Su irrupción no solo proporcionó aire fresco a la pelota sino que también supuso todo un espectáculo. Iker Irribarria fue una de las mayores sensaciones tras su debut, en 2015. De hecho, un año después su conquista del primer cetro del Manomanista, con tan solo 19 años convirtiéndose así en el manista más joven en hacerlo, ya confirmó que estaba llamado a ser el pelotari que iba a dominar esta modalidad durante un tiempo. Y es que el zurdo de Arama ya apuntaba maneras desde que era un niño.

Irribarria se desenvolvía con la pelota en el frontón de su localidad de niño. Con 7 años, en 2003, se apuntó a la escuela ordiziarra de Txapagain, donde permaneció hasta 2011. Aprendió de varios entrenadores y pronto, desde la categoría benjamín, comenzó a jugar torneos (ganó en Burlata haciendo pareja precisamente con Jokin Altuna). El aramarra comenzó a exhibir su dominio, por tanto, y en 2010 fue elegido mejor pelotari de todas las categorías del torneo Titín III. Otra prueba de su precocidad es que fue subcampeón del torneo de Elgeta del Cuatro y Medio en categoría cadete siendo infantil (le ganó un Danel Elezkano dos años mayor que él).

Como curiosidad cabe reseñar que Iker Irribarria compaginó hasta los 15 años la pelota con el baloncesto dos deportes muy diferentes pero que le apasionaban. Incluso llegó a jugar una Minicopa con el Bilbao Basket y formó parte de la selección de Euskadi y de Gipuzkoa (“nunca fui brillante; era de trabajo sucio”, llegó a decir).

Con 15 años, en 2012, el pelotari guipuzcoano cambió de club e ingresó en el Zazpi Iturri de Amezketa, donde ya destacaba Altuna III. “Ellos dos hacían una dupla muy buena”, comentan miembros de la entidad amezketarra. Y de la mano de Xalton Zabala, una eminencia en el mundo de la pelota, continuó su meteórica progresión. “Siempre ha sido un pelotari avanzado”, señaló el técnico a este periódico. 

Irribarria militó en Zazpi Iturri desde los 14 hasta los 18 años, edad con la que dio el salto a profesionales en marzo de 2015. Un debut que no se produjo antes porque una lesión en la mano izquierda le obligó a operarse en 2013. Este contratiempo impidió que se estrenara junto a Jokin Altuna en 2014, tal y como había previsto en el club de Amezketa.

Y desde entonces, en profesionales, tras dejar el regazo de Zazpi Iturri, ya todo le vino rodado. Tras ser subcampeón del Manomanista de Segunda (al caer ante Víctor Esteban) en 2015, el pelotari de Aspe, con una pegada brutal que desbordaba a sus rivales, se alzó con el título del Manomanista de 2016 marcando todo un hito: ser el más joven en ganar el gran torneo de la pelota a mano, destrozando así el récord de Rubén Beloki, que se adjudicó el título con 20 años.

Palmarés

Tras ganar a Urrutikoetxea en el frontón Bizkaia (27 años después del último guipuzcoano, Joxean Tolosa en 1989), al año siguiente no pudo en la final con Oinatz Bengoetxea en el mismo escenario. Pero en este 2017 sí se embolsó otro campeonato oficial, el de Parejas, junto a Beñat Rezusta (casualmente el compañero con el que jugó el pasado sábado en el frontón Labrit de Pamplona) tras derrotar a Bengoetxea VI y Larunbe. En esta final batió otro récord de precocidad, al convertirse también en el pelotari más joven en ganar este torneo

Después de un año en blanco en lo que a grandes títulos, en 2019 volvió a lo más alto al conquistar el segundo Manomanista, tras imponerse también a Urruti en el Bizkaia, su escenario fetiche. Ese año no pudo vencer en la final del Campeonato de Parejas, junto a José Javier Zabaleta perdió contra Elezkano II-Rezusta, pero quedó claro que en su etapa dorada, en apenas cuatro años, marcó una época en la pelota contemporánea.

Iker Irribarria, aquel joven delantero que deslumbró a la cátedra, se presentó como un pelotari revolucionario. Ahora, pocos años después, tras idas y venidas aquejado principalmente de lesiones (hace casi dos años fue operado de una grave dolencia de rodilla) que no le han dejado seguir exhibiendo su calidad, anuncia su retirada a la temprana edad de 26 años. Se va el manista adelantado a su tiempo.