Apenado, triste, con el rostro duro de las derrotas y los surcos del sufrimiento de una final durísima, un viaje al centro del alma, Jokin Altuna trataba de digerir una derrota lacerante. El 22-21 es un regocijo para el público, gozoso, pero una bajada a los infiernos para el perdedor, que bien pudo vencer, pero su último remate se fue a la chapa. “Ha sido un cara o cruz y en ese último tanto no he acertado a meter la pelota en la mano. Solo me queda felicitar a Joseba. He tenido el partido pero no he podido ganar. Me voy orgulloso aunque triste y dolido. Los detalles han marcado la final. El deporte es así. A veces se gana y otra se pierde. No me gusta poner excusas, él ha se lo ha merecido”, expuso el de Amezketa, que tuvo un 16-19 a favor, pero no logró cerrar la final, que parecía en su mano. “En la segunda parte he dominado más, en la primera parte me ha costado más mandar. Esto va del que manda en la cancha”.

Finalmente gobernó Ezkurdia en un final de altas pulsaciones, que cayó nuevamente del lado del navarro, tres veces campeón frente a Altuna. “He oído que me ha cogido la medida por ganarme en las tres finales, pero no creo que sea así. Ha sido más hoy (por ayer) y ya está”. Altuna reconoció que su rival “está en uno de los mejores momentos de su carrera. Tiene mucha experiencia, pero siempre ha sido un gran rival, no solo ahora. No miro que me haya ganado en tres finales”. “Cuando pierdes así, 22-21, piensas si vas a tener otra oportunidad, pero con trabajo todo llega. Esta vez no me ha salido, pero estoy orgulloso con lo que he hecho”, cerró el delantero de Amezketa.