Un juez de Barcelona investiga al empresario mexicano Allen Sanginés-Krause, vinculado con las donaciones recibidas por Juan Carlos I, y a un médico especialista en estética del que fue paciente el rey emérito, por defraudar 600.000 euros a Hacienda simulando una ampliación de capital.

La investigación deriva de una querella presentada por la Fiscalía, que acusa de tres delitos contra la Hacienda pública al médico M.M.S., como autor, y, como cooperadores necesarios, a su esposa y al magnate mexicano, cuya empresa inyectó 245.000 euros en 2016 en la clínica de estética que el doctor dirige en Barcelona.

Sanginés-Krause es un empresario mexicano afincado en Londres al que se atribuye la donación del dinero con el que Juan Carlos I pagó gastos personales y de algunos miembros de su familia tras la abdicación mediante tarjetas opacas, según se desprende de la investigación que la Fiscalía archivó el pasado mes de marzo sobre los supuestos negocios ocultos del rey emérito.

En su declaración ante la Fiscalía, el empresario, coleccionista de arte y que fue directivo del banco de inversión Goldman Sachs, reconoció que, por amistad, hizo regalos y pagó viajes a Juan Carlos I por valor de unos 270.000 euros entre 2017 y 2018.

De hecho, en la querella por fraude fiscal que ahora ha motivado su imputación, la Fiscalía sostiene que uno de los principales indicios de que las ampliaciones de capital eran simuladas es "el perfil del inversor", un "magnate mexicano con pasaporte británico a cuyo nombre" la clínica expidió facturas "correspondientes a servicios prestados al Rey Emérito, cliente suyo desde hace años".

La querella, que ha avanzado este lunes El Periódico de Catalunya, acusa al médico, que gestiona una prestigiosa clínica en la parte alta de Barcelona, de urdir una "estrategia defraudatoria" en cuya ejecución "fue imprescindible la colaboración" del empresario mexicano.

En concreto, la fiscal sostiene que en los ejercicios 2016, 2017 y 2018, el médico M.M.S. presentó sus declaraciones de IRPF incluyendo "solo una mínima parte de las que realmente percibió" y "camufló" las rentas ocultadas como ampliaciones de capital de la sociedad que gestiona su clínica, aunque estas en realidad eran simuladas.

En 2016, la sociedad había recibido 245.000 euros de una mercantil radicada en Madrid que había creado Sanginés-Krause, operación que según la Fiscalía no estaba amparada en "ningún contrato escrito".