El nombre del extesorero del PP Luis Bárcenas se escuchó ayer por primera vez en boca de Mariano Rajoy en sede parlamentaria. Y no una vez, sino hasta en una veintena en todo el debate del Congreso.
"El presidente ha cogido el toro por los cuernos", comentaba poco después de escuchar a Rajoy un alto dirigente del PP que aseguraba que las palabras del jefe del Gobierno han dado mucha tranquilidad al partido y han puesto "en su sitio" al líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba.
La interpretación era bien distinta en las filas socialistas, que vieron refrendado el guión escrito de antemano a la comparecencia y que rememoraba, con pequeñas modificaciones y un destinatario distinto, una frase escuchada en el Congreso hace ya casi veinte años: "Tiene usted que marcharse, señor Rajoy".
Rajoy no piensa irse. Lo dejó claro ante un pleno extraordinario del Congreso que, por obras en el edificio de la Carrera de San Jerónimo, se celebró en el hemiciclo del Senado, el mismo lugar en el que durante varios años se sentó Luis Bárcenas. Su sombra estuvo muy, muy presente. En realidad, fue la protagonista. Rajoy despejó pronto la duda de si iba a nombrarle y a hablar explícitamente del caso que protagoniza en los tribunales y dedicó a este asunto el grueso de su intervención aunque con diferentes opiniones entre los grupos sobre si lo que dijo era suficiente o no. Para la mayoría de la oposición, la respuesta fue negativa.
Hasta ahora, algunos destacados dirigentes del PP, como su secretaria general, María Dolores de Cospedal, o el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ya habían reconocido el error de haber confiado durante tanto tiempo en Bárcenas. Eso sí, precisando en todo momento que ahora, con el paso del tiempo y la evolución de los acontecimientos, es fácil ver esa equivocación. Antes no era tan sencillo.
Rajoy reprodujo esos argumentos: "Me equivoqué". "Lo lamento, pero así fue (...) He reconocido un error. Mi error". Unas palabras que algún portavoz, como el del PNV, Aitor Esteban, comparó con las que pronunció el rey a su salida de la clínica tras la operación a la que se sometió a consecuencia de su caída durante una cacería en Botsuana. "Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir", dijo entonces.