- La situación parece tomar el camino de la estabilización en Kazajistán tras varios días de protestas y disturbios, pero continúa el bloqueo informativo y la ausencia de internet, a lo que se suma el miedo a la salir a la calle entre la población y las largas colas en bancos y supermercados.

"La gente hace cola en los bancos para recibir dinero en metálico, ya que no se puede pagar casi en ningún sitio con tarjeta de crédito", comentó Zara, residente en la capital, Nursultán.

Debido a los cortes de internet y a los problemas en la red de telefonía móvil, los kazajos no pueden comunicarse con sus familiares en otras partes del país.

"En los supermercados las estanterías están vacías. No hay ni pan, ni leche, ni patatas. Hasta las bebidas alcohólicas se han terminado", comentó Svetlana en Facebook.

Aunque los kazajos condenan la violencia, también critican la gestión de la crisis por parte de Tokáyev, además de su decisión de solicitar la ayuda militar de Rusia y de otros países para sofocar la revuelta. "¿Por qué ni uno sólo de esos malditos funcionarios salió a hablar con los manifestantes al principio cuando en su mayoría eran pacíficos?", señaló Ardak.

Los kazajos también critican el hecho de que las autoridades estén más preocupadas por su seguridad que por el bienestar de su pueblo.

Algunos periodistas y usuarios de las redes sociales criticaron que sólo los medios afines al Gobierno tienen acceso a los comunicados oficiales.

Se quejan, además, de que todas las noticias incitan al pánico y no contienen ni una pizca de verdad. Otros van más allá y ponen en duda la versión oficial de que los participantes en las protestas y posteriores disturbios fueran mercenarios y terroristas.

Aunque Tokáyev informó al Kremlin que la situación se estabiliza, Rusia comenzó a repatriar a sus nacionales del país vecino.