Una sonrisa compartida. Unai Laso y Aitor Elordi se miran. El futuro es el frontis del Bizkaia de Bilbao. El futuro es oscuro. O brillante, según el desenlace. El 22 como único objetivo. “Es como una final. El premio es muy grande”, dice el de Bizkarreta-Gerendiain, campeón del Manomanista en curso. Delante, en el salpicadero, una sola meta: la semifinal del 21 de mayo en el Ogueta; espera Darío Gómez. El riojano ha ganado cuatro de cuatro. 

Pero Gasteiz pasa por Bilbao. Miribilla dicta sentencia este viernes (21.15 horas). Uno u otro. No hay calculadora que valga en la última jornada de cuartos de final. Dos huracanes. Dos revueltas que rompen el orden establecido. Dos patadas en la puerta. Mi nombre es revolución.

“Estos partidos motivan al pelotari. Son especiales. Uno no tiene todos los días la opción de llegar a unas semifinales del Manomanista”

Unai encontró el camino al Olimpo desde la cuneta, fuera de la órbita de Baiko. Su regreso fue un golpe sobre la mesa. Desde junio de 2021: final del Cuatro y Medio de San Fermín de 2021, final del Cuatro y Medio de 2021, final del Parejas de 2022, campeón del Manomanista de 2022 y finalista del Parejas de 2023. ¡Que alguien pare a ese muchacho! Primer espada por derecho. Es la única baza de su promotora, de hecho. Lo de Elordi, entre inesperado y satisfactorio para el amante de los guiones made in Hollywood, se ha gestado en apenas un año: un verano de grandes números pero sin el brillo de los estelares, deflagración en el Cuatro y Medio –tercero, llegando a vencer a Ezkurdia, campeón, y el propio Laso– y txapela del Parejas con Zabaleta. No iba a ser de la partida en el Manomanista. Y está peleando por la semifinal. Por el camino: Urrutikoetxea (11-22) y Elezkano II (19-22). Discutió a Altuna III (18-22). 

“Estos partidos motivan al pelotari. Son especiales. Uno no tiene todos los días la opción de llegar a unas semifinales del Manomanista”, concreta el único representante de Baiko Pilota, quien se quita peso de encima: “El favoritismo está repartido. Elordi casi le gana a Altuna III y lleva un año ejemplar. Está con confianza y es muy peligroso”. No asume protagonismo Laso, que este martes se ejercitó tras la elección de material con Iker Larrazabal, responsable de una remontada histórica el pasado domingo contra Javier Zabala. El errotarra sabe que el camino no ha sido de rosas. Ante Elezkano II ganó, sí; pero hubo dudas. El navarro dice que el colorado “no le ha pesado”. “Ser favorito siempre pesa, pero fue un partido de ganar sí o sí, incómodo”, declara. 

Enfrente, Elordi es una anguila rabiosa. Viene con el Parejas por montera. En la ola buena. Una del tamaño del Everest. “Le entra todo. No hay secretos. Tengo que mantenerle lejos del frontis. Con la derecha le está dando mucho”, describe Laso, que es consciente de que aún no ha sacado “su mejor versión”. No sabe por qué. “Voy a venir con la mentalidad de disfrutar”, explica. 

En ese escenario, Unai se mira en el espejo. Visita al diván. “Tiene que aparecer el Laso que disfruta en la cancha y está suelto”, certifica. 

Así las cosas, ante los golpes recibidos en la zurda, el campeón especifica que “he tenido descanso y la mano está bien. No he hecho ningún cuidado especial. Una vez a la semana o dos he ido al masajista para cuidarme”. 

LA PIEL DE CORDERO

Elordi aterriza en el Bizkaia sin taco, concentrado. Este lunes se citó con Jokin Altuna para realizar un entrenamiento serio, centrado en el Manomanista. El amezketarra enfoca a su semifinal contra Joseba Ezkurdia del 20 de mayo en el Labrit de Iruñea; el mallabitarra apunta al Bizkaia. Único fin: Laso. El viernes de la semana pasada hizo técnico con Jokin Etxaniz.

“Jugar contra el campeón siempre motiva. Son partidos bonitos. Estoy con ganas”, analiza el vizcaino, quien reflexiona que “no iba a participar de inicio, así que he aprovechado la racha que llevaba. Estoy en un buen momento. Habría firmado llegar con vida al tercer partido. He jugado sin ningún objetivo. Disfruto del momento. Lo que me llena es dar buen nivel contra los mejores”. 

Siendo consciente de que Unai es “el único de su empresa” y la presión que eso puede conllevar, Aitor explica que “Laso es el campeón y eso marca el rol. Esa tensión se nota. Teniendo en cuenta el partido contra Altuna III, el tema del favoritismo ha podido igualar las cosas. Laso es un gran manomanista. Lo habrá dicho para quitarse presión”. Piel de cordero. El mallabitarra finaliza que “he aprendido que no me tiene que preocupar nada del rival ante pelotaris de este nivel. Me tengo que centrar en seguir en mi dinámica, con buenas sensaciones”. Alma de preboste.