Pamplona. Los pelotaris que formaban parte del equipo de División de Honor del Campo de Deportes Larraina consideran que existían otras alternativas para mantener la sección de pelota del club y apostar a su vez por el pádel. Tal afirmación se convierte en la respuesta de los miembros del extinto equipo de pelota a las explicaciones que ofreció la pasada semana a este periódico el presidente de Larraina, Juan Carlos Múgica, para justificar la decisión del club de prescindir de su sección de pelota.

La historia es la siguiente: Larraina colocó hace unos meses una cancha de pádel en el único frontón oficial de los tres que existen en el club (el único de 36 metros), lo que provocó su inutilidad para la práctica del deporte de la pelota, circunstancia que aceleró la desaparición del equipo de División de Honor y también de la Escuela de Pelota, de la que formaban parte aproximadamente una veintena de chavales. Decía Juan Carlos Múgica que se trataba de "una cuestión de supervivencia" para el club porque "el pádel es un deporte emergente" y justificaba la instalación de la pista de pádel en la citada ubicación "ante la imposibilidad de poder construir un espacio cubierto por normativa urbanística del Ayuntamiento de Pamplona", ya que ya existía antes una cancha de pádel al aire libre. También admitía la voluntad del club por colocar la nueva pista de pádel en uno de los otros dos frontones, pero que sus proyectos se habían estrellado una y otra vez con las negativas del consistorio pamplonés.

Ante tales declaraciones, los miembros del ya extinto equipo de pelota de Larraina, representados por Javier Marculeta y Mikel Zalba, se pusieron en contacto con este periódico para ofrecer su postura. "No queremos polemizar, sino simplemente ofrecer nuestra versión de los hechos", señalan.

Aseguran Marculeta y Zalba que "en una primera Asamblea se aprobó la colocación de la cancha de pádel en el frontón mediano, pero algunos socios que lo utilizaban para jugar presionaron en una Asamblea informativa posterior y fue entonces cuando la Junta Directiva optó por colocar la cancha en el frontón oficial. En principio querían meter dos pistas en el frontón mediano, pero finalmente solo han instalado una en el oficial".

Marculeta y Zalba continúan con su relato recalcando que "estuvieron a punto de colocar la pista de pádel mientras estábamos disputando el Campeonato de España de clubes, pero logramos una prórroga hasta que acabó la competición". Sin embargo, después ya no hubo marcha atrás, a pesar de que los miembros del equipo de pelota revelaban que se reunieron con el presidente del club para mostrar su desacuerdo con la decisión adoptada y con la forma de tomarla, ya que "nunca se tuvo en cuenta nuestra opinión", dicen los representantes del equipo de pelota.

También quieren aclarar que "la Asamblea en la que se aprobó la instalación de la pista de pádel en el frontón oficial se produjo un mes y medio después de que ya estuviera colocada". "La convocatoria de la Asamblea no se produjo por los cauces habituales, es decir, enviando una carta al domicilio de los socios, sino colocando carteles en el club. Sabemos que es legal hacerlo así, pero es sintomático y consideramos que fue una de las causas de la baja asistencia de socios", dicen Marculeta y Zalba, que acudieron a dicha Asamblea en la que participaron "unos 80 socios de los aproximadamente 1.000 que tiene Larraina", cifra que no consideran excesivamente representativa. Señalan que "la votación para mantener la cancha de pádel en el frontón oficial salió adelante por unos 50 votos contra 30 después de una Asamblea un tanto tendenciosa, según nuestro punto de vista, ya que la Junta comenzó informando de que la desinstalación de la pista costaría mucho dinero".

sin ánimo de polemizar Para concluir, tanto Marculeta como Zalba destacan que su intención no es la de atacar al club. La prueba es que incluso desestimaron la posibilidad de tramitar una denuncia por considerar que podía dañar al club, ya castigado de antemano, según relató su propio presidente, que justificó la apuesta por el pádel y la disolución de la sección de pelota como una "cuestión de supervivencia". E insisten en que su única intención es la de "informar y mostrar públicamente nuestra pena por la decisión de acabar con una disciplina que tanta importancia ha tenido en la historia de Larraina y que tanta vida daba al club. Y más después de comprobar lo que ocurrió en su día con el waterpolo. Es como tropezar dos veces con la misma piedra".