Mientras el foco mediático miraba a las consecuencias de los incendios del pasado fin de semana, con su derivada política ya en primera línea del debate, el Parlamento de Navarra aprobaba este jueves seis nuevas leyes forales, todas de calado. Se acerca el final del curso y la mayoría del Gobierno ha apretado el acelerador. A falta de que la próxima semana se dé luz verde a la ley de abusos sexuales en la Iglesia, el Ejecutivo foral puede presumir de haber sacado adelante toda su agenda legislativa, especialmente nutrida en los últimos meses.

Ha sido un curso muy intenso en el debate parlamentario. Lo fue en el tramo final del año pasado, con la tramitación de los presupuestos y la reforma fiscal y la frustrada reforma del Convenio Económico. Y lo ha vuelto a ser en los seis primeros meses del año, en los que se han tramitado 25 proyecto legislativos. La pandemia, que había aplazado algunas reformas, y la previsión de no dejar todo para el último año con la tensión peelectoral creciente, ha llevado al Gobierno a aprovechar estos meses para dejar prácticamente completada la legislatura.

Lo ha hecho sin embargo en un entorno de cierta tensión interna. La reforma del Convenio Económico, que Geroa Bai y EH Bildu no quisieron aprobar por entender que suponía una pérdida competencial; las leyes de PAI o la de profesores de religión, que han enfrentado a PSN y Geroa Bai; o más recientemente la negociación de las leyes de Vivienda y Peajes, han derivado en un cruce de reproches entre los dos principales socios de coalición. Reflejo de otras tensiones internas que se han vivido en el seno del Ejecutivo foral con el euskera o con el reparto de responsabilidades de carácter económico. Pero que al final siempre han terminado en acuerdo.

Las leyes principales

Son sin embargo una parte menor de las leyes aprobadas en el Parlamento durante el curso político que ahora acaba. Pese a las diferencias públicas, que en cierto modo pueden entrar en la lógica de un Gobierno de coalición sostenido por cinco fuerzas políticas diferentes, en la gran mayoría de las cuestiones a debate se ha alcanzado un consenso mínimo. Solo dos leyes han salido adelante con el voto en contra de alguno de los dos socios del Gobierno. La del PAI (aprobada por PSN y Navarra Suma con el voto en contra del resto), y la del profesorado de religión (con los votos de Geroa Bai y Navarra Suma, y el rechazo del resto).

Ha habido otros dos casos en los que también han surgido diferencias en la mayoría de Gobierno. La reforma del Convenio aprobada finalmente en marzo, y que pese a las críticas salió sin votos en contra (Geroa Bai y EH Bildu se abstuvieron); y la que excluye a los perros de caza de la ley de animales de compañía, aprobada por Navarra Suma y PSN con la abstención de Geroa Bai y el voto en contra del resto.

Cuestiones importantes pero relativas en el conjunto de la actividad legislativa de un Gobierno que lleva tres presupuestos aprobados –aspira a un cuarto– y que más allá de momentos puntuales ha demostrado estabilidad. Ha habido discusiones, tensiones y debate, pero al final, las leyes han ido saliendo adelante una tras otra. De la reforma de la financiación de las entidades locales –muy criticada por UPN–, a la Ley de Cambio Climático. Pasando por las más recientes aprobadas en el Parlamento: la de vivienda, los peajes para camiones, el reconocimiento de las otras víctimas de la violencia o los límites a las casas de apuestas.

El curso se cierra el próximo jueves con una última reforma, la ley de reconocimiento de las víctimas de abusos en la Iglesia. Una normativa pionera en el Estado que vuelve a concitar a la mayoría progresista, que afronta el tramo final de la legislatura con el grueso del trabajo hecho.

Último año. El próximo jueves se cierra el curso legislativo con la aprobación de la ley de abusos en la Iglesia. La reforma pone punto final al tercer año de legislatura, pendiente todavía de que se pueda habilitar julio para las comparecencias relacionadas con los incendios del pasado de semana. Superado el verano apenas quedarán seis meses de trabajo parlamentario (a principios de abril se disuelve la Cámara), tiempo que el Gobierno espera aprovechar para aprobar una nueva reforma fiscal y los últimos presupuestos de la legislatura. El ambiente preelectoral no suele ser propicio para grandes consensos, pero hay optimismo en el Ejecutivo foral. Pese a las diferencias, todos reafirman en público y en privado su apuesta por una mayoría que esperan consolidar también en la próxima legislatura. Los presupuestos son así un punto y seguido en la negociación continua que está siendo la legislatura. Pero también un mensaje hacia el futuro de un Gobierno que exhibe vocación de continuidad

Las últimas leyes

-Vivienda. Reforma que apuesta por la rehabilitación y el control de los precios del alquiler. Aprobada con la abstención de EH Bildu tras llegar a un acuerdo.

-Peajes. Fija un canon para vehículos pesados en cinco vías navarras. Aprobada con el apoyo de los cinco grupos tras aceptar varias propuestas de Geroa Bai.

-OPE de estabilización. Ley para estabilizar 3.588 plazas de interinos. El decreto ha sido modificado en comisión y aprobado como ley sin grandes cambios.

-Ley de Juego. Limita la implantación de casas de apuestas. Planteada por PSN y Geroa Bai, ha incorporado enmiendas de todos los grupos.

-Otras víctimas. Se equiparan las indemnizaciones a las de las víctimas de ETA, paso imprescindible para su reconocimiento.

-Abusos en la iglesia. Pendiente de aprobar en el próximo pleno, pero con mayoría garantizada. Liderada por Podemos, busca reconocer y reparar a las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia.