pamplona - No hay pleno del Parlamento en el que Navarra Suma no busque la polémica y la confrontación, con independencia de que haya caldo de cultivo para ellas. Y el de ayer no fue una excepción. Sin aparente motivo para el enfrentamiento, la derecha protagonizó esta vez su pataleta semanal a cuenta del preacuerdo presupuestario que Gobierno foral y EH Bildu anunciaron este lunes.

El pacto no podrá cerrarse antes de que el 3 de febrero se dé el visto bueno a la cifra definitiva del techo de gasto, una vez que se conozca la previsión de recaudación, tal y como precisó ayer la consejera de Hacienda, Elma Saiz. Esto significa que, más allá de la voluntad de alcanzar un acuerdo para que Navarra tenga Presupuestos este año, habrá que esperar al menos unas semanas antes de saber en qué partidas se sustancia dicho pacto.

Sin embargo, en sus valoraciones Navarra Suma obvió que este preacuerdo no esté cerrado. Volvió a sacar su artillería para hacer acusaciones de trazo grueso y dar por hecho que detrás de los Presupuestos hay entendimiento incluso para el acercamiento de los presos.

"Este es el Gobierno de la mentira y del oscurantismo", manifestó el portavoz de la coalición de derechas, Javier Esparza, antes de añadir que "la sociedad navarra no se merece" este Ejecutivo, en el que observa falta de transparencia.

"No hablamos de aquello que habrán pactado y que no está escrito en ese acuerdo, porque no tengo duda que habrá un segundo acuerdo", continuó Esparza.

Tras asegurar que el Ejecutivo de Chivite les dijo que "no se podía modificar" el techo de gasto, y considerar que la consejera Saiz debería "no mentir", Esparza insistió en que le "preocupa", más que lo escrito en ese acuerdo, "lo que no está escrito". "Estoy seguro que no está escrito que han pactado el acercamiento de los presos de ETA", señaló, antes de adjudicar a otros sus propias conclusiones. "Hemos oído al PSN este lunes decir que le parece bien el acercamiento de los presos de ETA y le parece bien como trueque político, como cambio de cromos".

ampliar el plazo de enmiendas Después de esta retahíla de acusaciones, no todas ellas fundamentadas, Navarra Suma hizo un planteamiento que entra dentro de la lógica. Pidió a la Mesa del Parlamento que amplíe hasta el 5 de febrero el plazo de presentación de enmiendas parciales a los Presupuestos, que concluye el 28 de enero, dado que el techo definitivo de gasto se hará público el día 3.

Nadie se puso, ni mucho menos, al nivel de crispación de Esparza. El vicepresidente Javier Remírez reiteró que han negociado los Presupuestos "con el único grupo que ha atendido la llamada del Gobierno" y que el preacuerdo con EH Bildu "no contiene cuestiones identitarias, sino que se limita a aspectos socioeconómicos".

Repitió que de Navarra Suma recibieron "cero propuestas" para hablar de las Cuentas Públicas y que será "en el trámite parlamentario cuando veremos qué enmiendas son integradas" al proyecto presupuestario.

La portavoz de Geroa Bai, Uxue Barkos, tampoco ve "falta de transparencia" en el hecho de que no se dé a conocer todavía este preacuerdo, ya que "quedan ámbitos y elementos por acordar". Además, aseguró que su contenido se comunicará "cuando terminemos de consensuar algunas cuestiones".

Desde el PSN, su portavoz, Ramón Alzórriz, se mostró crítico con la actitud de Navarra Suma por "no ser propositivo", algo que cree que la sociedad percibe.

"La ciudadanía puede comparar entre el Gobierno de Chivite, que trabaja para avanzar, y quien como Navarra Suma está permanentemente en el bloqueo, en el conflicto y en la negación", apuntó Alzórriz, quien destacó que el preacuerdo presupuestario "avanza en las políticas sociales".