“No queremos el café con leche para todos que se quiere impulsar desde Madrid, ni que se nos trate como si fuéramos la cuarta provincia del País Vasco, porque no lo somos ni nunca lo vamos a ser”. Con estas palabras, el presidente de UPN, Javier Esparza, se dirigió ayer a unos 200 afiliados dentro de la tradicional apertura del curso político que les reunió en el restaurante Marisol de Cadreita. En un discurso breve, con nulo contenido político, sin anuncios, ni demasiada conexión con su audiencia, se centró en agradecer a los alcaldes y concejales su labor durante estos dos años en criticar a Chivite y en anunciar que en unas semanas se reunirá con el PP y Ciudadanos para “ver dónde nos llevan esas conversaciones y decidiremos lo mejor para que Bildu no tenga nada que decidir en el próximo Gobierno de Navarra“.

Pese a que no han iniciado las conversaciones, Esparza señaló al Partido Popular para indicar que no dejarán que en Madrid se tomen decisiones que afecten a Navarra, “no tenemos que mirar ni a Madrid ni a Bilbao. Ellos tienen sus propios intereses y cuando coinciden los intereses, Navarra pierde y se le penaliza. Nos oponemos a ser tutelados. María Chivite se ha plegado a ambos, pero Esparza no se plegará a ninguno y tomaremos las decisiones en Príncipe de Viana”.

El máximo responsable de UPN no hizo, en cambio, ninguna referencia en su discurso a la fractura que se produjo con la sanción a Sayas y Adanero y la salida de numerosos afiliados de su partido. Sin embargo sí hizo una petición directa de su voto a aquellos “socialistas moderados” a quienes “no quieren pactos con Bildu, a esos votantes que no solo se han sentido engañados por María Chivite, sino que no entienden por qué no han aceptado nuestra mano tendida”.

En un intervención aseguró que el próximo curso político de 2023 “sin ninguna duda nos va a llevar a la presidencia del Gobierno de Navarra”, el mismo gobierno al que acusó de ser “sectario y excluyente y solo se preocupa de los suyos”, de hecho afirmó que “nunca antes los ayuntamientos se han sentido tan ninguneados y abandonados como por este gobierno”.

Esparza que ante los suyos señaló estar seguro de que “el cambio de ciclo y la fuerza imparable del centroderecha ha llegado a Navarra”, indicó que este hecho está sembrando “el nerviosismo de las fuerzas que están gobernando” lo que se transforma en el “odio y violencia que estamos padeciendo como en la calle Curia de Pamplona, por parte de los socios y amigos del PSN en Navarra. Lo sabe Maya en Pamplona y también Toquero que ha sido objeto de pintadas en los últimos meses”.

Con respecto a los gritos que se pudieron oír en la procesión de los Sanfermines de “UPN Kanpora”, el máximo dirigente regionalista contestó “no van a poder con nosotros. UPN aurrerá, UPN como Navarra siempre pa’lante”.

Concluyó su discurso volviendo a la idea de que Chivite se había negado a recoger sus ofertas, en una recriminación en la que también metió al PP, “nadie me puede decir que no hemos actuado con generosidad dentro de Navarra Suma y con María Chivite”, al tiempo que les acusó de no ser fiables que “existe un hartazgo con los gobiernos de Chivite y Sánchez, que tienen la credibilidad por los suelos y que echan la culpa de todo a la oposición y a los ciudadanos”. En este sentido no hizo alusión al acuerdo que habían firmado con el PSOE en el Congreso y que no cumplieron al votar en contra de la reforma laboral sus dos parlamentarios. “Falta poco para que llegue un gobierno sensato y moderado, para que UPN vuelva a gobernar. Somos el primer partido de Navarra y los ciudadanos quieren partidos fuertes”, concluyó.