El parlamento rechaza las enmiendas a la totalidad y deja aislados a upn y pp
El trámite de los Presupuestos sigue y se aprobarán el 21 de diciembreEl PSN suma sus votos a los del cambio porque “el modelo de la derecha implica peores servicios, recortes y privatización”
pamplona - Que las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos Generales de Navarra de 2018 presentadas por UPN y PPN iban a ser rechazadas se sabía antes de que comenzase el pleno del Parlamento de Navarra de ayer. Pero se puede perder ofreciendo una buena imagen o se puede perder demostrando que la derrota te es indiferente. Y, ayer, las dos formaciones de derechas en la Cámara eligieron la segunda opción. Javier Esparza y Ana Beltrán desaprovecharon una buena oportunidad para defender, al menos de cara a su propio electorado, que la oposición tiene más argumento que el identitario y que otra política presupuestaria, como se hartan de decir sin aportar un sólo dato, es posible. Ambos dirigentes dedicaron apenas dos o tres minutos de sus intervenciones de un cuarto de hora a la defensa de sus enmiendas, y el resto del tiempo lo invirtieron en repetir mecánicamente -con ese tono agrio y el recurso a la descalificación que les viene caracterizando de un tiempo a esta parte- todo el elenco de frases hechas contra el Gobierno que lo mismo valen para Twitter que para el hemiciclo: que el euskera es la prioridad, que manda Bildu, que Podemos es cada vez más nacionalista o que los impuestos son “confiscatorios”.
De todo hicieron ayer menos aportar una serie de argumentos válidos que acrediten por qué hay que tumbar los terceros Presupuestos consecutivos de la legislatura, esos que consignan un 55% de la inversión a Salud (que por segundo año consecutivo sobrepasa los 1.000 millones de inversión), Educación y políticas sociales; con los que se están revirtiendo los recortes de la legislatura pasada; y que además cumplen todas las exigencias financieras de Bruselas. La pobreza argumental fue tan explícita que a los 26 votos de Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E, se unieron los 7 del PSN, haciendo más evidente todavía el aislamiento al que una paupérrima oposición está sumiendo a UPN y PPN.
crecimiento y servidumbres El primero en intervenir fue el consejero Mikel Aranburu, encargado de defender el proyecto en nombre del Gobierno. El titular de Hacienda no quiso abundar en datos y simplemente rescató las cifras más representantivas de unos Presupuestos “enriquecidos por la experiencia, el diálogo y el consenso” y que aspiran a consolidar la base de unas políticas públicas que el consejero intuye ya como “irreversibles”. Aranburu destacó que las Cuentas Públicas que se aprobarán en diciembre cuentan con 3.883 millones en gasto no financiero, un 4,07% más que el año anterior y 425 millones más que en 2015, desde cuando se acumula un crecimiento del 12%. Todo, dijo, pese a las “servidumbres heredadas” en forma de peajes en sombra, cánones e intereses de la deuda (sólo los dos primeros conceptos hipotecan 2.800 millones hasta 2044) con las que el Gobierno no tiene otro remedio que “apechugar”.
De momento, y tal y como subrayó, se trata de “administrar recursos escasos con un matiz ético importante”, lo que está permitiendo alternar la recuperación del Estado del bienestar con el cumplimiento de las exigencias financieras de objetivo de déficit, deuda y regla de gasto, que se vuelven a cumplir para 2018. Pese a todo, Aranburu asumió que los Presupuestos “no gustarán a todos los ciudadanos”, aunque sí a una “amplia mayoría”; recordó que siguen abiertos; y conminó a los grupos a mejorarlos en el periodo de enmiendas.
Pese a las palabras del consejero, Esparza no varió un ápice su discurso. Donde Aranburu dijo que ha habido participación, el dirigente regionalista ve “imposición y sectarismo”. Y, a pesar de que las Cuentas destinan 2.152 millones a inversión social, Esparza sigue creyendo que son unos Presupuestos “para construir nación” donde se prima “por encima de cualquier política el euskera”. Retazos del discurso intercambiable de la oposición que prácticamente repitió Ana Beltrán, que subió la apuesta y tildó el proyecto de “irresponsable y absolutamente ideológico”.
“cinismo” en la oposición No obstante, los argumentos de la derecha encontraron buena respuesta en el resto de fuerzas. Jokin Castiella (Geroa Bai) mostró su “absoluto estupor” ante “el nivel de los argumentos”, y consideró que lo “irresponsable” es “generar alarma y preocupar a la sociedad de manera completamente innecesaria”. Adolfo Araiz (EH Bildu), por su parte, especuló con la posibilidad de que lo que molesta a Esparza es que “no se ha cumplido ninguna de sus profecías”, y si bien se mostró crítico con el proyecto consideró que éstos profundizan en la línea a seguir.
Crítico con la oposición también estuvo Mikel Buil (Podemos), quien tildó de “cínico ejercicio de impugnación” las enmiendas de UPN y PP, fuerzas que “han dejado una ingente factura en Navarra”. Ainhoa Unzu, del PSN, valoró positivamente unas Cuentas que gustan en algunos aspectos a los socialistas y afeó a UPN y PP que critiquen los Presupuestos y la fiscalidad del Gobierno cuando son campeones “en privatización y recortes”. De la misma manera, defendió el pago de impuestos para dotar de excelencia los servicios públicos, modelo en el que “no cree la derecha”. Por último, José Miguel Nuin (I-E) celebró que tras “la legislatura de los recortes” se haya pasado a una “clara expansión del gasto”, aunque llamó a seguir trabajando para imprimir una “mayor velocidad a la expansión”.
“las cuentas no están a la altura”
Críticas del sindicato. LAB hace una lectura crítica del proyecto de Presupuestos de Navarra para el 2018 porque, en su opinión, “no está a la altura del cambio político y social por el que apostó la ciudadanía navarra”. Considera que “queda absolutamente en evidencia la nula voluntad del Gobierno para la profundización y avance en el cambio social, el gasto social y las políticas públicas”, para remarcar a continuación que para fortalecer las políticas públicas hay que aumentar los ingresos, y “en esto tampoco hay grandes cambios”. Por último, el sindicato constata que no son “unos presupuestos soberanos”, ya que “cumplen con el objetivo de déficit y el límite de endeudamiento impuesto desde Madrid”, por lo que pidió romper con la rigidez y “decidir sobre sus presupuestos, su modelo económico y social, así como su autogobierno y estatus político”.
692
enmiendas parciales. Serán todas las que se debatan entre el 11 y el 15 de diciembre. De ellas, 29 serán al articulado (5 a propuesta del cuatripartito, 13 del PSN y 11 de UPN) y las 663 restantes serán partidas específicas. En este apartado, el PPN ha presentado 97; el PSN, 250, y UPN, 207. Son un conjunto de iniciativas que serán masivamente rechazadas.
109
presentadas por el cambio. Como ya hicieran el año pasado, Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E han consensuado un paquete de 109 enmiendas que tendrán mayoría en la comisión y que modificarán el Prespuesto por valor de 11,6 millones.
“No sabía que tenía réplica”. El broche al esperpento al debate de ayer lo puso la presidenta popular, Ana Beltrán. Tras más de seis años como parlamentaria, a Beltrán le pilló por sorpresa disponer de un turno de réplica para el que no había preparado nada. Aún así, la presidenta del PPN agotó sus cinco minutos con una ronda de improperios.
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