Pamplona - La corriente interna de UPN en la que participan el expresidente Miguel Sanz y algunos destacados cargos del partido envió ayer a la sede de la organización un documento en el que recoge sus reflexiones críticas con la gestión de Yolanda Barcina, tanto dentro de la formación regionalista como en el Gobierno. El texto, firmado por 22 personas y que la senadora Amelia Salanueva trasladó a Barcina y al secretario general, Óscar Arizcuren, recoge la preocupación de quienes lo promueven por la incapacidad de llegar a acuerdos en el Parlamento, en especial con el PSN, y la sumisión con la que el Gobierno foral actúa hacia el Gobierno de PP.
Se trata en cualquier caso de un documento que según sus promotores pretende ser constructivo, y que busca promover el debate interno y no la división. En el mismo se realiza un análisis de la situación política e institucional que atraviesa el partido, y se subraya la preocupación por la subordinación institucional ante el PP, en especial en el conflicto por el IVA de Volkswagen. Un escenario en el que, consideran, se están desdibujando la imagen de UPN y la referencia ideológica que históricamente ha representado. De hecho, UPN ha sido el único partido que ha apoyado en Madrid los presupuestos de Cristóbal Montoro.
Las bases del escrito quedaron fijadas en la comida que el grupo mantuvo el pasado 10 de octubre en el Hotel Muga de Beloso de Pamplona. Una cita en la que participaron destacados miembros de UPN, como los exconsejeros Juan Ramón Corpas, Álvaro Miranda y Francisco Iribarren; el exdirector general Pedro Pejenaute; algunos parlamentarios como Begoña Sanzberro, Amaya Otamendi, e históricos del partido, como Eradio Ezpeleta y Faustino León. La interpretación que se dio a aquel encuentro y algunas críticas internas han hecho que varios se hayan desmarcado las últimas semanas. No obstante, al grupo también se han sumado otras figuras relevantes, como Javier Caballero, Javier Marcotegui, José Luis Díez o Miguel Echarri, que no estuvieron en la comida pero que han dado su apoyo a un documento que quedó definitivamente perfilado el pasado miércoles en una última reunión. Quien ha quedado completamente al margen es Alberto Catalán, que rivalizó con Barcina en el último congreso pero que en los últimos días ha reclamado a sus compañeros de partido que “arrimen el hombro”. El pasado lunes además la ejecutiva de UPN incorporó al actual presidente del Parlamento al comité de listas.
Una corriente activa El escrito enviado ayer es el primero de un foro que se define como de debate y reflexión, y que pretende seguir trasladando internamente sus opiniones en los próximos meses. Una forma de hacer constar su preocupación por la situación que atraviesa el partido, en soledad política y sin capacidad de acuerdo, lo que hace peligrar seriamente la continuidad en el Gobierno tras las elecciones. Un escenario en el que, avanzan sus promotores, van a seguir subrayando la necesidad de que UPN refuerce su perfil propio y se desligue del PP con una posición más firme y clara del Gobierno foral. Primer paso para recuperar la capacidad de interlocución y acuerdo con el PSN, algo que ven prioritario para UPN y fundamental para el futuro de Navarra.