madrid - Los máximosresponsables de Manos Limpias y Ausbanc, Miguel Bernad y Luis Pineda, respectivamente, fueron detenidos ayer acusados de actuar de forma coordinada para extorsionar a bancos, una práctica que llegaron a utilizar en la acusación de la infanta Cristina en el caso Nóos. El arresto de la cúpula del sindicato ultra compromete la presencia de la hermana del rey en el banquillo, puesto que solo Manos Limpias ejerce la acusación contra ella. La abogada Virginia López Negrete, que representa al sindicato en el juicio, confirmó ayer que mantendrá la acusación contra la infanta “hasta el final”.
En total son 11 los detenidos por la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) en una operación en la que se practicaron seis registros en las sedes de la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios (Ausbanc) y Manos Limpias y varios domicilios.
La Policía sospecha que Ausbanc utilizaba las querellas que presentaba el sindicato Manos Limpias, al que financiaba, para extorsionar a bancos y personas vinculadas a los mismos para obtener de ellos acuerdos económicos camuflados bajo falsos convenios publicitarios. También se les investiga por obtener subvenciones de forma fraudulenta y por otras prácticas delictivas, como la retirada de acciones penales en algunos procesos previa exigencia de importantes cantidades de dinero. Para ello, Ausbanc y Manos Limpias actuaban de forma organizada, coordinada y prolongada en el tiempo, según la Fiscalía de la Audiencia Nacional.
Uno de los asuntos que se investiga es el presunto chantaje a dos entidades bancarias, la Caixa y Banco Sabadell, a las que se habría solicitado un total de 3 millones de euros para que Manos Limpias retirase su acusación contra la infanta Cristina. El abogado de la infanta, Pau Molins, confirmó ayer que Manos Limpias intentó extorsionarles a cambio de retirar la denuncia, algo rechazaron “de plano” y denunciaron ante la Policía.
Pero, según los investigadores, no es un caso aislado, sino que ambas organizaciones trabajaban de forma coordinada y no eran realmente asociaciones sin ánimo de lucro, sino que su objetivo era obtener beneficios para sus dirigentes, para lo que utilizaban como pantalla la protección de los consumidores y las iniciativas judiciales. Las pesquisas apuntan a que los arrestados utilizaban la información obtenida de los usuarios de banca y de sus reclamaciones para coaccionar a las entidades financieras y obtener acuerdos económicos. Además, los cabecillas habían creado sociedades para distraer el capital generado.
Creen los investigadores que Pineda, con la complicidad de gran parte de la junta directiva, era quien se encargaba de presionar a los bancos, en los que buscaba una financiación enmascarada bajo convenios publicitarios. A cambio, les ofrecía proporcionarles publicidad favorable. Para lograr esos acuerdos también les prometía rebajar las pretensiones de sus asociados ante demandas o, incluso, archivarlas, sin que le importara perjudicar con ello a sus clientes.
Y para reforzar esa presión, Ausbanc utilizaba al sindicato Manos Limpias, al que además financiaba, para ejercer la acusación popular. Pineda ejercía todo el control y dirección de la asociación en beneficio propio. Pero el resto de la cúpula conocía las prácticas y se beneficiaba de lo obtenido.
Las detenciones se llevaron a cabo después de la filtración en los últimos días de la investigación en diferentes medios de comunicación, lo que motivó que el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz abra una investigación sobre lo que considera una obstrucción a la instrucción judicial.
Entre los detenidos, además de Bernad y Pineda, están la mujer de éste, María Teresa Cuadrado; el tesorero de Ausbanc, Alfonso Gil Solé, y los delegados de ambas organizaciones en Sevilla. Asimismo, fueron arrestados el director de Comunicación de Manos Limpias, Francisco Castro Villacañas, y el director de Publicaciones de Ausbanc, Luis Suárez.
Bernad fue detenido a primera hora en su casa, mientras que la Policía prefirió esperar a Pineda y a su mujer en la estación de Atocha, donde les detuvo nada más bajar del AVE procedentes de la Feria de Abril. - Efe / Fotos: Efe
el alto precio de Salvar a la infanta
Solución. El abogado de la Infanta Cristina Miquel Roca aseguró ayer que no ha “contemplado, ni contempla ni contemplará nunca una solución al margen de la sede judicial” en el caso Nóos que juzga a la infanta. Roca explicó que se limitaron a poner en conocimiento de las autoridades judiciales y la policía el contenido de una conversación que tanto en el ámbito profesional como deontológico le “incomodaba”. Roca evitó calificar esta conversación de intento de extorsión, aunque El Confidencial cifró en 3 millones el precio por salvar a la infanta. “Lo que nos interesa es que haya una resolución judicial, no contemplamos una solución extrajudicial”, insistió Roca.