pamplona. Javier Atutxa, quien fue presidente del PNV de Bizkaia entre 1988 y 1992 y luego entre 1996 y 2000, falleció ayer en Bilbao a los 75 años como consecuencia de una enfermedad que le mantenía hospitalizado desde hacía meses.

El padre de la actual presidenta del PNV vizcaíno, Itxaso Atutxa, fue uno de los históricos dirigentes del nacionalismo vasco en los años 80 y 90 como hombre de confianza del líder del partido, Xabier Arzalluz. Nacido en Getxo el 26 de diciembre de 1937, aunque criado en el también municipio vizcaíno de Aretza, era conocido como El Capi, por su condición de capitán de la marina mercante, pero también por su carácter recto y estricto que forjó a la nueva generación de dirigentes del PNV que hoy copan la máxima representación, como Iñigo Urkullu y Andoni Ortuzar.

Tras su etapa de capitán de la marina mercante, dejó la navegación para asentarse en tierra, donde trabajó muchos años para una consignataria de buques, Marítima Candina, en Bilbao. Así pudo dedicarse a la familia, compuesta por su mujer, Lourdes, y sus tres hijas, Itxaso, Amaia y Leire, y a su otra familia, el PNV.

Trabajó hasta jubilarse porque, como hombre de la vieja escuela, nunca cobró un duro del partido. En 1988, fue elegido presidente del Bizkai Buru Batzar (el PNV de Bizkaia), hasta 1992 y luego repetiría en este cargo entre 1996 y 2000, siempre con el todopoderoso Arzalluz al frente del partido.

Su primer mandato, que comenzó dos años después de la escisión del PNV y la fundación de Eusko Alkartasuna, estuvo volcado en los temas económicos, con el resurgir de la industria y el puerto de Bilbao tras la reconversión.

En el segundo, de 1996 y hasta 2000, fue el encargado de hacer la transición entre los veteranos dirigentes que venían de la clandestinidad y la generación de Iñigo Urkullu, su número dos entonces y sucesor en 2000 al frente del partido en Bizkaia.

Fueron unos tiempos en los que se rompió el pacto entre el PNV y el PSE que gobernó Euskadi durante buena parte de los 80 y 90 -una ruptura de la que Atutxa fue partidario-, se marchó José Antonio Ardanza como lehendakari y le relevó Juan José Ibarretxe, y en los que hubo un atisbo de esperanza con la tregua de ETA llamada de Estella-Lizarra, luego rota.

Urkullu ensalzó de Atutxa su "honestidad, rectitud, lealtad, sinceridad sin ambages, pasión por la familia y respeto a las ideas de los demás", así como su compromiso con la paz y los derechos humanos.

"Hablaba claro y sin rodeos. Fue un político de sujeto, verbo y predicado, sin ambages ni dobleces. Decía lo que pensaba y pensaba lo que decía", evocó de él Andoni Ortuzar, actual presidente del PNV. El senador del PNV Iñaki Anasagasti lo ha descrito como "un hombre muy recto, de un pieza, de palabra, que se dedicó de lleno al partido en momentos difíciles, con el plan de Lizarra, y mantuvo una entereza muy significativa".

El funeral será hoy en Areatza (Bizkaia).