Juanjo Lizarbe (Olite, 1962) es en la actualidad abogado en ejercicio, aunque ya no comparte despacho con Roberto Jiménez, uno de los dos principales protagonistas de aquel momento. Lizarbe, portavoz del PSN hace diez años, miembro actual del Comité Regional, dice que ya es una “especie de jarroncito chino”, pero presume de tener buenos contactos. El exportavoz repasa aquel intenso momento político y deja sabrosas consideraciones.

¿Qué le viene a la memoria de aquellas fechas?

-No me acordaba que hacía diez años ni que se conoció un 15 de junio, 35 años después de aquella fecha mítica del 77. Yo creo sinceramente que la culpa fue de Yolanda Barcina, y creo que UPN y la derecha navarra perdieron una oportunidad histórica de un entendimiento entre el centroizquierda y el centroderecha por llamar a ambos de forma diplomática y fina.

Era previsible que sigan echando la culpa a la parte que tomó la decisión. ¿Con qué argumentos?

-Yo participé en reuniones con miembros del Gobierno y había un problema claro. Era un Gobierno de coalición de dos partes diferentes ideológicamente. Ahora hay uno también y no funciona mal.

Pero algo más alineado con respecto a la Moncloa. Con el vuestro llegó la mayoría absoluta de Rajoy.

-Había dos temas de tensión insuperable. Algunos de los recortes que se hacían había que hacerlos, porque no daban los ingresos para los gastos. Pero la derecha en Navarra y en España los aprovechaba para tender a su línea ideológica. UPN aprovechaba la lamentable situación económica, que ellos también lamentaban, para esto. Hombre, Juan, igual la sanidad no tiene que ser tan universal. A mí ese tipo de comentarios me ponían de los nervios, y a los consejeros del PSN también.

Pero cuando deciden hacer la coalición, conocían el perfil de Barcina y el riesgo de que esto pudiese pasar.

-Sí, ese era un riesgo evidente. Lo que quiero es dejar claro que no fue una ruptura por la personalidad peculiar de Yolanda Barcina y de Roberto Jiménez. Cada uno era como es, como somos todos. Pero fue simplemente porque UPN no entendía que estaba gobernando con el Partido Socialista Obrero Español en Navarra. Anai Astiz o Elena Torres estaban porque creían que en la coyuntura de aquel momento tenía que haber un consenso político transversal que hiciese cosas muy importantes por Navarra. Pero aquella UPN no lo entendía así. Como si fuésemos simplemente la muleta. Eso no podía ser. En UPN, no lo puedo probar con documentos, pero había una especie de odio enfermizo a todo lo que sonase a euskera. Era increíble. Por ejemplo, el Baluarte no se podía llamar Palacio de Baluarte Jauregia.

¿Eran dos personas impulsivas Barcina y Jiménez?

-Son dos personas vehementes, impulsivas, muy creyentes de sus postulados... pero era un Gobierno de coalición que se rompió porque UPN no entendía dicha fórmula, y quien rompió fue la propia UPN.

¿Sinceramente, en los días previos, pensaba que esto era reconducible?

-Sinceramente, yo pensaba que no se iba a romper. Pero fíjese si había maldad que Yolanda, con la cual sigo hablando, llamó a Anai Astiz y a Elena Torres para decirles que echaba a Roberto, pero que ellos seguían y que entrase otro socialista en el Gobierno.

Tal vez un intento de dividirles, pero resulta un tanto ingenuo pensar que iban a continuar tras una destitución así, que escocía mucho.

-Era ingenuo y era absurdo, pero ella lo intentó, porque en el fondo le estorbaba Roberto.

Ella se quejaba de deslealtad.

-No había ninguna deslealtad, le estorbaba el otro porque no aceptaba todo y le protestaba.

¿Alguna autocrítica pueden hacer?

-Sí hombre, si lo ves ahora, diez años después. Yo en aquel momento apoyé ese Gobierno de coalición, pero ahora viendo la perspectiva histórica sinceramente creo que hubiese sido mejor que el PSN se hubiera quedado en la oposición tratando de encontrarse con otras fuerzas progresistas, incluidos, por supuesto, los nacionalistas vascos en Navarra.

Pero una vez pasaron a la oposición no contribuyeron a tumbar a un Gobierno en tierra de nadie.

-Si recuerda intentamos hacer una moción de censura. Lo que pasa es que nos salió mal por una razón, que creo que también se tiene que decir. Como somos muy obedientes, le hicimos caso al PSOE de Rubalcaba en aquel caso y no se aprobó la moción.

Dinámica muy habitual en el Paseo Sarasate: hacer caso a Ferraz.

-No se lo puedo rebatir, como somos muy obedientes a Roma cuando nos dijeron que no, dijimos que no. Ese es el error o no error. Queríamos tanto a nuestro partido y lo queremos tanto todavía a nivel nacional que al final fuimos obedientes a Roma. Teníamos que decir que no, porque el PSN sin el PSOE no es nada. Luego han cambiado las cosas y ahora las circunstancias son diferentes, tanto, que se está haciendo lo que queríamos hacer muchos durante mucho tiempo.

Pasaron otra legislatura, de 2015 a 2019 en la oposición, hasta llegar a liderar el Ejecutivo.

-Yo creo que la actual posición es bastante más lógica y natural para el PSN que la de aquel Gobierno de coalición de 2012.

Hay quien se pregunta si en esta legislatura Geroa Bai hubiese quedado por encima, hubieran aceptado ser socio menor en el Ejecutivo.

-Yo no mando, pero opino en el Comité Regional. Yo estoy convencido, y no lo digo por quedar bien con nadie, que si en estos momentos Geroa Bai fuese más votado que el PSN se reeditaría sin lugar a dudas el Gobierno de coalición actual. Estoy absolutamente seguro de que con el PSN y el PSOE actuales, incluso con los que puedan volver, esta fórmula puede durar 25 años. Tengo muy buena relación con el actual PSN, con el PSOE actual , y con las viejas glorias del pasado. ¿Me explico? Ya le digo yo que esta no es una historia hasta mayo del año que viene. Esto está bastante ahormado correctamente. También entiendo que sería interesante, aunque se mantenga la actual fórmula, que haya puentes de diálogo con UPN, porque simplemente le vota mucha gente, lo mismo que al PSN, lo mismo que a los nacionalistas. Ese diálogo transversal es muy importante. Me da la sensación que hay un dique de contención respecto a UPN.

Barcina agotó aquella legislatura. Preámbulo del paso a la oposición para UPN. Travesía que ha pilotado Esparza, en serio riesgo si no alcanza la presidencia.

-No sé los tiempos de él y UPN. Yo creo de verdad que Javier y UPN tienen que compartir posiciones con el PSN y con el nacionalismo vasco. Pero ese es el problema de UPN, que desaprovechó una oportunidad histórica, porque la ruptura de aquel Gobierno en 2012 fue un antes y un después. Y pienso que desperdiciaron esa oportunidad porque básicamente ningunearon al PSN.

Más dificultad para el entendimiento que con el Gobierno actual.

-Sí, estamos más cómodos ahora. Lo de UPN era un sinvivivir. Recuerdo un día que la situación era de una tensión que se cortaba con un cuchillo. Era insoportable.

Entiendo que para Roberto Jiménez este episodio, inicio de su fin, debió de ser doloroso y amargo.

-Él lógicamente no salió bien parado desde el punto de vista de imagen pública. Él ahorra está ejerciendo su profesión de abogado, y está bien. Esta es una historia que no fue culpa de él. Igual soy el único que le defiende, pero creo que no fue culpa de él en ningún caso, de verdad lo digo. Son cosas de la política. Fue algo injusto, y quien rompió fue quien rompió, y no quien no lo hizo. A ver si va a tener la culpa el que fue destituido cuando no había motivos para ello