2-4 en el set de desempate. Johan Sorozabal y Julen del Río vienen como aviones en el Jai Alai de Gernika. En el retrovisor, tras 414 pelotazos a buena, dos jokos dispares (15-10 y 9-15). Diego Beaskoetxea, que apura los últimos sorbos de una estupenda carrera deportiva, e Imanol López están en el disparadero. Un paseo por la cuerda floja. Los veteranos son conscientes de que están viviendo un partido a vida o muerte. Un final made in Hollywood. Sus anteriores contiendas, ante Goikoetxea-Etcheto y Urko Lekerika-Minvielle, fueron una cara y una cruz. El de este lunes era el cierre a su participación en la primera fase del Eusko Label Winter Series. Ganar o ganar. Todo o nada. Caer únicamente tenía un significado: quedar fuera, eliminados. En la retina, con ese 2-4 en el luminoso y más de 75 minutos de juego, un auténtico partidazo que tuvo de todo. Especialmente destacó el atrevimiento del elegante y plástico Sorozabal y la derecha machacona y violenta de Del Río. Después de un inicio dubitativo, en el que no pudieron hacer daño a López, su segunda parte fue para enmarcar. Desactivaron a Diego y cruzaron pelota para poner en serios apuros al zumaiarra, uno de los grandes de su demarcación. 

En ese magma, con revuelta, pimienta y arabescos de genio, se llegó al desempate. El 2-4 parecía poner los clavos en el ataúd de los colorados. Johan y Del Río estaban encargando tres puntos que les engordaban el equipaje del Winter Series.

Beaskoetxea-López 15 9 5

Johan-Del Río 10 15 4


Duración: 86:35 minutos de juego.

Saques: 3 de Beaskoetxea.

Pasas: 4 de Beaskoetxea y 4 de Johan.

Faltas de saque: Ninguna.

Pelotazos: 424 pelotazos a buena.

Tantos en juego: 7 de Beaskoetxea, 4 de López, 13 de Johan y 9 de Del Río.

Errores: 2 de Beaskoetxea, 5 de López, 6 de Johan y 3 de Del Río.

Incidencias: Partido correspondiente a la octava jornada de la liguilla de cuartos de final del Grupo B del Torneo Eusko Label Winter Series disputado en el frontón Jai Alai de Gernika. 1.526 espectadores.

 

Y llegó el delirio. Diego se la jugó. Remató a un centímetro de la chapa. Atrevido. Una dosis de suspense. Las gradas, donde 1.526 gargantas ensayaban un grito de cierre, se quedaron afónicas. El delantero foral afinó su pose de funambulista. No es jugársela, se trata de cuándo hacerlo. En este caso, cuando todo pasa por delante de tus ojos, cuando has comentado que el Winter Series puede ser tu última prueba como profesional, cuando estás a un palmo de llevarte una buena decepción, hay que tener coraje. Es entonces, y solo entonces, cuando surge la ambición del fuera de serie. Ese momento es el que eclipsa todo lo demás. Apenas un centímetro marca el destino. Ser o no ser. Blanco o negro. Por suerte para el vizcaino, la chapa no dictó sentencia. Johan no llegó a alcanzar el remate y los colorados tomaron el saque. 

El atrevimiento de Beaskoetxea

De nuevo con el agua al cuello, amaneció el pelotari foral como catalizador de todo. Emoción de mimbre. Tomó el mando en un tanto que únicamente llevó su nombre. Cinco pelotazos. Finalizó con un cortadón después de haber leído a la perfección un dos paredes de Johan que podía haber significado la eliminación directa para los veteranos. Beaskoetxea se fue al ancho, recogió el remate y cruzó un cortadón. Enorme. 4-4. 

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El público despidió en pie a los cuatro pelotaris en un epílogo que no estuvo a la altura de lo anterior. Diego ejecutó un saque y Sorozabal, valiente, falló a la hora de acomodar la pelota. 

Oxígeno para Beaskoetxea y López, que sufrieron mucho para llevarse el gato al agua. Aun así, los tres puntos no les solucionan gran cosa. Su destino está atado a los resultados de los dos partidos que les quedan a Goikoetxea-Etcheto, una de las combinaciones más fuertes del panorama, ante Urko Lekerika-Minvielle y Johan-Del Río. El duelo contra el de Biarritz y el gasteiztarra, que están dando muy buena imagen, es capital, pues estos sí que dependen de sí mismos. Diego e Imanol necesitan su derrota.