- El Torneo Bizkaia llega a su final con aires de revancha. Amaia Alday y Olatz Arrizabalaga vuelven a verse las caras. En la memoria dos encuentros. El disputado en Zierbena que hizo las delicias del espectador y terminó con un favorable 22-21 para la delantera de Dima. Y la final de la Emakume Master Cup. El choque más importante en el recuerdo y que fue para la gernikarra. Compañeras de entrenamientos y rivales en las grandes citas. Dos pelotaris que no paran de acumular finales en su recorrido, pero al mismo tiempo con la vista puesta en el futuro, en la siguiente txapela. En la edición del torneo vizcaíno, Alday forma pareja con Nora Mendizabal y Agirrezabalaga con Naroa Agirre y las cuatro se citaron ayer en el escenario de la final, el frontón Bizkaia, para escoger el material de cara al duelo decisivo que tendrá lugar este sábado a partir de las 15.45 horas.

Estar en una final no es una anécdota para Alday, todo lo contrario. La dimoztarra encadena torneos llegando a su último partido aunque para nada quiere vivir de las rentas: “No llevo la cuenta de las finales, son muchas, pero tengo que disfrutar de cada torneo olvidándome lo anterior porque haber llegado a la final no significa que tenga que hacer menos trabajo que el resto, incluso tengo que hacer más porque llego con esa presión”. En su última final se encontró con la que será su rival este sábado y le derrotó, dejándole sin una de las grandes txapelas del calendario. “No es fácil recuperar sensaciones después de aquella final, pero este campeonato me ha ayudado para coger confianza, seguir trabajando y a ver si podemos conseguir la txapela”, añadió Alday.

Los duelos entre las dos vizcaínas se han convertido en habituales cuando hay txapelas en juego. Dos compañeras de entrenamiento, que se conocen bien y se refuerzan la una a la otra. “Estamos en un muy buen momento de juego y se ha demostrado. En Irun llegamos las dos a la final, aquí también. Es buena señal que estemos aquí jugando todas las finales pero siempre habrá ese pique entre nosotras, que nos conocemos bien”, declaró la gernikarra. Lo que está claro es que ocurra lo que ocurra y a diferencia de la pasada edición, el Torneo Bizkaia volverá a ser para una vizcaína. “Ya era hora de que alguna vizcaína ganase. Para las vizcaínas jugar en el frontón Bizkaia es una gozada y hacerlo cerca de casa, que no lo hacemos a menudo, para nosotras está muy bien”, comentó Agirrezabalaga.

La presencia de dos delanteras de este nivel en los cuadros alegres hace que gran parte del partido pase por evitar que una de las dos entre en juego. La estrategia es clara y no se esconde. “Al final sabemos que Amaia está en un buen momento y sabemos lo que juega. Ellas tratarán de cargarle el juego a Naroa y nosotras a Nora. Estará en ver cuál de las dos delanteras entra más en juego y cual de las dos zagueras aguanta más”, expresó Agirrezabalaga. El bombardeo a las dos guardaespaldas será una constante y estas dos ya están preparadas para la batalla. “Va a ser una final muy dura. Me van a cargar atrás como siempre y espero dar la talla. Nos va a tocar tanto a Naroa como a mí sufrir bastante bien atrás, intentar llegar a todo atrás, quitar pelotas y cuando se pueda intentar pegarle a la pared”, apuntó Mendizabal, preparada para una batalla que promete brillo, pero también mucho trabajo.

Son dos parejas que viven caminos paralelos en este torneo. Dos combinaciones que siguieron un camino similar. De menos a más. Irregulares en la primera fase y sin levantar demasiada expectación para alcanzar su mejor nivel a la hora de la verdad. Su duelo en Zierbena fue un gran espectáculo y tratarán de dar el mismo nivel, pero repetir ese rendimiento, con la tensión de la txapela cercana, no será sencillo. “Será un partido difícil, en Zierbena fue muy duro y espero algo parecido. Pero también se suele decir que las finales no suelen ser los mejores encuentros y las que tengan menos nervios y mejor entren al partido, ganarán”, concluyó Naroa Agirre.