aco Pozueta fue senador en representación del EAJ-PNV en 1982 de un Grupo Parlamentario cuyo portavoz era Mitxel Unzueta Uzkanga. Los dos acaban de fallecer. Ya se glosó la figura de Pozueta y me toca escribir unas líneas sobre Mitxel Unzueta, un gigante, junto a Xabier Arzalluz, Federico Zabala, Juan Mari Bidarte, Juan Ignacio Uria y Marcos Vizcaya, de la discusión constitucional y de la estatutaria. Hoy Euzkadi no sería lo que es sin el trabajo inconmensurable de estas personas clave en nuestra reciente historia.

En el caso de Mitxel su erudición, conocimiento y gran biblioteca sobre la foralidad no se entendería lo que nos contó la última vez que estuvimos con él. Nos dijo que en la primera reunión que tuvieron para estudiar el texto constitucional en el convento de Euba fue con la idea de plantar batalla en relación con los derechos históricos. Sus compañeros le disuadieron diciéndole que nos iban a tildar de carlistas, pero una semana después, en Madrid, Juan Ajuriaguerra le pidió un folio con lo que planteaba. Y ahí nació la estrategia negociadora del PNV, tan exitosa para Euzkadi.

Intelectual y abertzale así como estudioso de la obra de Sabino Arana, nos decía: “Arana y Goiri luchó por la defensa de la identidad nacional vasca; lengua y cultura constituyeron ejes de su acción. La proclamación de que Euzkadi es la patria de los vascos, en lo político, supo desarrollarla con una cuidada elasticidad, consciente de que ante todo y sobre todo lo que contaba y cuenta es el pueblo, su conciencia colectiva; de esta forma, tanto sus reivindicaciones independentistas como de los Fueros, quedaban matizadas en virtud de un estudiado posibilismo. Arana Goiri luchó por un pueblo, no por una aventura política. Asimismo, José Antonio Aguirre y Lekube supo, como pocos, lo que es tener que compaginar ideales con necesidades. Alguien debiera seleccionar sus textos ideológicos.”

Mitxel Unzueta Uzkanga fue profesor en Deusto y promotor de Deia, además de un prestigioso abogado con despacho propio en la calle Marqués del Puerto de Bilbao. Desgraciadamente, en los últimos años sufría los achaques de la edad aunque mantenía una cabeza clara y luminosa y los recuerdos de aquella época irrepetible, le afloraban sin cesar.

Nos decía: “Me asusta que las nuevas generaciones desconozcan lo ocurrido durante la transición. Pero sobre todo temo esa misma ignorancia entre muchos integrantes de la clase política actual con los que he hablado. Algunos tienen una imagen idílica que es del todo errónea. Recuerdo muy bien cómo muchos artículos de la Constitución se redactaron en reuniones nocturnas celebradas en restaurantes y despachos, fuera de las cámaras, y que luego se aprobaron mediante el sistema del rodillo. Aunque ahora no se hable de ello, es parte de la historia y no debe esconderse”.

Nos comentó la reunión en la caseta de monitores con el rey Juan Carlos para que le explicaran el alcance de la Disposición Adicional y del Pacto con la Corona. Nos dijo que escuchó interesado pero sin más. Después, y tras una llamada de Juan de Ajuriaguerra al hotel, tuvo que cambiar el billete y se fue a Estoril, a visitar a Don Juan de Borbón con Federico de Zabala, un hombre clave, en un viaje en tren de película de Berlanga con paradas y llegada tarde.

El concepto de nacionalidades y regiones lo introdujo Miquel Roca ante el atasco de la ponencia constitucional donde era titular. Les preguntó a los ponentes que si no aprobaban aquello ¿qué pintaban allí vascos y catalanes? y la UCD finalmente cedió. Y nos remarcó Mitxel que las consecuencias de autogobierno logradas eran solo para vascos y catalanes, porque no existía ninguna demanda más aunque luego aquello, tras el 23-F, se salió de madre por puro partidismo irresponsable.

El primer portavoz en el Senado del PNV nos dijo muchas más cosas, que la falta de espacio me impide recoger pero me quedo con su última copla: “El origen de los problemas vasco y catalán es que lo que hoy llamamos España eran en realidad las Españas, un conjunto heterogéneo de territorios en los que Castilla impuso su predominio, en algunos casos manu militari, para reducir todos los reinos a sus usos y costumbres. Y así fue hasta llegar al sistema constitucional, en el que la idea de reducir todos los reinos a las leyes de Castilla se trasmuta en el concepto de “unidad nacional”. Pero dicha unidad no está basada en una síntesis de las posiciones de Catalunya, País Vasco, Valencia, Galicia y Castilla, sino en la subordinación de las primeras a la última. Mientras se siga pensando que Castilla hace España, como dijo Ortega y Gasset y otros, habrá nacionalismos periféricos, integrados por pueblos que se resisten a perder su identidad. No hay que engañarse con frases fáciles y reflexiones huecas: estos nacionalismos son respuesta y trasunto del propio nacionalismo español”.

El pasado 31 de octubre Mitxel Unzueta iba a entrar a la librería Elkar. Su hijo empujaba amorosamente su silla de ruedas. Me acerqué a él y solo me reconoció por la voz, ya que su vista flaqueaba. Hablamos un poco. Me comentó que nadie le había llamado para preguntarle algo sobre cómo fue aquella negociación del estatuto de Gernika hacía cuarenta años. Él era entonces portavoz en el Senado y su protagonismo en la discusión constitucional y en la estatutaria fue determinante. Pero el adanismo de esta sociedad que ni tan siquiera celebra el cumpleaños estatutario como si aquello hubiera llegado de Marte y no fuera el éxito de una generación y de un partido que no solo puso aquella pica en Flandes sino logró la devolución del Concierto Económico para Gipuzkoa y Bizkaia, frente a militares, grupos de presión, ETA, y la derecha cavernícola.

Hoy Euzkadi no sería lo que es sin aquel ímprobo trabajo de personalidades como Mitxel Unzueta que asimismo fue determinante para que Deia saliera a la calle en 1977. Euzkadi y el EAJ-PNV han perdido a un extraordinario servidor. Goian bego.