Bilbao. Luis Morcillo Pinillos, de 73 años de edad, demuestra que no le teme a la Justicia porque sabe que no puede ser juzgado dos veces por el mismo cargo.
En la víspera de declarar en calidad de testigo y por videoconferencia ante la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Bilbao, Ana Isabel Gasca, El Mundo publicó ayer una entrevista con el exempresario granadino en la que este asume la autoría del asesinato en 1984 del dirigente de HB Santi Brouard. Dice estar arrepentido, pide perdón a la familia y asegura que recibió la orden del entonces comandante de la Guardia Civil Rafael Masa. También confirma que cobró por este asesinato de las arcas del Ministerio del Interior, cuando este era dirigido por el socialista José Barrionuevo.
"LE PEGUÉ DOS TIROS" "Cuando salió de su consulta le pegué dos tiros y lo rematé en el suelo. Salí corriendo con López Ocaña y dejé la pistola en la escalera", relataba al rotativo el asesino. Es la primera ocasión en la que Morcillo confiesa el crimen, después de que fuera juzgado por este asesinato y absuelto por falta de pruebas por la Audiencia de Bizkaia en el año 2003, por lo que en teoría no puede volver a ser juzgado por el mismo hecho. Por su lado Rafael López Ocaña fue condenado a 33 años de cárcel por el asesinato del pediatra bilbaíno, aunque ahora, a la luz de las nuevas declaraciones de Morcillo, todo apunta a no habría sido el autor material porque se le cayó la pistola al suelo en el momento de disparar.
La juez de Bilbao ha abierto nuevas diligencias tras recibir un escrito del excomisario José Amedo -juzgado e igualmente absuelto por el mismo delito que Morcillo- en el que el expolicía aporta la transcripción de unas conversaciones en las que el exempresario granadino reconoce ser el autor de los disparos.
En la entrevista, Morcillo no es capaz de incriminar a Julián Sancristóbal, quien en 1984 era director general de la Seguridad del Estado con el Gobierno de Felipe González, como inductor de los hechos reivindicados en su momento por los GAL. Solo se atreve a involucrarlo de manera indirecta: "Mi compadre a Rafael Masa me dijo que, si no lo hacíamos, su jefe lo echaba. Su jefe era seguramente Sancristóbal, con quien trabajaba en Interior".
Sin embargo, en las transcripciones de las conversaciones que Amedo entregó al juzgado, Morcillo señala en la presuntas conversaciones que "Sancristóbal fue el que organizó el tomate. De primera hora estaba organizado por él", asegura. Posteriormente, vuelve a insistir en que él "ahora mismo" puede decir: "Yo maté a Brouard y me ordenó hacerlo el señor Sancristóbal", quien, según asegura, les prometió un pago de 25 millones de pesetas por el atentado, de los que solo cobraron siete López Ocaña y él.
En la entrevista, confirma que el dinero para pagar su crimen procedía del Ministerio del Interior, donde alguien cometió una estafa. "Después me enteré de que se libraron 25 millones de pesetas para el tema de Brouard, pero yo solo me llevé cinco". Sospecha que fue Masa quien se embolsó el resto.
En el auto por el que se declara la apertura de las actuaciones, la juez, consciente del efecto de "cosa juzgada", por el que no puede imputar a Morcillo por los mismos hechos, le cita como testigo "respecto a la imputación que, en su día, se efectuó de Julián Sancristóbal", cuyo procesamiento fue revocado ante "las contradicciones" de las declaraciones de quienes, en su momento, le involucraron: el mercenario de los GAL Mohan Talbi y el propio Morcillo.
En la entrevista, pide perdón a la familia. "Estoy totalmente arrepentido", afirma. Edurne Brouard, hija del político asesinado, aseguraba ayer a este diario que lo importante es lo que Morcillo diga ante el juez, no en la prensa".