pamplona - No será hasta el lunes cuando se conozcan los resultados definitivos, pero el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ya ha puesto el listón a la consulta que determinará si él y su portavoz parlamentaria, Irene Montero, continúan o no al mando del partido tras la polémica por la compra de su chalet. El líder de la formación avanzó que dimitirá si el referéndum interno se sella con una baja participación. Iglesias equiparó esta circunstancia como “un fracaso” que les abocaría a dejar paso a caras nuevas.

Con un censo de más de 480.000 inscritos, Iglesias califica de resultado “espectacular” si logran los 120.000 participantes, ya sea a favor de su continuidad o en contra. “Cuanto más alta sea la participación, mejor. Una participación baja sería una mala noticia; yo espero que esté entre las consultas con más participación en Podemos, y creo que va a ser así”, confió. Ese umbral ha sido superado en anteriores ocasiones en las que la formación dio la palabra a sus simpatizantes. Fue el caso de la asamblea estatal de Vistalegre II que encumbró a Iglesias y a su sector, votaron 155.000 militantes. Sin embargo, las dos últimas consultas internas -alianza con IU y moción de censura a Rajoy; en marzo pasado y en mayo de 2017, respectivamente- ni siquiera sobrepasaron el umbral de los 100.000 votantes.

Cuestionada su coherencia de puertas hacia afuera, lo cierto es que Iglesias y Montero buscan reforzar su posición de puertas hacia adentro con una consulta que les permita legitimar sus puestos, y así dar por zanjada la polémica por la compra de la vivienda en Galapagar (Madrid) por más de 600.000 euros. Y aunque nunca han superado el tope del 37% de participación en ninguna de las convocatorias anteriores, una alta concurrencia acallaría unas críticas internas que continúan al alza con el paso de los días. - D.N.