- El Parlamento Europeo (PE) aprobó ayer un informe en el que advierte a Turquía de que debe mejorar en materia de derechos humanos y detener el “continuo retroceso” del Estado de derecho en el país para poder reanudar las conversaciones sobre su adhesión a la Unión Europea (UE), paralizadas desde 2018.

Con 467 votos a favor, 85 en contra y 49 abstenciones, la Eurocámara expresó su “consternación” por la actual “forma represiva” de gobierno en el país, cuyos “pilares principales” son, según el informe, el abuso del marco jurídico y la falta de independencia del poder judicial.

El comisario europeo de Vecindad y Ampliación, Olivier Varhelyi, reconoció que la entrada de Turquía en la UE es “más significativa que nunca” por ser, en sus palabras, un socio regional “clave” con un papel “fundamental” para garantizar la estabilidad y la seguridad de los Veintisiete.

Sin embargo, recalcó que estos argumentos no pueden justificar el “continuo retroceso” en el Estado de derecho y en los derechos fundamentales del país eurasiático, así como las tensiones bilaterales que mantiene con Estados miembros como Grecia, a la que disputa la soberanía de algunas islas del Mediterráneo oriental. “Seguiremos trabajando estrechamente con nuestros homólogos turcos para avanzar en la cooperación en áreas de interés común como el comercio, el clima, la migración, la seguridad o la salud. Al mismo tiempo, seguiremos planteando inquietudes y abordando los puntos de diferencias políticas”, sostuvo el comisario.

Por su parte, el eurodiputado del PSOE Nacho Sánchez Amor, ponente permanente para Turquía en la Eurocámara y relator del informe, reiteró que la “gravedad” no solo reside en el “desastroso” estado de los estándares democráticos en Turquía, sino también en la “tendencia consolidada” a que la situación empeore. “La mayoría de los turcos adultos han vivido una Turquía mejor, más democrática, más avanzada, más abierta, menos aislada. Hoy ven cómo sus esperanzas democráticas se van por el sumidero en una espiral autoritaria que parece no tener fin”, lamentó.

El relator del informe subrayó que el carácter autoritario de Turquía es una política de Estado “plenamente deliberada” y ejecutada con “aterradora frialdad” por la “élite gobernante” sobre una sociedad “desarmada” y “sectariamente informada”.

Para Sánchez Amor, el país transcontinental hace un “cálculo equivocado” de su papel geopolítico al pensar, según el ponente, que por ser “útiles o necesarios” en seguridad y defensa toda crítica occidental deba ceder y haya que acelerar el proceso de adhesión a la UE. “El Parlamento Europeo, y espero lo mismo de las demás instituciones de la UE, no se va a callar ante los continuados atropellos a las libertades fundamentales en Turquía”, afirmó.

Turquía es candidata desde 1999 a entrar en la UE, de la que es un socio estratégico en cuestiones como la migración, la seguridad, la lucha contra el terrorismo y la economía.

Como economía emergente y miembro de la OTAN y del G20, Turquía es reconocida como un actor activo de la política exterior regional,, según explicó en un comunicado la Eurocámara.

Las negociaciones de adhesión comenzaron en 2005, pero se mantienen paralizadas desde 2018 debido a una “falta de esfuerzos” por “avanzar en democracia”, añadía el texto del Parlamento.