trabajando”

Natxo Ainzúa . Propietario de Gurgur en la Estafeta

El cambio tampoco ha sido ajeno a Javier Mena. Trabaja desde hace 18 años en el Mesón de la Nabarrería y advierte un incremento de gente en los últimos años: “Antes esto parecía el desierto después de San Fermín. Ahora hay más ambiente”. Cree que la pandemia pudo suponer un punto de inflexión, pero piensa que el aumento venía ya de antes. Para detectarlo, se fija en el horario: “Los extranjeros vienen durante el día a probar los pintxos típicos, los de aquí vienen por la noche después de haber trabajado o pasado el día en la piscina”. El bar nunca ha cerrado las semanas después de las fiestas debido a su extensa plantilla.

Otros, como el Bar Estafeta, sí optan por tomarse unos días de descanso. Miguel Leboso ha sido trabajador varios años y recuerda cómo fue la vez que no bajaron la persiana: “Aunque hay menos, el turismo seguía viniendo”. En el Baserriberri este año cerraron solo un par de días. Volvieron a la carga “con mucho curro”, señala Manuel Cid, uno de los trabajadores del local. En su caso, destaca que son del territorio nacional la mayoría de visitantes que reciben: “Antes de San Fermín no hay mucho turismo de aquí, pero ahora aumenta”.

Guías turísticos

“Una cosa está clara, San Fermín es un punto y aparte”. Mikel Ollo, responsable de la empresa de guías Destino Navarra, no duda que las fiestas son el culmen del turismo en Pamplona, pero también confirma que las semanas posteriores no son como antes: “Ahora todo el mundo sale de casa, en todos los momentos del año”. Marca la pandemia como acontecimiento clave en el aumento del turismo que recibe la capital navarra y subraya que la gente busca planes cortos y, muchas veces, organizados a última hora: “La gente cada vez viaja más y busca el chollo de última hora. Cada día hay unas 15 ofertas de free tour”.

Hoteles

“Otros años Pamplona se quedaba un poco más triste después de San Fermín”. Desde el hotel Castillo de Javier también notifican cierto subidón en el ambiente la segunda quincena de julio. Desde la Asociación de Hoteles de Pamplona avalan el sentir de los trabajadores del sector. La ocupación media prevista para los meses de julio y agosto, sin contar el periodo de fiestas, es del 63’6%, una demanda que califican de “estable”.

Cifras de visitantes

En la Oficina de Turismo de Pamplona señalan ya que los días posteriores a San Fermín están siendo movidos. Pablo Kalata es uno de los trabajadores que se está encargando de orientar a aquellos que vienen a visitar y descubrir la ciudad: “Yo creo que hay un flujo parecido de españoles y extranjeros”. Los franceses son, como es habitual, los más presentes de los internacionales, pero señala la presencia de holandeses e ingleses. En cuanto a los nacionales, los grandes núcleos de población son los que más viajeros envían. Madrid y Barcelona se llevan la palma, seguidos de Valencia.

El programa que utilizan para registrar la gente que acude a ellos notifica que, desde el 15 de julio, han pasado de media entre 350 y 500 personas al día por la oficina.

Kalata anuncia que, aunque ahora estén algo más tranquilos, están preparados para un mes de agosto de mucho trabajo. “Habrá mucha afluencia. El otro día vimos las estadísticas y se disparan. El año pasado alcanzamos las 900 personas como cifra máxima”, apunta.

Pamplona ha cambiado. El Pobre de Mí, que antes marcaba el final de las fiestas y el inicio de una época en que la ciudad parecía despoblada, ya no es así. Sigue siendo el cierre a nueve días de locura para la capital navarra, pero esta continúa recibiendo turismo y mantiene cierto ritmo de actividad. Para ver un desierto, las Bardenas Reales.